2. ¿Hogwarts?

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Harry miro todo a su alrededor por dos segundos, pensando rápidamente en lo que su primo regresaba a la cocina.

Encontró pronto una solución. Aparto las dos cartas de sus hermanos y las tiro tras de sí, justo por donde sabía que Albus pasaría al bajar las escaleras, para que este las recogiera. En ese momento el "tío" Vernon cual mole se levantó haciendo que el comedor se moviera, aumentando los nervios del Potter. Harry observo el intento de la ballena de correr hacia "el malcriado chico desagradecido" sin discutir con su hijo, quien en su opinión siempre tendría la razón.

Harry respiro profundamente convenciéndose en el proceso de amarrar su ¿Energía? ¿Magia? ¿Talento? Dentro de sí para no empeorar las cosas. Sabía que podía librarse de ellos pero no siempre estaría con sus hermanos y no los pondría en riesgo.

El ojiverde, entonces, le dirigió una significativa mirada a Albus, quien entendió a su hermano enseguida y fingiendo tropezar cubrió los dos papeles que había dejado su hermano mayor justamente para eso. Al mismo tiempo que el caía sobre el escalón designado Vernon golpeo el rostro de Harry.

El verde en los ojos de mayor pareció brillar, resplandecer por apenas un segundo antes de retomar el control.

– Juro que es mía, tío Vernon. Dice mi nombre. – Explico el furioso chico fingiendo con maestría el estar aterrado, sabiendo de antemano que no se le permitiría leerla, más al ver el rojo rostro de su tío cuando le arrebato la carta de las manos y vio el precioso y realista sello de cera roja.

El chico suspiro tratando de controlar a su magia mientras veía a su tío leer el frente de la carta. El adulto se puso repentinamente más furioso y jaloneando a Harry lo arrastro escaleras arriba, seguido de una nerviosa Petunia y un chismoso Dudley quien pateo a Albus al pasarle por un lado. El pequeño Potter bajo las escaleras con los dos sobres apretados fuertemente contra su abdomen, bajo la gigante playera gris, y se adentró a su alacena, escondiendo sus cartas bajo la alfombra medio despegada, sin siquiera verlas un poco. Sería una falta de respeto hacia Harry leerlas en ese momento.

– ¡James! Castigaran a Harry! Parece ser grave. – Chillo el de ojimiel buscando a su hermano, quien en cuanto termino de escuchar el dato empalideció.

Sabía que Dudley tenía el talento de meterlos en problemas, sobre todo a Harry quien era "el más fenómeno" de los tres pero ¿Acaso Harry si había robado el correo? ¿O cuál era el motivo del castigo?

– ¿Qué estaba haciendo? Acaso se volvió loco. – Pregunto yendo a las escaleras con la intención de escuchar algún reclamo que le diera pistas sobre el porqué pero la respuesta de su hermano le congelo en su lugar, haciendo que se lo pensara.

Recibio una carta. Los tres de hecho, pero le quitaron la suya y escondio las nuetras. Si subes y te castigan a ti también el se enfurecerá contigo. Debemos esperar aquí abajo. Te llame porque no quiero estar solo, ninguno debería estarlo. – Susurro el casi pelirrojo triste por lo que seguramente le estaban haciendo a su hermano. Ambos se metieron en la alacena, más por la petición de Albus que por la voluntad de un molesto James, quien no entendía porque debía esconderse si de igual forma el que se había ganado el castigo no había sido él.

Además, claro, de que Harry, siendo honestos, si era mucho más raro que ellos.

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Mientras tanto arriba el chico era interrogado, sin la presencia de su primo, a quien habían mandado directamente a su habitación por miedo de que el fenómeno le hiciera daño. Su padre no estaba para nada de humor.

Tres Potter, un Elegido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora