Una mujer y su pequeño hijo se encontraban en la cocina tras haber terminado de almorzar. La madre estaba, por un lado, lavando los platos y los utensilios utilizados, mientras que su retoño se entretenía jugando con sus autos y dinosaurios de plástico en la pequeña mesa de madera ubicada en el sitio.
—¡Mamá! ¡mamá! —Le llama su pequeño de siete años.
—¿Qué ocurre, Kyle? —La mujer deja de lado lo que está haciendo para poder posar la mirada en su hijo.
—¿Crees que pueda venir Stan? Hace tiempo que no viene a la casa —pregunta el niño, formando un leve mohín con sus labios.
—No lo sé, hijo... —dice la madre algo dudosa. No quería tomar de improvisto a la madre del amigo de su retoño con una solicitud tan repentina.
—¡Por favooor! —pide el pequeño alargando la "o" y mirándole con ojos suplicantes, tales como los de un cachorro.
— Está bien. Llamaré a Sharon y veré si la puedo convencer de que traiga a Stan para que pase aquí la noche —Le sonríe al niño tras caer ante su ternura.
—¿En serio? ¡Gracias, gracias! —Kyle emocionado, sale corriendo escaleras arriba para preparar su habitación para la pijamada.
Comienza a buscar los juguetes con la ilusión de por fin poder ver a quien consideraba su mejor amigo. Ambos niños iban a la misma escuela y en el mismo grado, pero en distintas secciones; Kyle en primero Sol, y Stan en primero Luna. Sin embargo, antes de siquiera entrar al jardín infantil, ya se habían hecho amigos gracias a sus madres, las cuales eran muy buenas amigas desde la secundaria y decidieron que era una buena idea que sus hijos continuasen con la tradición. Prácticamente se conocían desde siempre.
—Kyle, hijo. —Llama su madre desde el umbral de la puerta con una expresión seria. Su hijo nota al instante su presencia debido a su tono de voz, prestándole total atención—. Stan no podrá venir...
El niño la mira con los ojos cristalinos, al borde de las lágrimas, soltando los juguetes que tenía en sus pequeñas manitas. Se sentía triste, pues le hacía muchísima ilusión poder ver a su amigo que la noticia le había sentado fatal.
—Era una broma —ríe divertida así sorprendiendo a su pequeño—. Llegará a las seis.
—¡Siii! —Exclama el niño con emoción.
En las próximas dos horas el pequeño sigue a su madre al living, y se encarga de hastiar a la pobre mujer, preguntándole cada cinco minutos cuándo es que iban a llegar Stan y su madre a la casa. Su progenitora suspira, para luego decirle que debe ser paciente, que la paciencia es una virtud, y que mejor fuera a su habitación a jugar o dibujar para que la hora transcurra más rápido.
Kyle obedece y sube a su cuarto. Una hora después ingresa Sheila, encontrando a su pequeño sentado frente al escritorio de menos de un metro de altura, diseñado especialmente para niños.
—Kyle, Sharon me llamó para avisar que ya vienen cerca —comenta acercándose al escritorio donde el niño estaba dibujando, o más bien, garabateando en el block de dibujo—. Vamos abajo para recibirlos, ¿te parece?
—Sí, mamá —responde Kyle para así ponerse de pie y seguir a su madre.
—Preparé unas galletas para acompañar el té —anuncia la mujer mientras bajan las escaleras rumbo a la primera planta.
—¡Qué rico! —Al escuchar la animada voz de su hijo la mujer no pudo evitar esbozar una sonrisa.
El sonido del timbre resuena entre las paredes de la casa y Sheila se dirige hasta la puerta de entrada, girando el pomo de esta y abriéndola. De pie, frente a ellos, se encuentra una mujer de aproximadamente cuarenta años, de cabello castaño y corto, y de unos profundos ojos azules como el océano. A su lado, un niño de siete años, de pelo azabache como su padre, e iris del mismo color que los de su madre.
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Desde esa noche ➳ Style (Two-shot)
FanfictionDesde un pequeño Kyle que hace una pijamada con su mejor amigo hasta donde pasa el tiempo y se convierten en hormonales adolescentes. ✦Pareja: Style (Stan x Kyle) ✦Los personajes no me pertenecen, créditos a sus creadores. ✦Créditos del fanart de la...