—Puse la cámara en automático para que tome fotos de cada momento— le explicó antes de que pudiera preguntarle —. De ese modo podrás ver todo lo que hacemos.
Su mirada se dirigió hacia el monitor y veía con fascinación cómo las fotografías cambiaban luego de un momento mientras la cámara capturaba sus imágenes. Era como estar en una sesión pornográfica privada. Su coño se contrajo ante esa idea tan traviesa. ¿Cuándo se había convertido en una chica mala?
Malena e lanzó una lenta y sexy sonrisa a Benedict.
—Entonces, montemos un espectáculo para la cámara.
Levantándose sobre sus rodillas frente a Benedict , pasó sus manos por debajo de su camiseta y la jaló hacia arriba. Alzó la mano hasta su cabeza y lo ayudó a quitársela, arrojándola a un lado, y dejó su magnífico torso desnudo ante su hambrienta mirada. Ella lo observó con apreciación, absorbiendo el six-pack que tenía por abdominales y sus pectorales bien definidos, preguntándose otra vez porqué diablos él pasaba su tiempo detrás de la cámara en vez de estar frente a ésta.
¡Maldita sea!, si estaba bien formado.
Ella pasó sus manos por los músculos lisos de su pecho y sobre sus hombros, suspirando por la manera en que se flexionaban bajo su caricia. No podía recordar la última vez que tuvo sexo con un tipo simplemente porque era un bombón. El pensamiento de tener su dura polla dentro de ella prácticamente la tenía jadeando de necesidad y envolvió una mano alrededor de su nuca para jalarlo en busca de un beso. Esta vez, fue ella quien tomó la iniciativa, hundiendo la lengua en el interior de su boca.
Benedict hizo un sonido profundo en su garganta.
Pasó una mano por su cabello y, con la otra, ahuecó suavemente su seno, Malena gimió en contra de su boca mientras él tomó su pezón entre el pulgar y el dedo índice y le dio un gentil apretón. Ella siempre había tenido los pezones sensibles, pero esta noche parecían estar más receptivos ante las caricias. O quizás Benedict sabía cómo hacerles el amor mucho mejor que cualquier otro hombre que conociera. Podría dejarle hacer esto toda la noche.
Fue por ese motivo que casi protestó cuando quitó su mano. Pero entonces se dio cuenta que había dejado de jugar con sus pechos para poder recostarla gentilmente en el suelo. La miró, observando cada centímetro de su cuerpo desnudo.
—Dios, eres hermosa.
El halago la calentó todo el camino hasta la punta de los dedos de sus pies. Le habría dado las gracias, pero Benedict ya se había inclinado hacia delante para besar lentamente a lo largo del interior de su pierna extendida. Ella se lamió los labios con anticipación mientras él se acercaba más y más a su coño pero, para su sorpresa, pasó de largo su sexo y fue directamente a sus senos otra vez, ahuecándolos con ambas manos. Ella jadeó cuando cerró su boca en el mismo pezón con el que antes había estado jugando. Así que, al hombre le gustaban los pechos ¿no? Sus labios se curvaron en una sonrisa. Debería haberlo sabido por la forma en que sus ojos se mantuvieron pegados a ellos durante toda la sesión fotográfica.
Ella echó un vistazo al monitor mientras él le chupaba uno de sus pezones, sin poder creer lo sexy que se veía. Había robado una rápida mirada ocasional al espejo de su habitación mientras tenía sexo con otros hombres, pero esto era mucho más caliente.
Malena gimió, alzando su mano y pasando los dedos por su pelo mientras él arremolinaba su lengua una y otra vez alrededor del pequeño y rígido pico. Si bien lo que estaba haciendo se sentía maravilloso, también era suficiente para conducirla a la demencia y no estaba muy segura de sentirse aliviada o consternada cuando finalmente alzó la cabeza. Antes de poder decidirlo, él se inclinó nuevamente para tomar el otro pezón con su boca y prodigarle la misma atención, volviéndola loca otra vez.
Cuando finalmente terminó el festín con sus pechos, besó, de manera lenta y pausada, su vientre hasta llegar a su ombligo. Él hizo pequeños círculos perezosos alrededor de la hendidura con su lengua antes de sumergirla en su interior. Nunca antes tuvo a un hombre haciéndole eso, pero ante el estremecimiento de placer que la recorrió, ella decidió que podría haber descubierto toda una nueva zona erógena. Sin embargo, Malena se olvidó completamente todo lo relacionado con su ombligo cuando Benedict fue descendiendo. Su respiración se aceleró mientras él se acercaba más y más a la unión de sus muslos. Algo le dijo que sabía exactamente cómo practicarle el sexo oral a una mujer. Y si su lengua se sentía la mitad de bien en su zona como en sus senos, entonces ella iba a tener un orgasmo alucinante.
Tomando su culo con las manos, alzó los ojos para sostener la mirada por un largo instante, antes de inclinarse para pasar lentamente su lengua a lo largo de los resbaladizos pliegues. Malena gimió, automáticamente echando un vistazo al monitor otra vez: ver el cabello de Benedict enterrado en su zona, foto tras foto, hizo que el acto del sexo oral fuera incluso más erótico y no podría haber quitado los ojos de la pantalla incluso si lo intentaba.
No lamió su clítoris de inmediato, sino que enfocó su atención en los labios de su coño, provocando, pasando su lengua primero por un lado y luego por el otro, hasta que ella estuvo tan excitada, que estuvo segura que iba a explotar en el momento en que finalmente lamiera su clítoris. Se preguntaba si él iba a sentir misericordia por ella en algún momento, cuando puso su cálida boca en la pequeña protuberancia regordeta Malena se quedó sin aliento.Como para volverla aún más loca, él sacudió su clítoris con rápidas y leves caricias, antes de hacer lentos y deliberados círculos a su alrededor. Ella se arqueó en su contra, sus dedos hallando el camino hacia su pelo nuevamente mientras comenzaba a rotar sus caderas.
—Oh Dios— suspiró —. Justo así. No te detengas.
Benedict dejó escapar un gemido y se aferró aún más a su culo,su lengua se movía firmemente mientras continuaba lamiendo su clìtoris. Mantuvo un ritmo lento y calmado, elevándola más y más alto con cada minuto que pasaba. Cuando el orgasmo finalmente la golpeó, comenzó justo en el centro de su clítoris, para luego se extenderse a lo largo de todo su cuerpo hasta dejarla temblando por completo.
Malena intentó mantener sus ojos fijos en el monitor mientras se corría, pero eso rápidamente se volvió imposible cuando empezó a retorcerse bajo su implacable lengua. Renunciando a la pantalla, ella cerró los ojos, echó la cabeza hacia atrás, y se rindió ante el placer envolviéndose en un arrebatador clímax tras otro hasta dejarla completamente mareada. Se sentía tan bien, que no quiso detenerlo.
Pero en algún momento las sensaciones se hicieron demasiado intensas y ella apretó el agarre de su cabello, instándolo a levantarse, aunque dejó de lamerla, no levantó su cabeza. En cambio, él recorrió el interior de su tembloroso muslo con tiernos besos, luego el otro, antes de mirar en su dirección.
Ella lo observó a través de sus pestañas a medio cerrar. Había estado con tipos que eran buenos para lamer c.oño, pero ese tuvo que ser el mejor sexo oral de su vida. Él era un artista con su lengua. A pesar que su clítoris estaba satisfecho, sin embargo, su coño aún se hallaba adolorido por la necesidad que casi bordeaba la desesperación. Y sólo una cosa iba a satisfacer su anhelo.
—Te necesito dentro de mí— le rogó.
Benedict no contestó, sino que simplemente se levantó y abrió su cinturón, desabrochando luego sus vaqueros.
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El Fotógrafo (Benedict Cumberbatch) [ADAPTADA]
FanfictionComenzare por aclarar que esta novela no me pertenece,era una historia que tenia en una pagina mía en Facebook hace mucho tiempo y que la acabo de encontrar. Tome la decisión de ponerla aquí en Wattpad. Malena Prinsloo está de acuerdo en posar para...