Capítulo 36

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Me despierto rodeada entre los brazos de Antonio y con besos por la oreja. Nunca antes me han despertado de esta manera aunque por mi parte me encantaría que lo hicieran todas las mañanas.

 Nunca antes me han despertado de esta manera aunque por mi parte me encantaría que lo hicieran todas las mañanas

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- Buenos días... -digo mientras me pongo boca arriba; él se apoya de costado en la cama- ¿Qué hora es?

- Temprano, las siete por lo menos. -le acaricio el brazo y le pongo mi mirada maliciosa- Te temo cuando pones esa cara, ¿lo sabes?

- Tranquilo, no te haré nada que tú no quieras que te haga. -le beso mientras me pongo encima suya; él sonríe- No quiero ir al trabajo, quedémonos todo el día en la cama, solos.

Empiezo a darle besos sobre el estómago y noto que se le pone la piel de gallina nuevamente. Me gusta saber que se lo provoco yo, espero que sólo yo porque sino tendríamos un grave problema.

- Más que a nadie le encantaría ese plan pero si no aparezco por allí Hank viene a buscarme y nos encontrará juntos. -nos gira y me deja boca arriba- Y no es la mejor manera para que nos despidan. -nos besamos- Camila, estoy intentando controlarme pero no voy a poder hacerlo mucho más.

 -nos besamos- Camila, estoy intentando controlarme pero no voy a poder hacerlo mucho más

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Llaman al timbre de la casa y paramos de besarnos. ¿¡Por qué!?¿Siempre hay alguien que nos tiene que interrumpir? Casi siempre a sido Eva quien lo ha hecho y espero que esta vez no haya salido del colegio para hacerlo porque ya sería un poco sospechoso.

- ¿Estás seguro de que no tienes una novia? -comento mientras veo como se pone una camiseta- Abre la puerta sin camiseta, verás la cara que pone.

- Yo no me desnudo para cualquiera. -me besa; vuelven a llamar- ¡Ya voy!

Antonio se marcha de la habitación y me deja sola en la cama. Salgo de ella y me visto con la ropa que tengo dentro de la mochila donde meto el pijama. Me pongo unos pantalones negros de chándal, camiseta blanca Nike y botines negros.

- ¡Camila, ven! -escucho gritar a Antonio- Es para ti

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- ¡Camila, ven! -escucho gritar a Antonio- Es para ti.

¿Para mí?¿Quién me viene a buscar a casa de Antonio? Nadie sabe que he pasado la noche aquí o eso espero porque sino estoy en un lío.

Bajo rápidamente las escaleras y voy hacia la entrada donde se encuentra con un sobre en la mano.

- ¿Qué es eso? -le pregunto- ¿Quién era?

- No sé, sólo hay un sobre con tu nombre. -me lo da- ¿Le has dado mi dirección a alguien?

- ¿Yo? No.

Un coche aparca rápidamente y de mala manera delante de la casa. Me suena mucho ese modelo de coche, tengo que haberlo visto antes en algún sitio. Nada más ver quien es el dueño del coche me sorprendo de no haberme acordado antes.

- ¡Hey Antonio! -lo llamó desde las escaleras- ¿Tú también te la has tirado?

Antonio me mira al escuchar la pregunta. Quiere que le niegue su pregunta, que le diga que él y yo no nos hemos acostado, pero no puedo responderle. Ahora mismo estoy en shock, no me he acostado con él y no sé por qué dice eso.

- ¿También le has visto el tatuaje de corazón que tiene la barriga?

Intento buscarle la mirada a Antonio pero viene directo a mí con solo una intención, ver si tengo el tatuaje en la barriga. Sé que está enfadado y es imposible que me escuche o que me haga caso por eso ni hago el intento. Cojo aire y puedo notar como una lágrima cae por mi mejilla, Antonio ya ha cogido el filo de mi pantalón y me baja el lado contrario en el que lo tengo. Después, me baja el otro lado y lo ve, inmediatamente puso los ojos en mí y pude ver como sus ojos estaban llenos de ira y tristeza.

Aparta los ojos de mí y se va directo hacia Jay bajando rápidamente las escaleras. Estoy parada en medio de la entrada y sin saber qué hacer. ¿Cómo va a saber Jay qué tengo un tatuaje en la barriga si no me he acostado con él?

Pensé que hablarían pero no, Antonio alzó la mano y le dio un buen manotazo en toda la cara a Jay. ¿De verdad que se van a pelear en medio de la calle como dos niños pequeños?

- ¿Sabes por qué no has tenido una novia formal en tu vida? -preguntó después- Porque siempre piensas qué detrás de una buena amistad hay algo más, y en este caso no

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- ¿Sabes por qué no has tenido una novia formal en tu vida? -preguntó después- Porque siempre piensas qué detrás de una buena amistad hay algo más, y en este caso no. Entre Camila y yo no hay nada, absolutamente nada, y nunca jamás lo habrá. Tiene 17 años, podría ser mi hija y no puedo verla con otros ojos.

¿¡Cómo!? Y lo qué pasó entre nosotros anoche, ayer o los demás días. ¿Eso qué han sido? No me creo que esto me esté ocurriendo en medio de la calle, debe de ser una broma.

- ¡Iros los dos a la mierda! No soy un premio, soy una persona y no voy a estar aquí con dos personas que son incapaces de verme como la mujer que soy. Aunque tenga 17 años estoy segura de que soy más adulta que tu hija y Jay, no me he acostado contigo y jamás lo voy a hacer. -me quito la lágrima de la cara- Esto se acabó y como vuelva a pasar me marcho de Chicago.

No lo pensé dos veces y me fui de allí corriendo. No sé si sentirme como una muñeca a la que nadie quiere abrir de la caja por miedo a estropearla o la más guarra de Chicago y sin haber hecho nada.

Me marcho en mi coche sin un rumbo fijo, no sé a dónde ir pero estoy segura de que no quiero pasar ni un minuto más con ellos. ¿Por qué?¿Por qué me pasa esto? Nunca he tenido nada con otro chico desde que rompí con Zac, y cuando estoy decidida a volver a intentarlo me pasa esto.

La Unidad De Inteligencia | Chicago PDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora