13. Venganza Inminente.

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Rebecca había prometido que haría lo posible para que Francis Donald se alejara de ella. Esos abrazos no significaban nada bueno despues de todo, de hecho creo que lo hubiera aceptado si Francis Donald hubiera sido un amigo de su infancia y pasó mucho tiempo lejos del país, y justo ayer llegó. Eso sí se merece un gran abrazo, pero es inaudito que él la abrace cerca de las caderas y que acerque su cuerpo al suyo. Pero esa mañana yo estaba apoyado contra una de las paredes que daba al patio principal del  Hylening, viendo como Rebecca se quedó parada en el centro y sola. El plan era ver quienes se acercaban a ella de manera muy extraña, de esa manera sabré con cuantos hombres tiene una fuerte relación, y por su bien, ojalá se le acerquen las mujeres, o en su defecto, que se quede sola.
    —Aún no comprendo.
    —Sólo hay que esperar.
    —Es una idea muy tonta, pero si es para hacerla pasar vergüenza te apoyo —Phil se golpeó el pecho— Pero si me disculpas buscaré a Helena.
    —Haz lo que te plazca. No es necesario que estés aquí conmigo vigilando.
     Phil afirmó con la cabeza, me dio unas palmadas en el hombro y se fue en busca de Helena que estaba sentada en una mesa bajo un arbol que estaba a unos veinte metros de mí, y ahí estaba Phil, corriendo hacia el amor de su vida. Corre muy raro, como si le da pereza apartar los pies del suelo, muchos dicen —por alguna extraña razón— que parece un teletubie corriendo, y es gracioso porque lo imagino metio el uno de esos disfraces.
    Dos tipos se le acercarón a Rebecca y antes de decirles algo me miró de reojo. No sé que le estaban preguntando, así que imaginé la posible conversación.
    "¿Qué haces parada en medio del patio?"
    "Espero a alguien 'me mira.
    "Ven con nosotros"
    "Lo siento, no puedo 'hace un ademán para que se vayan' Lárguense carajo"
    Los tipos se van y Rebecca se cruza de brazos con el ceño fruncido. Qué mal se la ve frunciendo el ceño, desde que la conozco no hay un sólo día en el que no tenga la mirada tranquila.
    Me senté en el suelo apoyandome contra la pared. Esto era divertido. Malvado pero si realmente me quiere debe demostrármelo, y si se le acerca Francis Donald debe mandarlo a la mierda, o simplemente que comprenda que ahora tiene a alguien, o sea yo. Estaba empezando a salir el sol intensamente, eso ya era una gran tortura ¿Debería parar?
    —¡Mijo! —Randall se me lanzó encima.
    —¡Hijo de tu chingada madre, quitaté! —Grité mientras tenía su mochila encima de mí y encima de su mochila él— ¡Pesas demasiado!
    Se levantó y yo volví a la posisión en la que estaba, pero me dolía demasiado el hombro derecho y el brazo izquierdo lo sentía raro.
    —Eres una completa mierda —Dije— Hasta me golpeaste la cabeza con la mochila.
    Cuando lo visualicé bien me di cuenta de que no venía sólo. Estaba Patrick, Peter, Luis y Jasper, aunque faltaba otro de estos idiotas, en total son cinco menos uno porque ese menos esta saliendo con Alexia y el otro parece que faltó a clases hoy. Ellos son como una banda de delincuentes, una pandilla, y lo digo por su forma de vestir; su forma de hablar y caminar. El más perdido es Patrick, o eso es lo que dicen de él.
    —Así que eres novio de Rebecca... —Soltó Peter.
    —Pensé que todo el mundo ya sabía que Rebecca.. 
    —Te está engañando con Francis Donald. Pues sí, todo el mundo lo sabe —se apoyó contra la pared también— Francis Donald es nuestro amigo, excepto de Randall. 
    Me puse de pie y a lo lejos vi que Donald se estaba hacercando a Rebecca junto a sus dos amigos y uno de ellos era Simón.
    —Y tal vez no lo sepas, pero ella ayer le dijo a Donald que queria hablar con él —Se cruzó de brazos y con el codo empezó a darme unos golpecitos— Sé que tú y yo somos del mismo curso y debemos apoyarnos los unos con los otros, pero Francis es nuestro amigo desde hace cuatro años atrás y lo mínimo que puedo hacer por ti es decirte eso.
    Pese a lo que dijo ya lo sabía porque fui yo el de la idea de que Rebecca hablara con Donald hoy para enviarlo a la mierda. Y todo se pondrá interesante cuando Rebecca rechace a Donald.
    —Vaya, esto va a estar interesante ¿me permites grabar tu reacción?
    —¿Es broma verdad?
    —No, en serio —Sacó el smartphone— Ya tengo la camara activada. No lo subrié a las redes sociales, te lo prometo.
    —Vete a la mierda —Fruncí el ceño y me dediqué a ver la conversación de Rebecca y Donald.
    —Oye Peter ya no jodas —Patrick lo empujó del hombro.
    Todo marchaba tal cual lo planeado. Donald tiene cara de confundido y Rebecca parece estar en cólera moviendo las manos como loca mientras Donald hace un ademán indicando que debe calmarse.
    "Alejate de mí, yo quiero a Paule. Deja de abrazarme y de buscarme"
    "Calmate. Mi china, yo te quiero"
     Mi imaginación es muy poderosa. Hasta puedo oir sus voces en mi cabeza. Pero parece que no pensé correctamente lo que decián porque Donald agarró la mano de Rebecca y se fueron a una de las mesas cerca de la mesa en la que estaba Phil. Él me miró y estaba apunto de ponerse de pie, pero le negué con la cabeza. Donald sobaba el brazo de Rebecca y la miraba compasivo... Entonces se me ocurró una nueva charla que encajaba perfectamente.
    "¡A la hora que apareces!, El idiota de Paule me tiene parada aquí por tu culpa"
    "Cálmate chinita. Ven, vamos sentarnos donde no nos de el sol. Tranquila"
    Como odio a ese tipo... primero con Catherine y ahora ella. Lo que dije que hiciera era para poner aprueba su amor. Para comprobar que era sincera, pero sin embargo es una mentirosa igual que todos los que me rodean; Randall, Elizabeth, Mr. James Thómas, Catherine, Penny, y hasta la psicologa Grace. Pero desde el año pasado ya no soy al chico que se dejaba golpear hasta por un peluche, esta vez me vengaré.
    —Vaya viejo, eso se ve mal. Muy mal —Patrick se puso enfrente— Jasper, llevate a el chismoso de Peter.
    —Pero Francis es nuestro amigo.
    —Sí, pero me cabrea que se pase de maldito.
    Se fueron y sólo me quedé con Randall y Patrick.
    —Viejo, si estas buscando vengarte tengo algo que te podría servir —Patrick tenía una sonrisa sádica.
    Puso su mochila enfrente.
    —Tengo un arma.
    —¡Dios! ¿Qué mierda haces con un arma en el instituto? —Randall se alejó.
    —¡Cierra la pinche boca!, ¿Quieres meterte en más problemas estúpido?
    Estaba realmente perplejo. Era una pistola calibre veintidos... O eso fue lo que dijo, y no cabía duda de que lo que se decía de Patrick era cierto, y me da miedo.
    —No sé si Donald tambien cargue un arma de fuego, pero puede tener una navaja, así que es mejor que tengas esta si te vas a enfrentar a él.
    —¿Por qué me dices estas cosas?
    —La verdad es que quiero venderla, voy a conseguir una mucho mejor —Se volvió a colocar la mochila de la forma correcta— Si te da miedo te puedo enseñar un secreto.
    Miré unos momentos a mi alrededor para ver si no habia profesores cerca.
    —¿Has matado a alguien?
    —No tengo por qué responderte eso. Pero puedo decirte que si te da miedo dispararle puedes probar con un poco de droga. Claro, mañana tendrías flashbacks de lo acontecido el día se hoy —se metió la mano en el bolsillo— y ahora sólo cargo conmigo marihuna, ¿quieres?
    Randall estaba con el rostro completamente asombrado y me miraba con el ceño fruncido... parecia que me estuviera diciendo que nos larguemos lejos de este demente, pero cómo podría irme con sutileza sin insultarle de algun modo.
    —La verdad no quiero matar Donald —Si quiero— y no quiero drogarme —La verdad no está en mis planes. Aún— Y gracias por la oferta.
    —Eres un cobarde Paule.
    —Lo que tú digas, viejo —Contesté y me fui.
    Caminé hasta donde estaba Phil y Randall me venía siguiendo, pero estaba tan callado que me incomodaba. Era como una maldita sombra, pero luego de un rato me pregunto si estaba bien, pero no respondí, solo me encogí de hombros y pensaba en la venganza perfecta para Rebecca. Una venganza que no tiene que ver con asesinatos y drogas, eso hasta suena estúpido, dejemos eso para las peliculas o novelas de drama. No soy una persona pragmatica, tenía el plan B que no se lo comenté a nadie sólo lo sabía yo y estaba apunto de llevarlo acabo, aunque me cueste hacer un negocio.
    —Buen día bellas damas —me incliné hacia Helena y Maryse— Caballero, con su permiso voy a tomar asiento un minuto. Quizás segundos.
    —Paule, ¿te sientes bien? —Phil estaba agarrado de la mano de Helena.
    —Al finalizar este día lo sabremos Watson —dirigí mi mirada hacia Maryse— ¿Me acompañas un momento?
    Maryse parecia confundida, y no especulo por qué será, porque sé la razón (Nunca le había dirigido la palabra de manera tan fluida sin ponerme nervisos y tartamudear). Ella afirmó con la cabeza, nos levantamos y caminamos por los pasillos.
    —¿qué pasó con Rebecca? Phil nos contó tu plan, pero por lo que pude ver salió todo mal...
    —Lo sé. Por suerte tenía otro plan por si esto sucedía.
    —¿Así? —Maryse es linda, aunque algo dientona— ¿cual es?
    —Necesito que pases conmigo en el receso.
    —¡Qué! —Se detuvo.
    —Sí, lo sé, suena raro, pero debes ayudarme ahora.
    —Dime que tienes un plan C
    —Sí, lo tengo.
    —Entonces usa ese.
    —Te pagaré por hacerlo —Dije.
    —¡Hecho! —Aceptó.

Singular Delirio 2: Las Mentiras Más Bellas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora