"La primavera despierta la naturaleza y los corazones, pero en su danza de renacimiento, a veces el jardín del amor se llena de flores, y los enamorados deben aprender a florecer juntos en medio de la competencia por la luz del sol."
Capítulo 12
A mediados de marzo, Manhattan comenzaba a despertar de su largo letargo invernal. La primavera llegaba tímidamente, como una invitada ansiosa por revelar su belleza gradualmente. Aunque el frío aún se aferraba a las calles, los primeros signos de cambio eran evidentes para aquellos que prestaban atención.
Los árboles, que habían permanecido desnudos durante meses, comenzaban a mostrar sus primeros brotes de vida. Las ramas que antes parecían esqueléticas ahora estaban adornadas con pequeñas hojas verdes y brotes tiernos. Algunos de los cerezos japoneses, que se habían mantenido en un profundo letargo, comenzaban a abrir sus delicadas flores de color rosa pálido, creando un espectáculo efímero pero impresionante en los parques de la ciudad.
A medida que los días se alargaban y el sol ganaba fuerza, los abrigos de invierno comenzaban a dar paso a chaquetas más ligeras y bufandas menos voluminosas. Las terrazas de los cafés y restaurantes se llenaban de comensales ávidos de disfrutar de la brisa fresca y los primeros rayos de sol. El aroma a café recién tostado se mezclaba con la fragancia de las flores que comenzaban a florecer.
A pesar de que la primavera aún era un susurro en comparación con la explosión de vida que vendría en los próximos meses, la ciudad comenzaba a vibrar con la promesa de días más cálidos y una renovada vitalidad. Era el comienzo de una nueva temporada en Manhattan, pero que traía consigo momentos tortuosos para mí.
Por increíble que pareciera, todo marchaba muy bien. Los "casuales accidentes" que me asechaban se había detenido y ahora era yo quien salía un par de horas en las noches desde mi habitación, para ayudar a una que otra persona en peligro.
Según la información policiaca del condado, había un incremento de homicidios del 20% con seis casos semanales, violaciones del 15% y un mínimo de treinta casos semanales, robos del 8% con casos hasta de trescientos ochenta, agresiones graves del 6% con seiscientos casos, robos con allanamiento de morada del 4%, siendo unos doscientos sesenta robos, hurto mayor del 7%, unos mil cincuenta casos, hurto menor del 6%, alrededor de dos mil ciento cincuenta casos y delitos de odio del 14%, un total de ocho casos semanales. Sí, en porcentaje que parecía pocos en comparación a otros países, pero para mí eran demasiados.
Ahora, aún así, ese no era el mayor de mis problemas porque se me daba bien combatir con el crimen. De hecho, era realmente fácil con las capacidades que poseía y que cada vez iba maestreándome, mi problema era, que cada noche al acostarme, soñaba con aquel beso prohibido.
Y prohibido por muchas razones: Exnovio de mi mejor amiga muerta, llevaba a penas un par de meses de haber perdido a Dan, y para colmo, me llevaba unos ocho o diez años de diferencia.
ESTÁS LEYENDO
Instrumento: Galica #POFG2024
Science FictionLa perfección en nuestra vida es un asunto relativo. Para muchos, se trata de tener dinero, fama, belleza o comodidades, lo cual lo traducen en felicidad. Para otros, es mucho más que eso. ¿Pero cuál es su verdadero rostro? El destino me llevó a mad...