Sueños

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Eran las tres de la mañana y desperté bañado en sudor a causa de mis pesadillas recurrentes, sintiendo de nuevo ese dolor punzante en mi cabeza, que solo aparecía cuando un pensamiento o recuerdo me atormentaba, me quede en silencio hasta que escuche pasos por el pasillo cada vez más cerca de mi habitación, seguramente mi hermano Dongwoo se había levantado y no tardaría mucho en aparecer.

¡WOOHYUN!- mi hermano abrió de golpe la puerta, entrando a la habitación mirándome fijamente mientras se acercaba a mí.

El estaba acostumbrado a mis pesadillas nocturnas desde que éramos niños, el comprendía el asunto desde el momento en que nuestros padres le pusieron al tanto de lo ocurrido, y desde ese momento comprendió lo que desencadenaba todo ese terror infantil que nunca me abandono.

¿estás bien?- dijo mientras ponía una de sus manos sobre mi cabeza, esa era su forma de decirme que todo estaría bien.- ¿la misma pesadilla de siempre?

Asentí dejando soltar el aire que aprisionaba mi pecho, para por fin tratar de articular palabra alguna –lo vi- lo dije y fueron justo esas palabras la que provocaban ese dolor en mi garganta, como si al decirlas me lastimaran, o simplemente era el nudo señal de que estaba aguantando para no soltar en llanto.

Mi hermano se paro frente a mí, mirándome a la cara -¿lo viste? , ¿Cómo era?-su tono se hacía cada vez más cálido, seguro trataba de no asustarme—Hyung no puedes seguir así – frunció el seño y se puso serio al ver que no obtenía respuesta de mi, era muy raro verlo así, ya que ese chico irradiaba luz con su brillante sonrisa siempre-volverás a psicología y no aceptare un no como respuesta-

Sus palabras me cayeron como un balde de agua fría, haciendo que lo mirara suplicante-no me obligues a volver ahí, me harán recordar- .

Me miro con pesar y se inclino a mi altura, hizo un pequeño gesto con la boca en señal de que lo mirara-solo te ayudaran a que esos recuerdos ya no te hagan daño, mira como estas.-

Enfatizó en la última frase denotando la gravedad del asunto.-ya por lo menos recuerdas al niño... dime como era-. Suspiró pesadamente y se sentó a mi lado, con su nivel de curiosidad al máximo que era evidente en cómo me miraba, aunque el siempre ha tenido una mirada penetrante, no le dicen ojos locos por nada.

-esta bien...- pase mi mano por mi cabello tratando de tranquilizarme-era adorable, tenía unos ojos muy pequeño, pero aun así muy expresivos, ese niño tomo la manga de mi chaqueta y me suplico que no lo dejara, que no lo olvidara, que... -mi voz se quebranto por completo anunciando el llanto próximo a salir, Dongwoo no dudo un segundo y me tomo en sus brazos consolándome y solo en débil susurro pude terminar mi frase.-que lo recordara...- mi hermano se tenso con esas palabras, pero ni con eso me soltó, siguió consolándome por una hora más hasta que nos venció el sueño y caímos en los brazos de Morfeo.

...

Me desperté por la tenue luz solar que pegaba directamente en mi cara, maldiciendo internamente por haber olvidado cerrar las cortinas la noche anterior, pero mi humor cambio cuando sentí un olor agradable, si mi olfato no me engañaba Dongwoo estaba cocinando. Salte de la cama emocionado y corrí hacia la puerta de mi habitación, frenando en seco cuando ya estaba frente a ella- un momento, Dongwoo solo cocina cuando quiere algo de mí- susurre y luego recordé su petición de ir a psicología, haciendo que mi cara se contrajera en un expresión de desagrado-pues ni crea que iré-

Camine decididamente a la cocina hasta que lo encontré bailando mientras freía unos huevos, no pude evitar reír al notar que usaba el delantal rosado con florecitas que mi madre nos había regalado a modo de broma cuando decidimos irnos a vivir solos, alegando que ya seriamos los "hombres de la casa".

Me acerque al mesón de la cocina y grite-¡SEÑOR CHEF¡- a lo que este pego un brinco haciendo que un par de huevos se estrellaran contra el suelo.

-ves lo que provocas- dijo algo irritado, pero su expresión fue cambiando mientras servía el desayuno- ten hice tu favorito- sonrió ampliamente y se sentó a mi lado.

Este sí que sabia manipularme, todo el que me conocía sabía que podía conseguir casi cualquier cosa conmigo a cambio de una muy buena comida, la verdad es que a mí eso de cocinar no se me daba, se podía decir que hasta el agua hervida se me quemaba, volví a mirar a mi hermano que seguía con esa amplia sonrisa en su rostro.

-NO IRE, no estoy loco- Dongwoo rio a carcajadas –claro que lo estas- se burlo de mi.-¿así como tu estás loco por nuestro vecino?- contra ataqué y solo pude ver como sus mejillas se tornaban rojas, sabía que a mi hermano le gustaba nuestro vecino Hoya desde hace mucho, y por eso siempre lo molestaba con él, como decirlo... era su punto débil.

-si iras, ya tienes la cita programada a las 10- fruncí el seño restándole importancia, ya que seguía comiendo mi desayuno como si no hubiera un mañana.

Se levanto tomando su plato y el mío, sin importarle que aun no había terminado y los puso en el fregadero, volteando a mirarme con una sonrisa burlona-por cierto le dije a mamá y papá sobre esto, ellos están totalmente de acuerdo.-

¡Rayos!, había dado justo en el punto, sabía que yo nunca me negaba a los deseos de mis padres-que te vaya bien en tu cita con el psicólogo- agrego y sin más subió a su habitación, dejándome ahí maldiciendo en voz baja.

Ya eran la 9:30 e iba en el auto en camino a mi cita, es algo temprano, pensé mientras estacionaba el auto, pero la verdad no me gustaba llegar tarde a ningún lado, baje del auto de mala gana, aun no puedo creer que vaya a hacer esto de nuevo, seguí refunfuñando con la mira baja mientras que caminaba a la entrada del lugar, hasta que algo o alguien choco conmigo. Levante la vista y solo pude ver a un chico bañado seguramente en lo que era jugo de uva, solo me limite a extenderle mi mano, este se quedo mirándola, como si no entendiera mi intención, me dedique a mirarlo, pude notar que pequeñas gotas de jugo morado caían de su cabello castaño y resbalaban por su rostro, admire lo pequeño que eran sus ojos y lo llamativo de sus mejillas, que estaban teñidas de un rojo tenue, seguramente por la vergüenza que sentía, en ese momento se me vinieron muchos pensamientos a la cabeza pero solo una palabra quedo después de todo ese bullicio mental, "ternura", eso era lo que ese chico me hacía sentir. Seguí moviendo mi mano frente a el hasta que este al fin la tomo y se puso en pie, nunca había conocido a un chico con las manos tan suaves.

-¡lo siento¡- exclamo agachando la cabeza, por Dios sí que era tierno.

-la culpa es mía, no vi por donde iba-el solo negó con la cabeza, se notaba que estaba muy avergonzado como para mirarme a la cara.-lo siento me tengo que ir- trate de tomarlo del brazo, pero este ya se había echado a correr.

-oye te puedo ayudar- grite, pero el solamente volteo y me sonrió.-lo siento será a la próxima- lo oí gritar a lo lejos provocando que yo también sonriera.

No podía negar que ya se me había pasado el mal humor, ese chico había logrado eso, aunque no pude evitar pensar que se me hacia extrañamente familiar, por un momento me sentí nostálgico, pero deje a un lado todo eso, tenía que averiguar quién era, ¿será paciente aquí?, tenía que investigar aunque eso significara que tenía que seguir viniendo a esas horribles citas.

RECUERDAME... (WooGyu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora