Moments

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Estaba volviendo en mí y sentía todo mi cuerpo como un gran moratón.

Yacía tendido en lo que a mi parecer era una maldita piedra, estaba duro, rígido y extremadamente incómodo, de inmediato el olor a estéril y café rancio inundó mis fosas nasales, el frío de la habitación golpeó mis huesos haciéndome estremecer, sólo podía significar una cosa y mientras más despertaba, más recordaba y más tenía sentido donde estaba... Claramente esto era un hospital.

De pronto los recuerdos de ese momento vinieron a mi mente como un flashazo. Ella saliendo de aquella tienda, ella diciéndome que estaba terriblemente cansada por ver tantos pasteles de boda, ella diciéndome que no manejaría yo esta vez, ella luciendo realmente cansada. Aquel autobús impactandose en el asiento en el cual ella yacía inconsciente por el sueño.
Todo eso llegó a mí antes de que pudiera parpadear y de la misma manera me precipité a la puerta para salir en busca de ella, de mi futura esposa, de Camille.

Cuando tenía el pomo de la puerta bajo mi mano, éste giró y la puerta se abrió de golpe, en ese pequeño segundo tuve la esperanza de que fuera ella diciéndome que estaba bien, pero todo aquello se desvaneció casi de inmediato como vino, no era ella, no era Camille. Era un médico el cual se hacía llamar Edward según decia su gafete. Era alto de cabello castaño con rulos despeinados, piel blanca aún con algunas muestras de bronceado y ojos verdes, su aspecto solo empeoró mi preocupación por Camille. ¿Qué si ella lo vió y decidió dejarme porque él es más apuesto? Eso y muchas cosas más rondaban por mi cabeza cuando su voz extremadamente ronca para mi gusto habló.

—Veo que has despertado Louis, eso es bueno —Dijo mientras echaba un vistazo a su carpeta

—Ya lo creo, ¿Cuánto tiempo ha pasado? ¿Camille está bien? —Sonaba desesperado y él podía notarlo.

—Un par de días, dos para ser exactos —Me sorprendí, no había despertado en dos días y ella no estaba aquí, mis nervios aumentaban cada vez más y las manos me sudaban.

—Eso ¿Creo que no es muy bueno cierto? Pero Camille, ¿Ella despertó antes? ¿Puedo verla? —Por un mili segundo él se tensó pero su cuerpo volvió a ser el mismo tan rápido que apenas pude notarlo. Miré detrás de él en busca de mi chica y futura esposa.

—No, definitivamente no es bueno Louis, tuviste una contusión muy fuerte en la cabeza y... —Lo interrumpí bruscamente, no me importaba mi salud, me importaba ella.

—Esa no fue exactamente mi pregunta, ella ¿Está bien? ¿Dónde esta? Quiero verla —Me miró con ojos realmente tristes, esto no era bueno.

—Louis ella, no puedes... Ella no esta bien, esta... Entró en coma, el golpe que sufrió.... —Dejé de escuchar lo que dijo después de la palabra "coma", mis oídos zumbaban y sentí náuseas junto con un gran nudo en la garganta antes de ver completamente negro y escuchar el grito del médico hacia las enfermeras para que despejaran la habitación, hasta ese momento fui capaz de persivir que alguien más estaba ahí dentro, pero no pude saber quien era ya que un fuerte dolor cruzó mi cabeza y así como cruzó caí en un profundo sueño.

(...)

Abrí mis ojos y la luz blanca del techo me dió de lleno en los ojos haciéndome cerrarlos y que se aguaran un poco, de pronto recordé lo que el médico me dijo y me puse tenso. No, no podía ser que ella estuviera en coma, que tal vez nunca despierte, que quizá nunca vuelva a verla reír, que quizá sus ojos grises nunca más serán vistos por los míos, me negaba a admitirlo.

— ¿Cómo te sientes? ¿No te duele la cabeza? —Miré en dirección de donde provenía aquella voz gruesa, era el mismo médico que me atendió hace unos minutos u horas no lo se con claridad, a decir verdad parecía menor que yo pero no me importó mucho eso.

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