Los días han pasado muy rápido como por arte de magia, Janet y yo estamos en una tienda donde confeccionan vestidos para bodas, Katherine dijo que después se iba aparecer por estos lados y nos iba a acompañar también a elegir el vestido. Elizabeth y Sofi, se fueron a conseguir los arreglos florales, la decoración y demás. Karla y Karlota están mirando que preparar para ese día. Michael invitó a todo el mundo. John Landis sería nuestro padrino y Elizabeth nuestra madrina. Michael en compañía de su hermano: Jermaine, fueron a conseguir su traje. Tengo nervios y emoción a la vez, todo se me junta, tengo emociones encontradas. A veces quiero llorar, otras veces reír y así.
Cuando me había probado un vestido tras otro, nos quedamos con uno de encaje y de cola, color blanco y muy hermoso. Janet no pudo evitar soltar algunas lágrimas e irse encima mío a darme un abrazo, en ese momento me sentí la persona más afortunada del mundo.
—Te ves preciosa, María.
—¿En serio lo dices? —Pregunto con algunas lágrimas en mis ojos, ella asiente y me vuelve abrazar.
Ojalá no pasara el tiempo tan rápido, desearía que los conciertos que tendrá Michael se pos-pusieran para el siguiente año. Creo que es lo que más deseo, pero ni modo. Como dije, nos casamos, tendremos nuestro bebé y él tendrá que viajar. Así tiene que ser, supongo.
—¿En que tanto piensas, hija? —Pregunta dudosa la mamá de Michael y yo salgo en mi trance de pensamientos para observarla.
—En nada... —Tartamudeo un poco y suspiro— El tiempo a pasado muy rápido. Eso creo.
—Y tienes razón, muchacha. Ha pasado muy rápido. —Ella me regala una de sus sonrisas más maternales que tiene. De esas que salen del fondo de su alma, me acerco a ella y le doy un beso en la mejilla.
Una vez con el vestido comprado y pagado, nos dirigimos hacía la tienda donde se supone que estaría Elizabeth con Sofi, hoy decidimos comer afuera de la casa. Michael aún no me ha llamado y tampoco se ha reportado, pero no estoy nerviosa por eso, sé que está bien.
Terminando de comer y echar una platica entre mujeres, muy emocionadas, me demostraron los felices que se sienten por ver a Michael tranquilo y por haberse encontrado a una persona como yo. En medio de halagos dicen que hallaron en mi: Una amiga, confidente, hermana e hija. Eso me hace muy feliz.
Llegamos a casa, pero no me encuentro con Michael, ni a su hermano. Entonces Elizabeth junto con Janet y Sofi, me convencieron de ir a descansar, ya que habíamos caminado muchísimo y me sacaron de taquito con la excusa de que una novia no podía ver como iba quedar el salón decorado. Sin rechistar, acepté y me fui a dormir un poco, la verdad es que si estaba algo agotada.
~***~
Después de haberme echado una buena siesta, me desperté contemplando la belleza de las bellezas más grandes del mundo. Era él, quién me estaba haciendo mimos y por lo que veo, también cantándome una canción. Sonrío, me estiro un poco y me siento sobre la cama como si fuera un resorte.
—Hola mi pequeña dormilona —Me dice suave mientras se acerca a mi, para darme un beso.
—Hola mi bello hombre —Sonrío entre su beso, lo recibo con gusto mientras entrelazo mis manos detrás de su nuca y lo atraigo más a mi.
Él me toma de la cintura y me pega aún más a él, luego me separo unos milímetros y lo miro profundamente.
—¿A qué horas llegaste? —Le pregunto casi en un murmuro y lo sigo besando. Él ríe, se separa de mi a una distancia considerable y se pone de pie. Va hacía el buró y coge entre sus manos una pequeña caja, me la extiende y yo lo miro confundida.
Lo miro profundamente esperando una respuesta, tomo la caja y él sonríe aún más.
—Por cierto, hace como una hora llegué. —Responde finalmente mi pregunta y me da un beso en la frente.
—¿Y esto? —Alzo la mano para enseñarle la caja, él con la mirada me dice que lo abra.
Me encuentro con otro collar, pero este tiene un dije donde hay una foto que nos tomamos juntos. Sería como un segundo collar. Aún tengo el otro que compré con un dije en forma de corazón, que se abre en dos, donde tenemos una foto de cada uno; pero en cuanto nazca nuestro bebé, cambiaré las fotos del dije y se volverá más especial. Le pido que me ayude a colocarlo para que acompañe el otro y una vez que lo tengo puesto, me giro para abrazarlo fuertemente.
—No tenías porque comprarlo, además se ve muy caro ¿Cierto? —Digo mientras lo admiro y me siento cada vez más enamorada.
—Sólo quería hacerte un pequeño detalle, ya que se acerca nuestra boda —Responde, pero le resta importancia. Se acerca y me da un pequeño beso en la nariz.— Vamos, tienes que cenar.
Bajamos al comedor tomados de la mano, su tacto es cálido y suave. Me aferró más a él y siento su aroma a pino fresco y vainilla. Cuando llegamos al comedor, Michael hala la silla para mi y luego se sienta él, a mi lado.
—Buenas noches a todos —Saluda Michael muy efusivamente y todos le devuelven el saludo de la misma manera.
—Estás muy contento, hermanito —Dice Janet y todos reímos.
—¡Janet! —Exclama y se pone tímido. Veo como su cara sube de temperatura y suelto una carcajada resonante. Tomo su rostro en una de mis manos y le doy un beso en la mejilla.
—Pareces un niño —Murmuro y lo miro tiernamente —Mi niño. Mi hombre. Mi novio... Mi futuro esposo.
Todos nos miran con cara de ponque, Michael y yo al darnos cuenta que no había ruido en el ambiente, salimos de nuestro trance de amor y aterrizamos a tierra firme para ver que pasaba. Resulta que todos nos estaban observando. La Toya si tenía una cara de fastidio, pero después le restó importancia... Supongo que es por tanto empalague, por parte de nosotros. Nos reímos nerviosamente y nos acomodamos para seguir cenando.
Una vez terminada la cena, La Toya me llama para hablar con ella personalmente, así que nos dirigimos hacía el jardín de atrás. Nos sentamos y contemplamos la brisa. Sin embargo, el lugar estaba algo tenso.
—Así que te vas a casar con mi hermano, ¿No? —Pregunta levemente seria y yo asiento con una pequeña sonrisa.
—Nunca había visto a Michael tan feliz —Dije, mientras observo el cielo que está estrellado y muy hermoso.
—Yo tampoco. Mi hermano la ha pasado muy mal, pero desde que llegaste tú... Todo se ha resuelto.
—Yo espero que Michael sea inmensamente feliz. De verdad lo deseo.
—Yo también, María. —La Toya posa una mano sobre mi hombro y me mira dulcemente.— El motivo por el que te cité para hablar contigo privadamente, es porque veo que eres muy buena amiga de mi hermana, Janet. Te confesaré algo: Apenas te vi en la fiesta de año nuevo, me repetí a mi misma: "Está vez, mi hermano eligió bien".
—Entiendo. Pero, podemos ser amigas. ¿No?
—Claro —Responde muy alegremente y me abraza.— Gracias por hacer feliz a mi hermano.
¡Hola hola! Espero que estén muy bien, disculpen si me demoré en actualizar novela. A pasado una semana por cierto haha. Espero que les guste mucho este capítulo. Lo hice con muchísimo cariño para todas ustedes ¡Las amo! No olviden comentar y votar.
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Casados a la fuerza © [TERMINADA] #Sakura2019
Romance"No podía verlo, me daba ira máxima, con sólo sentir su presencia". Lo que ella no caía en cuenta, es que del odio al amor, sólo hay un paso. María, la criada mas joven de la mansión Neverland, donde actualmente vive Michael Jackson, el famoso c...