–Vaya, mira por dónde –le susurró Roca maliciosa.
–¿Hace falta que diga que no soy antibalas? –le contestó Nameless y a cambio recibió una mirada desdeñosa por parte de su Capitana.
–Kill ha insistido en que use munición letal desde el principio –continuó Max Pain y la civil infiltrada no creyó necesario que le dispararan, ella se iba a morir ya–. Pero no quiero enviaros a la Enfermería en vuestro primer fin de semana. Así que usaréis chalecos antibalas.
Hubo resoplidos de hastío entre muchos de los alumnos de Kill, como, por ejemplo, Roca. Parecía ser que les parecía una nimiedad el recibir un disparo.
–Venga ya –siseó Nameless mientras iban a equiparse–. Que yo he leído que eso de que el chaleco antibalas te salva de cualquier cosa es mentira.
–¿Qué te tengo dicho? –gruñó Roca.
–Que no muestre debilidad ni miedo –contestó automáticamente–. Pero es que un chaleco antibalas te libra de la perforación, pero el impacto puede romperte costillas y...
–No –interrumpió Roca–. Lo otro que te tengo dicho. El Instituto te influye, ¿o crees que una civil podría haberse levantado después del batacazo de la primera clase de Superviviencia?
–Ah... –Vaya, ahí tenía razón. Pero, de todos modos...
–¿Todo bien, chicas? –se acercó a interesarse Max Pain.
Nameless estaba dispuesta a mentir, pero su Capitana se le adelantó.
–Parece que vivir tanto tiempo entre civiles ha hecho que le tenga miedo a las armas.
–Ah, eso es común entre los de primera generación. Pero ya verás cómo le coges el gusto enseguida –prometió amistoso, poniéndole una mano en el hombro, amistoso, a Nameless y levantando en la otra un pistolón que la dejó helada–. Primero vamos a usar la pistola de energía, así que venid los que no tengáis clase con Kill –canturreó alejándose, metiéndose el arma en la cinturilla del pantalón, por detrás. Pues, anda, como se le disparara, le iba a abrir otro agujero de...
–¿En serio? –masculló Roca–. ¿Ya no hace falta ni tocarte con ella para que te quedes tiesa?
–No es que yo lo quiera –balbuceó Nameless.
–Ese incordio de macarra se acerca –le advirtió su Capitana y Nameless se apresuró a fingir que todo iba estupendamente.
La pistola de energía la considerarían un arma suave, para villanos débiles, pero pegaba unos chispazos brutales que tumbaban a los alumnos a una distancia de diez metros. Aun así, todos se levantaban perfectos, algunos algo electrificados, otros humeantes, a Ludo se le cardó el pelo y Jeff exclamó al incorporarse que acababa de ocurrírsele una receta que incluía verduras fulminadas.
Ver que nadie necesitaba ser llevado a la Enfermería calmó un poco a Nameless. Hasta que se acabaron los alumnos que tenían la suerte de no asistir a las clases de Kill.
El primero fue Full, que se plantó en mitad del claro que toda su elegante chulería, y esperó como si fuera a llegar fuera el autobús y no una bala que impactó contra el chaleco antibalas que llevaba sobre su chaleco habitual. El estallido fue tremendo y el crupier salió despedido hacia atrás como si le hubieran pegado un mazazo en el pecho. Nameless logró contener un gritito, pero no tuvo tanta suerte con el estremecimiento que la sacudió entera.
Después del disparo, hubo un silencio reverberante... que se fue llenando con los comentarios indolentes de los otros alumnos. Full se incorporó como si acabara de despertase de la siesta y se desincrustó la bala achatada del grueso chaleco. Max Pain le hizo un gesto para que dejara sitio libre al siguiente, por lo que Full se puso en pie, se sacudió los pantalones y se acercó a los que esperaban su turno.
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Institute of Evil versus Heroes Academy (IEvsHA)
Teen FictionElla no quiere estar en el Instituto del Mal, pero no tiene otra salvación que ser una alumna modelo. Una historia de supevillanos y superhéroes todavía en edad escolar. Portada obra de @Anaesthetixs Si os mola la historia y tenéis ganas...