el precio de la locura

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¿Porque siempre nos vemos obligados a hacer algo que no queremos? Explicenme por favor porque estoy yendo a una boda a la cual ni a la pareja conozco y como hizo mi madre para obligarme.

Explicenme porque tengo cáncer. Pero sería injusto ¿saben? porque no todo tiene una explicación racional y además ¿quién soy yo para recibir explicaciones? Nadie.

Así que en este preciso momento estoy en un maldito auto con mis padres yendo a la absurda boda. Mi madre , como siempre, se retoca su maquillaje en un pequeño espejo que siempre porta con ella. Frunce los labios después se colocar su labiar y sonríe, satisfecha,  mientras mi padre canta las típicas baladas-de-su-época y yo solo queriendo abrir la puerta y largarme de aquí.

-keyler, no quiero verte de mala cara en la boda ¿oíste? -dijo mi madre.

La verdad era que ya se estaba haciendo una costumbre para mi esto, ella siempre diciendo " Keyler, no hagas esto.... keyler no hagas aquello" y yo siempre respondiendo lo mismo -Si, mamá.

El viaje duró unos largos veinte minutos. La iglesia se encontraba en medio de nada más y nada menos que una isla ¿pueden creerlo? Casarse en una isla, maravillosamente escalofriante.

Para poder llegar hasta allí debíamos tomar un bote , algo que me hizo soltar una risita, ya que mi madre odia el agua. Esta me fulminó con la mirada y subió al bote ahogandose un insulto.

Dos jóvenes se acercaron y se subieron al bote sin decir una palabra.

El más alto debía de ser de mediana edad, unos ¿20 años? pero no confíen en mi perspectiva, recuerdo que una vez pensé que una chica estaba entre los treinta y cuando fui a preguntarle resulta que solo tenía diecinueve, en fin, la chica se quedó mirandome raro durante un rato.

Volviendo a los dos jóvenes, a el más alto le  caia una melena rubio ceniza cubriendole un poco menos de un cuarto de la cara que convinaba a la perfección con unos ojos totalmente negros. Era bastante guapo si contas la parte en la que su camisa lucía bien sus musculos enormemente tonificados. Pero el más bajo, por así decir, era casi todo lo contrario. La camisa solo lograba lucir unos delgados brazos y no le quedaba a la perfección como en el otro caso. Su cabello era tan oscuro como la noche y caía desprolijamente por alrededor de su rostro, bien de mi gusto, y su mirada color verde agua miraba expectante hacia el orizonte, algo no muy visto en la sociedad hoy en día.

Al llegar a la isla, mi mamá largó todo el aire acumulado en el viaje. Los dos jóvenes bajaron del bote confundidos, sin saber a donde ir, tal cual como nosotros. Caminamos por un sendero de pequeñas piedras hasta llegar a una playa. Wow, fue lo único que logré soltar. Los dos chicos se miraron entre si y sonrieron. Quizá no fue mala idea haber venido.

La iglesia se encontraba a la derecha de donde estabamos. Muchas personas, mayormente adultos, estaban fuera de la iglesia hablando animadamente.Bufé y seguí caminando. El jóven más bajo miró mi expresión y soltó una carcajada. Perfecto, ahora soy una ridicula.

-No eres ridicula, solo me pareces graciosa-contestó el morocho. ¿que demonios? ¿Lo dije en voz alta? Soy una genio. Por suerte mis padres ya habían desaparecido y se los veía entablando una conversación animadamente con otro señor.

-Ah, vale- respondí y seguí caminando, no era buena haciendo amistades y tamooco me imoportaba tenerlas. ¿Para que? ¿Para que llores cuando mueras? Ni loca.

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⏰ Última actualización: Jul 04, 2014 ⏰

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