Caramello » L. Taeyong

014

-No sé que ponerme.- se quejó con el móvil en una de sus manos y con la otra movía la ropa en el armario-. Joder Ten, en serio no tengo nada decente.

-¿Y qué puedo hacer por ti, querida?- se burló el pelinegro-. Aún tienes cinco horas para encontrar algo que vestir, ve al centro comercial y busca algo.

-Creo que tendré que hacer eso.- murmuró dejando la ropa a un lado y yendo en busca de su bolso.

-Puedes decirle a alguno de los chicos, creo que WinWin o Yuta tampoco tenía que vestir.- le respondió el mayor-. Recuerda que debes venir presentable y como dama.

-¿Crees que soy una especie de vagabundo o qué?- se molestó la peli-azul.- En serio, no me estás ayudando, Ten.

-Contestando a tu primera pregunta... No, pero a veces me haces dudar.- molestó más a la chica.- Pregúntale al chino o al japo a ver si quiere, yo tengo cosas que hacer.

-¿Johnny está en tu casa?- preguntó burlona, mientras cambiaba un poco su atuendo para ir al centro comercial.

-No, sucia.- respondió rápidamente el tailandés.- Eres una pervertida, amiga, deberías buscar de Dios.

-El burro hablando de orejas.- cambió el móvil a altavoz.- ¿Debería ir en vestido o en jeans?

-Un sexy vestido rojo para llamar la atención.- ironizó el pelinegro.- Yo qué sé, solo algo que se vea bien, Sohyun.

-Está bien, un traje de lentejuelas compraré.- comentó haciendo reír al chico en la otra línea.

-Solo algo sencillo, Hyun.- volvió a insistir.- Debo irme, nos vemos en la noche.

[...]

La chica miraba a todos lados nerviosa, había citado a Yuta para que la ayudara con lo que vestiría y el susodicho no aparecía, había pasado una hora y todavía no llegaba. Estaba algo preocupada y se podría decir que también algo molesta por la repentina desaparición del más alto.

-¿Esperas a alguien?- una mano se posó en su hombro haciéndola sobresaltarse.

-¡Tae!- suspiró aliviada de que fuera él y no un desconocido.- Me asustaste, tonto.

-Lo siento, es que te vi aquí sola y fue inevitable no saludarte.- respondió con una resplandeciente sonrisa.

-Oh, ehm... Sí, espero a alguien, ¿y tú? ¿Estás solo acá?- en cuestión de segundos estaba nerviosa por la presencia del castaño.

-Estaba con unos amigos, pero han decidido ir a otro lugar y me he quedado dando una vuelta al mall, ¿a quién esperabas?- preguntó metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón.

-Estaba esperando a Yuta, el japonés de mi grupo, ¿lo conoces?- preguntó mientras veía sobre su hombro en busca del mencionado.

-Creo haber oído de él.- se encogió de hombros y volvió a preguntar.- ¿Y por qué estás aquí?

Recordó que tenía menos de cuatro horas para encontrar un algo decente que vestir para la fiesta de su mejor amigo. Se maldijo mentalmente por ser tan despitada.

-¡Cierto!- reaccionó y pensó que Taeyong sería de buena ayuda para esto.- ¿Me ayudarías a encontrar algo para vestir? Si no quieres no es necesario aunque en serio necesito ayuda ya que suelo ser muy insegura y...

-Claro, no hay problema.- volvió a sonreír viendo como ella seguía diciendo cosas sin sentido. Tomó su mano y jaló de ella.- Ven, vamos a buscarte algo.

Calló de golpe y en segundos su rostro estaba más rojo que un tomate, se dejó llevar por el castaño a una de las tiendas.

-¿Quieres entrar ahí?- señaló una boutique que tenía vestidos y zapatos de distintos colores y diseños.

-Está bien.- asintió y caminaron, aún tomados de manos, a la pequeña tienda de ropa.

Estuvieron así por una hora más hasta que Sohyun encontró algo que le gustara. Taeyong estaba contento de ver a la pequeña chica feliz por el vestido que había encontrado.

Salieron del centro comercial y el castaño se ofreció a llevarla a su casa, con la excusa de que algo podría pasarle en el camino.

-No es nada Tae, en serio.- se volvió a negar Sohyun.

-Vamos Hyun, déjame acompañarte.- insistió el mayor.- Así puedo saber que llegaste sana y salva a tu hogar.

-Está bien, puedes acompañarme.- accedió la chica. Él por su parte sonrió volviendo a tomar su mano y caminó con ella en dirección a su casa.