Capítulo 22.

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Cuatro meses después.

Quiero que Alice salga lo más rápido de mí, ahora me duele llevarla dentro. Ya no puedo caminar mucho sin evitar cansarme, y ya no puedo ir a la Universidad, me estoy quedando en la casa de la manada, por que en cualquier momento me iba a desbordar y quería que ella naciera en un lugar seguro, donde ningún loco vampiro va a querer hacerle daño de nuevo. Las noches eran incómodas, no encontraba mucho una buena postura para dormir en todo el día y tenía algunas contracciones de vez en cuando.

Estaba hecha una sensible, mientras que ponía un par de ropa en la pañalera, en especial esa pijama de Stitch que Chazz le compro hace unos días y que espero sea lo primero que pueda ponerle. Esas dos orejas tienen algo su me hace querer abrazarlo y no me imagino cuando Alice lo tenga puesto.

Chazz estaba a mi lado viéndome con una sonrisa. Él aún trataba de resolver el problema de los vampiros, pero todo era muy difícil cuando ni siquiera atacaban, cambiaron su guarida y ahora no sabemos en donde mierdas están metidos, pero en la última reunión, quedaron que esperan el ataque, y planearon las estrategias para cuando ese día llegue.

En la noche pude dormir en un rato, pero cuando una incomodidad en mi abdomen de hace presente, me despierto de inmediato. Espero que sólo sea una contracción. Suspiré cuando pasó, pero casi suelto un grito cuando en las dos siguientes se hicieron más fuertes. Moví a Chazz bruscamente, él se levantó de golpe y me miró.

—Necesito que me lleves al doctor —empecé a tomar aire lo más profundo que podía, pero cuando la punzada se hizo más fuerte no pude evitar gritar—. ¡Ahora!

Las luces de la casa se encendieron al igual que en toda la habitación, Chazz empezó a ponerse ropa y luego a buscar el bolso. Mamá y la señora Walker entraron en la habitación y empezaron a ayudarme a respirar. Me hicieron levantar y empezar a caminar. No quería caminar, sólo tener ya a Alice, por que para ser las primeras contracciones, duelen como el demonio.

Todos en la casa se despertaron, pero las únicas personas en acompañarme dieron mamá, la mamá de Chazz y Emma, la esposa de mi hermano y mi casi hermana. Channel y Kendrick aún están en la ciudad, pero lo bueno es que en un par de semana empiezan las vacaciones de mayo y podrán quedarse aquí todo el tiempo que quieran.

Cuando llegamos al hospital de la manada yo ya había rompido fuente, y sentía como si en cualquier momento Mis piernas no fueran a resistir. En el momento que casi caigo Chazz me levanto y me llevo hasta la silla de ruedas en donde me llevaron a una sala, al parecer ya estaba más que lista para parir, porque me hicieron poner un bata y luego me llevaron a la sala de partos, en donde dejaron entrar a Chazz luego de que le pusieron un traje extraño.

El doctor que siempre me atendió y me sentí un poco expuesta cuando tuvo que revisar ahí. Pero fui feliz cuando dijo que ya podía empezar a pujar y traer a mi hija al mundo, aunque con ello fuera un gran dolor, podría tenerla en mis manos y saber que pude cuidar mi primer embarazo.

—Aquí está —dice el doctor. Mi hija solto su llanto un segundo después y caí en la camilla, sabiendo que después de todo, ahora ella estaba aquí—. Es una hermosa niña. —se la llevaron un momento para hacerle el chequeo.

Ella ya había dejado de llorar, y estaba viendo todo con el ceño fruncido. Sus ojos estaban abiertos, sonreí al ver que se aprecian a los míos. La pusieron en mi pecho con la pequeña manta que le compramos hace unos meses. Me indicaron como darle de comer y ella se pego como si dependiera de eso, y mi pecho dolía cuando ella se desesperaba y apretaba sus encías alrededor de mi pezón.

Chazz bajo la manta en su espalda, como si estuviera buscando algo, y cuando lo logró, una linda sonrisa se formó en su rostro. Vino a besar mi frente y luego la de Alice. Cuando mire el lugar que Chazz estaba mirando, pude ver la marca de nacimiento de los Alpha en su espalda baja, es como una pequeña Luna menguante.

Cuando ella terminó de comer Chazz la cargo, y pude ver como la cargaba con cuidado y le daba algunos besos en el rostro, ella se quedo dormida hace unos minutos. Le dije a la enfermera que le pusiera la pijama de Stitch, por que no descansaria hasta que ella tuviera puesta esa cosa.

Se llevaron a Alice para hacer unos chequeos más profundos y asegurarnos de que todo vaya bien con ella. A mi me revisaron, pero todo iba bien, el parto no estuvo tan mal, sólo dos semanas adelantado. Chazz se quedo a mi lado hasta que la volvieron a traer a nosotros. Ambos estábamos conmocionados, nuestra primera hija nació y ahora entiendo el sentimiento de todas las madres al tener a esa pequeña cosa que depende de ti, la cosa que más vas a querer en toda tu existencia.

Como lo pensé, se veía hermosa en su pijama, y aunque Chazz diga que es una pijama de macho, se ve hermosa de todas maneras. Por el momento es una bebé calmada, en la noche sólo lloro una vez por un poco de alimento y luego volvió a quedarse dormida.

No queríamos que nadie la viera hasta que nos dieran de alta, y que todos puedan verlo al mismo tiempo. Por el momento quiero disfrutarla un rato. Chazz estaba descansando en el sofá, mientras que yo tenía acostada a Alice en mi pecho. Al parecer es su posición favorita, porque cuando intentamos ponerla de espaldas empezó a llorar. Estaba lo suficiente caliente con su traje de Stitch y su manta.

Al día siguiente me dejaron ir a casa, y como aún me dolían mis partes, me tuvieron que llevar en una silla de ruedas. Ella estaba en mis piernas y por fin se había resignado a dormir como nosotros la acomodabamos. Cuando entramos en la casa, todos estaban discutiendo por algo de una decoración, y aunque me gustó la decoración que ya tenían con el enorme bienvenida, sólo quería llegar a casa.

Todos nos prestaron atención cuando Alice empezó a llorar como loca y empecé a calmarla.

Ahora, que empiece nuestra vida en pañales y biberones.

Mi mate el alphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora