Y cuando empezó a oscurecer apuntaste al cielo, y dijiste que había una estrella por cada cosa que amabas de mí.Lauren Oliver. Requiem
Jongin
—¡Tengo 17 años! ¡Sé cuidarme solo! —y dicho esto, Jongin cerró la puerta de un portazo y se aseguró que su tía no lo molestara más cerrándola con llave.
Cuando se giró para dirigirse a su cama, no esperaba ver a Kyungsoo sentado en ella, mirándolo fijamente. Sus alas casi llegaban al techo y en esa ocasión y quizás debido a la luz del mediodía que se filtraba por el cristal de la ventana, sus alas se veían de un rojo pastel.
—¿Dónde estuviste anoche? —la voz de Kyungsoo era siempre demasiado suave, con un tono más grave que el del resto de las personas que conocía. A Jongin le fue difícil dejar de temblar cada vez que este le hablaba de esa forma.
—No es de tu incumbencia.
Kyungsoo se levantó calmadamente de la cama y avanzó hacia el joven. Sus ojos miraban la mancha morada que Jongin tenía en su cuello.
En ese momento en el que notaba la mirada de Kyungsoo en él, Jongin odio a la chica y a sus ásperos labios, desde su aroma a tabaco hasta sus ojos felinos. Se odio a sí mismo por no haberse ocultado el morado con una bufanda y se odio por haberlo permitido. Pero el alcohol siempre hacía de las suyas y el Jongin de ayer solo pensaba y añoraba unos labios que supieran corresponderle, aunque fueran descarados y sin sentimientos. El chico solo quería sentirse deseado por un momento y el mundo parecía tan lleno de gente capaz de darle lo que pedía que no pareció importarle.
Kyungsoo acarició la mancha con tonos rojizos y morados con sus dedos, Jongin sintió un escalofrío cuando notó el tacto de los dedos del otro. No podía permitirse verse reflejado en sus azulados ojos, porque se sentía como si no fuera digno de esa mirada, así que se limitó a apartar la vista hacia el suelo.
—¿Te gustó la sensación? —preguntó Kyungsoo, descendiendo sus alas hasta que las puntas de estas tocaron el suelo.
—Hubiera preferido que sea otra persona.
--¿Quién Jongin? ¿Quién es ese afortunado e imbécil que no tiene las agallas de besarte?
Kyungsoo estaba tan cerca que incluso podía sentir su aliento chocar contra sus labios, tan cálido que hacía de Jongin temblara como una hoja.
Hasta para besar, Kyungsoo era suave y sofisticado. Sus gruesos labios se unieron a los de Jongin con un débil roce al principio pero más profundo cuando éste acercó más hacia el rostro del menor. Sus bocas encajaban como la última pieza de un puzle y Jongin sintió que podría incluso dejar de vivir si se separaba de esos labios.
¿Qué sientes cuando te besan de esta forma? En ese momento solo Jongin lo sabía.
El tacto era electrizante pero tan delicado como un pétalo de rosa. Kyungsoo posó su mano en la nuca de Jongin y lo obligó a acercarse más. Sus labios bailaron al mismo ritmo y cuando la lengua de Kyungsoo acarició la suya, Jongin cerró los ojos, y cogió el atajo más corto que lo conducía hacia la felicidad, si se podía llamar así al hecho de que su corazón parecía querer saltar fuera de su pecho y su alma querer esconderse y acurrucarse en los brazos de Kyungsoo.
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Angelus [Kaisoo]
Fanfiction∞En el cielo no existía un inicio ni un fin, las horas se fundían con la eternidad mientras que el día se mezclaba con la luna y las estrellas. El tiempo solo transcurría para Jongin cuando éste volvía a la tierra con Kyungsoo. Se trataba de un jueg...