Ángel y Demonio

Techo

Narra Demonio

Desperté y miré alrededor. Estaba sentado en el mismo lugar de anoche. Me intenté levantar, pero algo me lo impedía. Miré hacia atrás y...

EL ÁNGEL ME ESTABA ABRAZANDO.

-¿Án... gel? -dije, a lo que no obtuve respuesta-

ESTABA DORMIDO. Y ABRAZÁNDOME.

Intenté salir, lo cual resultó conmigo en el suelo y mi rodilla sangrando. Oh, genial. Quiero morirme.

-¿Estás bien? -dijo el ángel, a lo que yo di un salto-
-¿Estabas... despierto todo este tiempo?
-No, me acabas de despertar -apuntó a mi rodilla- ¿Quieres que te ayude con eso?
-Uh... -hice una pausa- ¿Esto no ha pasado antes?

El ángel sonrió y me empezó a curar, y cada vez esto se parecía más al primer día que nos conocimos...

Esto es incómodo.

-¿Ángel...?
-¿Qué? -dijo, y me miró sonriendo-
-Es que... Llevamos casi una semana aquí y...
-¿Y...?
-¿Y NO TE PARECE EXTRAÑO QUE HAYA UN MALDITO TECHO EN MEDIO DEL CIELO?
-Uh... -Se veía algo impactado- No... había pensado en eso.
-Tal vez podrías ir arriba y mirar...
-¿Qué no te acuerdas de lo que pasó la otra vez? -en ese momento hizo una mueca de dolor- Ouch... Ya está.
-Sí, pero podrías subir lentamente.
-Está bien, espera... -dijo para luego subir-
-¡¿HAY ALGO?! -le grité intentando que me escuchara-
-¡¿QUÉ?!
-¡¿QUÉ?!
-¡¿QUÉ DE QUÉ?! -Dándome cuenta de que este estúpido sistema de gritos no funcionaría, le hice señas para que bajara-
-Hay un techo invisible... e infinito. No tengo idea de dónde comienza.
-Uh... Sólo tengo una pregunta...

¡¿DÓNDE MIERDA ESTAMOS?!