A la salida todos corrían por los pasillos como si nunca fueran a salir del colegio. Esto era una estampida de humanos; yo caminaba, no había apuro, y si yo no corro Phil tampoco.
Por lo general Randall siempre desaparece a la hora de salida, él es uno de los humanos que está en la estampida ¿por qué correrá?
—Sigue diciendo que su madre está muerta, y de hecho, no creo que esté mintiendo —mientras caminaba guardaba un cuaderno.
—Oye, mira ¡ahí va Randall! —Phil comenzó a correr— Si no oculta nada ¿por qué corre a la salida?
Íbamos a seguirlo en sigilo, pero no contamos con que en la puerta principal iba a estar el inspector Fausto.
—Ustedes —nos apuntó con el dedo.
Enano de mierda.
—Ya tienen que cortarse ese cabello —enlazó sus manos por la espalda. Su parada era firme, aunque tenía que alzar un poco la cabeza para vernos.
—Pero profe, me lo corté la semana pasada —Phil mentía— Si quiere toque y compruebe —Inclinó la cabeza.
—Ese no es mi problema, ustedes siempe andan con ese cabello largo —Alzó una mano y frunció el ceño— Hagan lo que les digo o sino mañana no me entran a clases ¿Entendido?
No dejó que contestemos, más bien se terminó retirando del lugar.
—Y el imbécil de Randall se nos fue —caminé hasta la salida.
—¡Oye, Olvidamos que vamos en expreso! —Phil volvió a correr hasta donde están estacionados los buses escolares.
La mayoría de los expresos se habían ido, pero el de nosotros aún estaba ahí, esperandonos supongo. Aunque hoy hacía demasiado calor y tener a todos ahí adentro sofocandose No es nada amable de nuestra parte.
—Disculpe, tuvimos un problema con un maestro —Phil se subió primero.
—Lo siento —sólo eso me limité a decir.
Al subir todos nos miraban con recelo, en especial las chicas que se sentaban atrás de nosotros. Algunos sudaban de el ambiente caliente que había en el interior del expreso y Rebecca estaba sentada al frente de mi asiento con los brazos cruzados, a su lado se sentaba su mejor amiga Ana, pero ella tenía los audífonos en las orejas y le importaba un carajo lo que pasaba a su alrededor.
Rebecca me regaló una mirada pero con su ceño fruncido y sus labios un poco torcidos. Me senté atrás de ella y la llamé.
—¿qué tienes?
Ella se volteó.
—¿por qué te demoraste tanto?
Ya veía venir una discusión estúpida, ella siempre las hace.
—Fausto me dijo que me corte el cabello.
El expreso empezó a moverse y el aire del exterior empezó a entrar por las ventanas y ya el ambiente cambió a uno un poco más relajado. Hasta Rebecca suavizó su rostro.
—¿no me estás mintiendo?
—Detesto las mentiras.
—Está bien, te creo —intentó sonreír pero no le salió del todo bien.
—linda mi china —Le di un beso en la frente.
—Pensé que te habías metido en problemas de nuevo...
—Oye, lo del año pasado fue un error. Paule no tuvo nada que ver, sólo estaba cuidando la puerta.
—Fue cómplice, es obvio que tuvo algo que ver —Alzó un poco la voz chillona que tiene.
—Bueno...
—Phil, mejor escucha música.
—Tienes razón —miraba con el ceño, un poco fruncido, a Rebecca. Estos dos se odian de vez en cuando.
El conductor del expreso le dijo a Rebecca que se siente. Algunas veces Rebecca es rebelde y no obedece, pero hoy estaba un poco tranquila.
Hoy el clima estaba bastante cálido, a decir verdad, existen días en los que el clima nos juega una mala pasada, quiero decir que en la mañana puede hacer frió, pero en la tarde tu carne, tu piel, y más bien, todo tu ser está siendo comusumido por los rayos del sol; como si te estuvieras derritiendo metafóricamente. El carro tiene aire acondicionado, pero el señor que conduce ni lo enciende.
Me quedé sentado viendo por la ventana y dejando que el aire reconfortante golpeara mi rostro mientras escuchaba música, hasta que una mano toco mi hombro.
—¿Estas escuchando a Nirvana? —Era una chica de lentes, y aunque tuviera sus lentes encima su mirar era como si apuñalara el alma.
—Oh, sí —Contesté.
—¡A mi me gusta esa banda! —anunció con una voz no tan delicada— Bueno, no es que sea tan fan de la banda, pero me gusta. Tiene buenas canciones.
—-Eh, sí.
Creo que estaba esperando a que diga algo más y establecer una conversación, pero no, yo no hago eso. Ella continuó con la conversación.
—¿Escuchas algún otro género musical?
—O sea, escucho otros géneros, pero son subgéneros del rock.
—Interesante... —miró mi celular— ¿me prestas tu celular para ver tus canciones?
Lo dudé. Hasta contraje un poco el rostro y Phil estaba escuchando todo pero no decía nada, sólo miraba y sonreía sadicamente.
—Tranquilo, no veré tu porno —Sonreía junto a la chica que tenía a su lado.
No dije nada y se lo presté.
La chica de lentes se llama Valentina y a su lado estaba sentada su prima Miranda, o bien, así fue como se presentaron, no conozco sus apellidos. Phil se unió a la presentación e hizo que la charla conmigo no sea tan aburrida, porque sí, yo soy un aburrido.
—A Paule le gustan esas canciones satánicas —Phil tenía el rostro frío, como si lo que dijera es verdad; ¿o en realidad sí lo es?
—El rock no es satánico, bueno en su mayoría de bandas. Es lo que sé —Valentina seguía leyendo las músicas de mi celular y luego abrió los ojos de asombro— Paule ¿eres emo?
Nuevamente todos los que estaban cerca me miraron. Pero ya hasta estaba pensando en considerar serlo y no me fastidiaba.
—¿Por qué lo preguntas?
—Bueno, tu forma de ser es tan... integra y tu cabello está a dos semanas de cubrir uno de tus ojos por completo —me enseñó la pantalla de mi celular— Y tienes está canción emo del año 2010.
Miranda se unió a la conversación. Su forma de hablar es tan madura.
—Recuerdo que en esos años todo el mundo era emo —comentó.
—Lo sé, pero actualmente ya desaparecieron. Me sorprende que a estas alturas un chico —Lo dijo con énfasis— siga escuchando esta clase de canciones.
Tanto Phil como yo estábamos confundidos ante sus comentarios.
—Actualmente nosotras las mujeres seguimos con éstas canciones de desamor, pero para mí es algo muy extraño y único saber que un chico tenga estas canciones.
—Bueno —empecé a denfenderme— cuando mi hermano mayor era más joven escuchaba esas canciones y al final me terminaron gustando —sonreí con mi risa ligera.
Las primas se quedaron poco convencidas pero dejaron a un lado la idea de que yo era emo.
—Bueno, almenos ahora sabemos que Paule tiene buenos sentimientos. No cualquiera escucha estas canciones —Su rostro se puso serio— ¿pero no te cortas, no?
—¿Qué? —me exalté— no, para nada.
Valetina entrecerró los ojos y de fue alejando poco a poco hasta que su espalda tocó el espaldar de su asiento.
—Esta bien, me alegro de escuchar eso. Porque los que hacen eso son unos pendejos—Miró al frente un momento y luego me regresó la mirada— nunca hagas eso —me regresó el celular y se coló sus audífonos en las orejas.
Phil me miraba con los ojos entrecerrados y otra vez con su sonrisa sádica, la cual ya entendía. Trataba de decirme algo muy similar a: has sido tremendo con las mujeres. Pero la realidad era otra. Yo elegí estar con Rebecca y no la dejaría por nadie más que no sea ella. Yo no puedo elegir de quién enamorarme, yo sólo dejo que los latidos de mi corazón me conduzcan hacia mi destino, y mi destino es ella.
ESTÁS LEYENDO
Singular Delirio 2: Las Mentiras Más Bellas.
Novela JuvenilLa vida de Paule no está mejorando del todo, pero intenta salir adelante haciendo caso omiso a sus problemas. Las mentiras y las decepciones serán el plato fuerte esta vez, y la enigmática Rebecca Carter intenta que Paule esté bien a toda costa junt...