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-¿Entonces tu padre dejo de ser depresivo de repente?-la pregunta de Bonnie, vino luego de una larga conversacion. Le habia contado sobre mi vida con lujo de detalles,sin pasar nada por alto. El proceso duro bastante , y actualmente eran las siete de la tarde. La lluvia se habia detenido, y varias personas comenzaron a concurrir al lugar. Seguiamos debajo de ese arbol, y a pesar de que el frio empezaba a sentirse, ninguno de los dos, hizo ademan de irse. Algo muy bueno para mi.

-Si-respondi yo- Pero lo veo como algo bueno. Aunque en cierta forma me molesta su abandono y ahora su forma de actuar, no significa que no quiera verlo feliz.

-Bonito gesto de tu parte Michael... pero se podria decir que en estos dias dejaste de tener muchos problemas...-reflexiono ella.

-No te lo creas-masculle yo.-Ahora se viene todo mas dificil...

Quedamos los dos en silencio. Algunas gotas que caian de los arboles, acompañaban el mismo. Los niños, jugaban con pelotas y bicicletas. Bonnie, ya habia apagado su cigarrillo, pero sin embargo, no lo necesitaba para parecer mas misteriosa. Sus oscuros ojos, mezclados, con su fria y distante mirada, hacia que llame la atencion. Veia a todos, como si se sintiera superior a pesar de todo. Habia que aceptar, que la presencia de Bonnie, podria llegar a ser intmidante para cualquier chica (y porque no, humano de mi mismo sexo) :bastante alta (solo unos centimetros menor que yo) y vestimenta (creeria) envidiable para una chica (no tengo conociemientos de moda, no me maten). De repente, su mirada se poso en mi. Yo me puse algo nervioso, y ella me sonrio. Hice el mismo gesto, para luego quedar helado, cuando su mano revolvio mi cabello. 

-Me caes muy bien Michael Green, el ignorado por sus padres.

-Y tu tambien Bonnie Hendson, la que tiene una historia mas interesante que la mia y todavia no la conto-ella rio, y yo la imite. Aunque hablaba en serio. Se quedo mirando un punto fijo, y sus labios curvados en una sonrisa, haciendo que sus pomulos se marquen. Su cara se ilumino, y volvio a fijar su vista en mi.

-Te la contare-dijo ella indiferente, mientras se ponia de pie, y yo la observaba confundido- Mañana.

Y sin que me diera tiempo a quejarme, se inclino sobre mi, beso mi mejilla, y se marcho. Dejandome a mi como un idiota con cara de... ¡o que sorpresa! mas idiota de la que tengo. Cuando volvi a intentar observarla, estaba bastante alejada, y habia vuelto a encender un cigarrillo.

-Si esta chica no se termina matando ella misma, lo hara conmigo...-pensé sonriendo para mis adentros. Antes de que contagie una neumonia, o Ross me busque de los pelos, me levante, sacudi mi pantalon, tome mi skate, y emprendi vuelta a casa. Volvia con una sonrisa, que hacia que las personas me vean raro. Pero no me interesaba. Estaba muy feliz. Luego de caminar y caminar, siendo perseguido por el congelante viento, llegue a casa. Abri la puerta, y me lleve una gran sorpresa, cuando Silvestre aparecio a mi encuentro.

-¡Hey Silvestre! ¿Que haces aqui?-pregunte al animal mientras cerraba la puerta.

-El desconsiderado de tu padre fue.-dijo Ross, apareciendo apareciendo del living con un canasto de ropa sucia.-Hace unas horas dijo que el perro se quedaba ¿Puedes creerlo?¡Horas limpiando para que un vagabundo arruine todo!

-No es para tanto Rossi...-tranquilize yo. Pero la mujer me fulmino con la mirada.

-¿No es para tanto?-espeto claramente ofendida- ¡Lava toda la casa un dia y dime si es para tanto!

Y refunfuñando, se alejo en direccion a las escaleras. Deje el skate en la entrada, y emprendi marcha hacia la cocina para intentar prepararme un café caliente (el "intentar" es porque no se hacer café, y Ross, creo que esta demasiado molesta para preparar uno). Silvestre me pisaba los talones, y al llegar a mi destino, me sorprendi, al ver a viejo, acarreando una gran bolsa de alimento.

TEENAGERS: Dos gotas de aguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora