Capítulo 3: Nada es lo que parece

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"AMOLAD es propiedad de The Snipster"

La pasión no es buena consejera, cuando Des cayó en cuenta de esta situación ya estaba en una moto a toda velocidad recorriendo las calles de Long Island, el viento despeinaba sus cabellos, por eso odiaba aquellos aparatos, ir sin casco, con un hombre en estado de ebriedad era una tontería, imaginaba las noticias si algo malo le pasaba: "Comerciante Millonario muere en un accidente, autoridades no saben quién era su guapo acompañante". Sacudió la cabeza al notar que estaba pensando, como siempre, en lo peor.

Leo estacionó su motocicleta en una de las tiendas de autoservicio, un enorme letrero en forma de Siete adornaba el local, Con una ceja arqueada en su rostro fue como lo encontró Spindler al voltear hacia él.

—Necesito condones y bebidas— murmuro en respuesta, haciendo un ligero movimiento de hombros para quitarle importancia a su declaración — Supongo que aquí tienen ambas cosas.

El rosto de Des sufrió varias coloraciones ante aquellas palabras, otra vez el peso de sus precipitadas acciones caía en él, estaba abrumado ante las posibilidades. Quien pensaría que apenas hace unas horas en aquella aburrida reunión su asistente le dijo unas duras palabras.

— Jefe, debería salir a divertirse, tiene el dinero y los medios para lograrlo —, la voz de Lourdes Lovelance, su asistente, resonó mientras Aeva hacia unas llamadas desde su iphone y revisaba sus apuntes de aquella reunión con la señorita Vania, la mujer y él se odiaban a muerte, pero debía de cerrar el trato con su agencia de modelos.

— Lou...llámame por mi nombre —le dijo autoritario, era su mano derecha desde hace casi tres años y su única amiga sincera. Pero la mujer tenía razón, el hombre era un empedernido de su trabajo.

— La prensa está especulando, hasta cuándo va a dejar que ellos dominen su vida — las palabras aun resonaban en su mente.

La opinión pública dictaba su actuar, las páginas de sociales elevaban o bajaba su estatus frente a la competencia, la marca "Ardent" se iría al caño si todos supieran lo que ocultaba su líder y creador. Que le gustaban los hombres y no las mujeres.

Era verdad que muchas celebridades estaban saliendo de sus "closets" y yendo en contra de la opinión pública, pero para su desgracia, él no era un actor, era un empresario y sus millones dependían de las ventas y relaciones comerciales que interactuaban con él día con día; Por eso al dejarse llevar por la pasión y el peligro fue una estupidez que no sabía cómo reparar, estaba excitado hasta decir basta y el hombre de ojos verdes le correspondió.

Observo a Leo bajar de la Harley y entrar a aquel local, Des tenía dos opciones: pedir un taxi y largarse de ahí, la segunda era follar y luego escapar; Esa opción le gustaba más, placer sin culpas, un polvo fugaz que ambos disfrutarían.

Spindler volvió después de unos minutos, con una botella de Johnnie Walker y una bolsa oscura con preservativos y lubricante, lanzó una mirada de reojo al sujeto misterioso que tenía sobre su moto, era un rostro tan hermoso y sonrojado, esas características fue lo que lo atrapó al verlo entrar a aquel bar, en su traje impecable y caro, notó enseguida que no era de ese lugar; Destino, suerte o tal vez karma, le venía bien algo de diversión después de lo de su anterior relación, era un hombre de momentos y "el ahora" era su lema.

—Pensé que te arrepentirías — le sonrió, Des clavó sus orbes ámbar en el hombre tremendamente masculino que tenía ante sí, observo que efectivamente compro lo mencionado, ya no tenía escapatoria. — no falta mucho para llegar, a menos... ¿Qué hayas cambiado de opinión?

Miradas (AMOLAD)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora