Capitulo segundo:
El lobo, Parte I.・・・・・・・・・・・・・・・
— ¿Ging? -el menor se quedó unos minutos esperando que éste apareciera, sin embargo, al ver que no había señales de él, pasó, cerrando la puerta tras él. — Umh... Entonces... ¿¡Me quedaré con la señora Toffu!? -miró lleno de desesperación el lugar y luego se deslizó hasta llegar al piso.— No... No no, para nada, ¡Es una amargada!El pelinegro miraba el techo silenciosamente, manteniendo una mano en su barbilla pensando en que hacer; haría de todo con tal de no quedarse con esa anciana. Pasaron varios minutos y el chico comenzaba a humear, sentándose y haciendo varias muecas.
— ¡Oh, rayos! ¡No se me ocurre nada y no falta mucho para que anochezca! -suspiró rendido y se levantó para ir a la cocina en busca de un vaso para beber agua, y encontrando una nota en la vitrina.— ¿Ah? ¿Ging... Me dejó una nota? ¡Whoaa! -la tomó rápidamente entre sus manos con una enorme cara de felicidad.- ¡Y dice...!
Lista de pendientes:
-- Comprar el mandado :( --
• Pan
• Leche
• Rábanos
• Vegetales
• Huevo
-- Cerrar para que Gon no entre --
-- Despedir a Pariosoton --
-- Dejar la carta para si Gon logra entrar y llevar ésta lista --
-- Celebrar sin Gon --— ... ¿Ging... Confundió la carta con esto? -aún mantenía su entusiasta sonrisa, ya no tenía motivo y más bien se sentía decepcionado, pero lo hacía.— Umh, bien, entonces... Creo que no hay nada que hacer, ¡Tendré que ir con ella! ¡Adiós dulces y hermosas vacaciones! -hizo una pose dramática recargándose en la mesa, tirando incluso su vaso, levantándose enseguida a recogerlo con algo de vergüenza.
Después de enterrar aquel vaso roto en el jardín, regreso a la cocina para servirse por fin agua y beber, teniendo una idea y ahogándose por reír mientras bebía. Rápidamente tomó todas sus cosas y subió al segundo piso, entrando en la desordenada habitación de su abuela y rebuscando entre sus cajones y creando más desorden hasta encontrar su blog de notas y su pluma favorita, tirando todo lo que tenía en su escritorio para sentarse y tronar sus dedos, tomando la pluma.
— ¡Querido Ging, me decidí a ir a buscarte, así que nos veremos en un rato! -arrancó la hoja y se dirigió a la puerta, deteniéndose a pensar. — ... Nono, eso no va a funcionar, el correo tarda días -suspiró arrugando la hoja y tirándola por ahí, para sentarse de nuevo.— Ehhh... ¡Oh, ya sé, ya sé! ¡Le escribiré a Kite una nota como si fuera Ging para que crea que me llevó con él, y y y... No se dará cuenta porque es la libreta favorita de Ging! ¡Sí sí, eso es!
Y después de varios minutos intentando hacer una nota que pareciera hecha por el mismísimo vago de su abuela, la tomó alegremente y se dispuso a salir y bajar para pegarla en la puerta, cuando de repente, la puerta principal se escuchó abrir y unos pasos abajo se presenciaron.
— ¡Oh, Gon~! -aquella afrancesada voz pertenecía nada más y nada menos, que al sujeto que hacía un rato le seguía; Hisoka. Inmediatamente Gon sintió el peligro y de forma silenciosa, se metió debajo de la cama de su abuela, guardando la nota por si acaso.— ¡Vamos, sé que estás aquí, estuve afuera esperando y no has salido!
Los pasos comenzaron a recorrer toda la sala, comedor y planta baja, hasta llegar a la cocina y detenerse ahí. Gon no sabía que hacía aquel hombre, pero quizás y se iba, así que sólo cubrió su boca y continuó escuchando.
— Ah, ya entiendo, jugaremos a las escondidas~ Perfecto. Si te encuentro, habrá un castigo, de una vez te aviso... -los pasos continuaron, dirigiéndose a las escaleras y dirigiéndose a otra habitación, hasta notar que la puerta de Ging estaba entreabierta, acercándose.— ¡Prepárate, manzanita! ♡
La respiración del moreno se aceleró en muestra del miedo, intentando contenerla cubrió todo su rostro hasta ver cómo la puerta se abría, abrazando sus piernas con miedo aún.
— Pero, si no logro encontrarte, te daré un premio, ¡Un dulce! ¿Te gustan los dulces, no es así? ¡Este te va a encantar~! -se acercó al ropero y lo abrió de golpe, asomándose y luego mirando por la habitación para ir a revisar en el baño.— Vaya, eres bueno, deberíamos jugar más seguido -salió y se agachó, para ver debajo del escritorio, escuchando el leve sonido de la canasta moviéndose y sonriendo.
— Oh, bien, me rindo -el hombre se levantó y se dirigió a la puerta, mirando hacia la cama aún con esa sonrisa.— ... O eso es lo que diría alguien más, querido -rápidamente se dirigió a ésta, pateándola para dejar ver al moreno.— ¡Te encontré!
— ¡W-waahh! -tomó su canasta y cosas rápidamente y se levantó, corriendo a la puerta pero chocando con Hisoka, quién se interpuso.
— Dije que habría un castigo, ¿No es así? -con esa perturbadora sonrisa, se agachó tomando al menor por la cintura.
— ¡N-no Hisoka, suéltame! ¡¡Tengo que... Que ir y alcanzar a Ging!! ¡¡HISOKA!! -el chico le empujaba para que se alejara, pero debido a la gran diferencia en edades y fuerza, no lograba mucho.
— Tranquilo, no será nada malo, Gon -lo alzó y cargo en su hombro, levantándose y saliendo de la habitación.
Estaba perdido.
Quien sabe que le haría ese depravado sexual.
Pero, cómo esta es una historia infantil, ¡Las cosas no se quedaron así!
Gon comenzó a patalear intentando soltarse, y entre todo, logró daría un rodillazo a Hisoka, quien dejó caer de cara al moreno.
— ¿¡Qué te pasa enfermo!? ¡Ya te dije que no! -el chico, que se puso de pie lo más rápido que pudo, ignorando el dolor, abrió una botella de agua y la apretó para tirar el contenido en el rostro del mayor, lanzándose por el barandal de las escaleras.
Comenzó a correr hacia la salida con un montón de gritos, y se sintió aliviado cuando su mano estaba a punto de alcanzar la perilla de la puerta, cuando una mano lo alcanzó por su caperuza.
— ¡Ah~! Cuántas más travesuras hagas, tu castigo será más... Ahh~ -alzaba al chico y lo recargaba contra la pared, acercándose al rostro del menor.
— ¡N-no! ¡DÉJAME, L-LE HABLARÉ A LA ASOCIACIÓN DE CAZADORES...!
Y de pronto, un silencio reinó.
××× ××× ××× ×××
Felíz año '-' ♡
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La Manzanita verde y El Cazador [Hunter x Hunter]
FanfictionAU de Hunter x Hunter 🌚 Había una vez, en un pueblecito común y corriente, una familia "normal", un día, la dulce abuelita ermitaña que vivía en el bosque, enfermó, así que Mami mando a la pequeña Caperu- no, a la manzanita verde a cuidar de ella. ...