63 [De compras]

511 46 30
                                    

—Puedes regresar a tu casa si así lo deseas.

—No Rachid, ya fue suficiente.

—Se me olvido decirte que compre un departamento, aquí está la ubicación.

—Felicitaciones.

Permanecemos en silencio hasta llegar al departamento de Rachid.

Caminamos hacia el departamento y abro la puerta para luego hacer que se siente.

—¿Dónde está el kit de emergencia?

—En mi cuarto.

Subo rápidamente y busco el kit desesperada, para luego bajar y intentar sanar las heridas.

—Ah —Se queja alejándose un poco.

—¿Te duele mucho?

—Si, acércate más —Me toma por los lados de ambos brazos y intenta acercarme a el.

—Rachid —Digo con un tono serio y firme.

—Disculpa —Agacha la cabeza apenado.

—Ve a descansar —Me levanto dirigiéndome a la cocina.

—Primero te muestro tu cuarto y luego me voy a dormir.

—Solo dime donde esta y yo lo busco.

—De aquí al fondo a la izquierda.

—De acuerdo.

Me aseguro de que se valla a dormir y busco el cuarto, al encontrarlo entro y me tiro en la cama.

Puff.

Tomo el celular y me fijo si Zayd esta en línea y si, si lo está. Me desconecto y me duermo.

Amanecer.

Abro los ojos con gran dificultad para luego fijarme en la hora.

Apenas son las 6, me ducho, rezo el Salat Al-Fajr y recito un poco el Gur'an para luego entrar a la cocina y revisar que hay en esta.

Todo está lleno, al parecer sabe cocinar, me pongo el delantal para no ensuciar mi vestimenta y comienzo a hacer tortilla con huevos, exprimo las naranjas y le hecho un poco de azúcar para no beber algo tan ácido. Lo mezclo y sirvo el desayuno en la isla.

—Rachid —Chillo tomando asiento en un taburete.

—Ya voy —Dice este mientras hace sonar su calzado indicando que se acerca.

Viene modelando un sweater blanco que le hace notar sus músculos y unos pantalones negros ajustados con unas Adidas superstar blancas.

—¿Para donde vas? —Lo observo de arriba, abajo impresionada.

Nunca lo había visto así.

—Quiero que te despejes un poco.

—¿Saldrás con esos golpes?

—Es lo de menos. Lo importante es que disfrutemos —Toma asiento en el taburete de enfrente y inicia a desayunar.

—¿A dónde?

—A la plaza, a las mujeres les encanta la compra y seguro a ti también.

—¿¡SI ME GUSTA!? —Digo emocionada.

—Si lo se te encanta —Nos reímos simple.

Seguimos platicando hasta terminar de desayunar seguidamente de lavar los platos.

—Bueno iré por mi bolso y nos vamos.

—Te espero en la sala.

Me seco las manos y doy unos cuantos pasos hasta llegar al cuarto en donde duermo, me puse la misma ropa de ayer ya que no está sucia y no puedo regresar a la casa para buscar mi ropa.

Segundo PlatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora