Maryse tal vez exageró un poco en el receso, yo sólo le pedi que estuviera conmigo todo el tiempo pero se tómo el papel muy encerio y empezó a decirme que le invite algo de la cafetería pero sin usar el dinero que había acordado darle después. También cruzó uno de sus brazos con el mío y se veía tan mal como el abrazó de Rebecca y Donald, de hecho a más de una persona pudo haberle volado la imaginación de ver al tonto de Paule con Maryse Stone.
Maryse Stone es considerada —Al igual que Rebecca y muchas otras— una de las chicas más sexys del instituto, no por su rostro, más bien por su cuerpo de buenas proporciones, de abajo a arriba. Entonces, recapitulando: ¿Qué demonios hace Paule con una chica como Maryse Stone? La respuesta es tan sencilla, pero sin embargo la mayoría de las personas prefieren una respuesta compleja. Una respuesta con lujos y detalles que nunca encontrarán por complicarse tanto la vida. Esto es simplemente una venganza.
Todo salió perfectamente y logré lo que quería. Discutir con Rebecca, decirle todo de frente y que le duela.
—¡Eres un completo idiota!, ¿Qué... —buscaba las palabras correctas?— Qué mierda fue eso?
—¿Él qué? —Me hice el desentendido antes de entrar a mis clases de biología.
—¿Por qué mierda estabas con Maryse? ¡Te dije que con ella no!
Me enfurecí tanto de escuchar lo que acaba de decir... Como si lo que le dije ayer se quedó en el ayer.
—¿Con qué derecho vienes a decirme eso?
—No comprendo.
—Lo único que tenías que hacer era decirle al condenado ese de Francis Donald —señalé en dirección al curso de Donald— que no te busque más. ¿era tan difícil?
Rebecca sollozó un poco y luego me miró con el ceño totalmente fruncido y sus ojos estaban comenzando a ponerse húmedos.
—No sé qué mierda te pasa. Para ti es fácil decirlo, pero para mí es más complejo decirle que se aleje de mí sólo porque el chico del cual estoy enamorada es un ¡celoso de mierda! —Rebecca se dio la media vuelta y se fue con la vista pegada al suelo.
Me importó una mierda si se fue llorando... aunque no voy a mentirles, y no quiero sonar insensible, en el fondo sí me dolia verla así, pero hasta que no se aleje de Francis Donald no voy a resignarme.
Creo que quiero llorar.
Entré a mis clases de Biología y todos me miraron al entrar porque de seguro escucharon la conversación —o discusión—, después de todo la puerta estaba completamente abierta y en los pasillos había silencio. Estoy completamente seguro de que piensan mal de mí, están malinterpretando mi situación; el malo de esta historia soy yo, eso piensan. Mónica y Verónica tienen su mirada fija a mi pero no sonríen como siempre lo hacen, están secas, no mueven ni un musculo facial solo me siguen con la mirada al igual que los demás tipos del salón, por suerte Walter no ha llegado a dar clases. Me tiré en mi asiento y agaché la mirada porque detesto que me miren tanto, es por eso que siempre uso el cabello en los ojos; no veo y no me ven.
Mientras pasaban los minutos empezaron a murmurar y pude identificar la voz de Jane comentando sobre algo que realmente no me importaba en lo absoluto, yo sólo estaba recostado en el espaldar de mi asiento con una pierna estirada y otra recogida mientras giraba un lápiz en mi pupitre. Dios, detesto el tic tac del reloj. Miré lentamente a mi izquierda y había un chico que no había visto antes, seguramente era un chico nuevo, pero ¿a estas alturas? ya es Agosto y en un mes más daremos exámenes del primer quimestre. Debe ser el conocido de algun maestro o algo parecido. En los peores casos debe ser hijo de un maestro.
El tipo empezó a saludarme. Rayos, esos lentes tan grandes y de color verde fluoresente se ven tan mal, y vaya qué delgado es, parece un zombie ¡Es más delgado que yo, joder!
No te acerques. No te acerques. Noteacerquesnoteacerquesnoteacerques.
—¡Hola!, Rodrigo Icaza. Es un gusto... ¿cómo te llamas?
—Paule —contestaba sin mirarlo.
—¿Paule... qué?
—Olvida el apellido, solo dime Paule, pero nunca lo abrevies.
—¿Quieres decir que nunca te diga Pau?
Lo miré mal y el soltó una risa irritante. Su voz es como la que usarían para un personaje tonto en las caricaturas animadas.
—Vaya pelea con tu novia allá afuera.
—No es mi novia.
—Estoy seguro de que aunque sea tienen algo —Me miraba.
No me mires, mierda ¿no ves que nescesito mi espacio privado?
—Dejándo el tema... —Me agarró una mano y la giró para ver mi muñeca— Pensé que eras emo, pero no te cortas...
—Debe ser una bro...
—No manches wey, aquí tienes una cicatriz. ¿qué te llevó a tomar esa decisión?
Phil y Randall aparecieron frente a nosotros y miraban a Rodrigo, pero él solo se dedicó a presentarse al igual que lo hizo conmigo. Es muy locuaz. Detesto a las personas que hablan demasiado, si hubiera tenido a una novia que hablara tanto no esperaría a que me termine, yo sería quien termine esa relación. Lo siento, pero es la verdad.
Phil y Randall empezarón a fastidiar a Rodrigo, pero él tipo no se inmutaba como Albert. Seguía sonriendo de oreja a oreja, y sinceramente me da escalofrios, no entiendo como mantiene esa autoestima despues de que le hayan dicho que parece un drogadicto en rehabilitación o que parece un esqueleto andante. Hasta lo compararon con el maniquí esqueletico de la sala de biología.
—Por fin se fue ese Huesudo de Rodrigo —Phil se sentó en el asiento detrás del mío y Randall se sentó encima de mi pupitre.
—Ese cara de culo no sabé quiénes somos nosotros —Randall seguía con la mirada a Rodrigo— Ya tengo el objetivo de este año
—¿Cual es ese? —Pregunté desanimado.
—Quitarle la sonrisa de la cara a ese tonto. ¿vieron sus lentes? Qué feos.
Las horas siguieron su curso ordinario y Rodrigo se juntó con la pandilla del curso, quienes lo pusieron altanto de qué clase de persona es cada uno e implícitamente me gritaban: Oh, gran maestro, enseñeme a ser como usted. Las voces eran de Patrick y Luis, lastima que tienen a su lado a un tipo raro con una risa irritante que los delata. Ese chico está loco y aún no sabemos de qué tumba salio.
A la salida todos corrian como siempre y Randall seguía corriendo hasta el auto de su padre lo antes posible, aunque ya sabemos toda la verdad sobre él, o eso es lo que queremos creer pero el que corra nos hace poner en dudas nuestras creencias. Finalmente subimos al autobus del señor Simón Bolivar y nos recostamos en nuestros respectivos asientos y desde el asiento trasero me dieron unos toques en el hombro derecho, era Valentina; Miranda no vino a clases hoy.
—Oigan, saben, se runoréa que un tipo de su curso le gritó a Rebecca Carter —Habló en un tono muy allegado al susurro— ¿lo conocen? Porque ese tipo tiene los pantalones bien puestos para gritarle a esa loca...
Vaya, eso fue muy rápido.
—Fui yo.
Valentina abrió completamente los ojos y con esos lentes podías ver hasta sus pensamientos.
—¿Por qué? —estaba emocionada o algo parecido— ¿tienes algo con ella?, ¿te engañó? Esos son los rumores. Bueno, no importa, cuentame todo.
Y se lo conté todo y detalles para que el rumor se extienda y que todo el mundo sepa la clase de persona que es la deseada Rebecca Carter, y por primera vez parecía que Phil no estaba deacuerdo conmigo porque me miraba con el ceño completamente fruncido, pero en el momento que Rebecca subió al autobus Phil me pellizcó para que me sentarara bien, pero no lo hice, quería que me viera conversar con otra persona de su lista negra. Valentina la miraba fijamente, pero no sé si Rebecca tambien la miró. Pero de algo si estoy seguro, y es que me vio conversando con Valentina.
Cuando el auto se empezó a movilizar me senté correctamente y miré a Rebecca y como tenía el codo posado en la parte posterior del umbral de la ventana y su mano sosteniendo su cabeza...
Su mano... su muñeca... había sangre. Se habia hecho una cortada.
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Singular Delirio 2: Las Mentiras Más Bellas.
Teen FictionLa vida de Paule no está mejorando del todo, pero intenta salir adelante haciendo caso omiso a sus problemas. Las mentiras y las decepciones serán el plato fuerte esta vez, y la enigmática Rebecca Carter intenta que Paule esté bien a toda costa junt...