Range se encontraba en su habitación después de haber recibido un buen sermón por parte de su tía debido a su retrasó por la tarde el día anterior.
—Ah... —suspiró con cansancio mientras se preparaba para dormir. Hace un tiempo había terminado los deberes que le habían dejado en la escuela e inclusive había repasado su japonés, aunque esto último sin mucho éxito puesto que aun se le complicaba la lectura del kanji. —Ya pasó un día y aun sigue enojada. —meditó para sus adentros, escuchando la cuantiosa lluvia golpear contra su ventana.
A la mañana siguiente los primeros rayos del Sol se adentraban juguetones por la ventana de cierta habitación en la cual descansaba una preciosa joven. La muchacha dormía plácidamente en su muy cómoda y mullida cama; sin embargo los curiosos rayos del Sol se hicieron presentes en su terso rostro causando que la joven iniciará a removerse incómodamente ante el deslumbro de la luz. Sin mas que poder hacer, la muchacha resignadamente y con pereza se levantó de la cama para alistarse e ir al instituto.
—Buenos días señorita. —le saludó la ama de llaves al verla bajar por las escaleras.
—Buenos días Mizuko-san. —le devolvió el saludo de igual forma.
—La señora y el señor salieron temprano y la señora me encargo decirle que no volverán hasta la semana próxima por cuestiones del trabajo. —informo la mayor.
—Ya veo, muchas gracias, yo también me retiro. —comentó la chica.
—¿No va a desayunar señorita? —preguntó la mujer.
—No gracia. —respondió la blonda. —Hasta luego. —finalizó.
La hermosa joven de hebras doradas se encontraba caminando por el sendero que se encontraba alado de aquél río que había visitado días atrás, recordando lo sucedió.
—¡Range-chan! ¡Hola! —llamó una joven peli-castaña.
—¡Hola Nanae-san! —saludó a su nueva amiga.
—Buenos días, ¿cómo estas? —preguntaba la chica.
—Bien, buenos días. —comentó. —¿Y tú? —preguntó.
—¡Estupendamente! —exclamó feliz.
—Jaja, Que bueno. —agregó. —¿Hum? —musitó al enfocar la vista en cierta persona. —¡Ah!, ¡Soushi-san! ¡¡Bue...
—¿Hump? —bisbiseó el chico al voltear y no encontrar a nadie.
—Hm, Mm. —se quejó la blonda.
—Shii... ¿Range-chan qué crees que haces? —interrogó Nanae preocupada.
—¿Eh? Yo, solo iba a saludar a Soushi-san. —respondió la joven.
—¡¿Qué?! ¡No!, de ninguna manera, Soushi-san es una persona muy peligrosa no debes hablar con el. —comentó aun más preocupada.
—¿Eh? ¿A qué te refieres? —cuestionó confusa.
—Soushi-san fue transferido a esta escuela debido a que este tubo un conflicto con un grupo de chicos al entrar al primer grado de preparatoria, incluso salió en las noticias, mandó a dos chicos al hospital y dejo a otro levemente herido. —argumentó la joven castaña.
—Oh... —bisbiseó extrañada. —¿Enserio? —preguntó incrédula.
—¡¡Enserio!! Es todo un rebelde, no asiste a clases y se pele con todo mundo por cualquier cosa. —informó la chica.
—Pues yo creo que es una persona muy amable. —contragijó la oji-turquesa.
—¿Qué? ¿Amable, de dónde? —inquirió casi con burla.
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Lluvia
RomansaNuestra historia comienza un lluvioso día de junio, en el que dos jóvenes al conocerse bajo la enigmática lluvia entrelazarán sus destinos. No sera un camino fácil de afrontar; sin embargo, ambos darán todo de sí hasta el último momento. Esta hist...