¿Depredador o Presa?

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¿Depredador o presa? Había pasado la mayor parte de mi vida sabiendo la respuesta, o al menos eso creía, conocía este bosque a la perfección, andaba en el cómo alguien camina por su casa, conocía todos los atajos, todos los cruces y sus zonas, y pese a tantos años de acumular experiencia, había cometido el más grave de los errores, creía que yo era el único depredador en este amplio bosque, y obviamente, estaba equivocado.

Mas sin embargo, la confianza es el peor enemigo de la seguridad. Lo digo yo, que en mi momento me confié y ahora lo lamento.

Aprendí a cazar de noche gracias a mi padre, era un hombre rudo y de carácter fuerte, vivió toda su vida en estos bosques, cuando murió me heredo una cabaña a las afueras del mismo, cerca de un pequeño pueblo de cazadores.

Pese a que crecí con mi padre, cuando murió mi madre, yo acabando de cumplir los 20 años, decidí marcharme, dejando el pueblo a mis espaldas me encamine en lo que sería un viaje algo largo, teniendo en cuenta que no salía seguido del pueblo, vague entre ciudades un tiempo, hasta que recibí la noticia de que mi padre había muerto, y me había heredado la cabaña, entonces decidí que era hora de regresar.

Había pasado cerca de seis años fuera, y el tiempo hace de las suyas, mi habilidad como cazador había mermado considerablemente, regrese a los mismos suelos, los mismos árboles y la misma gente, se hizo un pequeño funeral cerca del bosque, pues esa zona era la preferida por el en vida, todo el pueblo asistió, cosa que claro me sorprendió, pues en el tiempo que viví en los bosques con mi familia ellos siempre se habían mostrado distantes, pocas veces los veía cerca de la cabaña o hablando con mis padres.

Pasado el funeral me encontré con varias sorpresas, la primera era que todo el pueblo conocía a mi padre, pues siendo un cazador nato, era la primera opción del pueblo cuando había escases de alimentos, mi padre, un hombre de antaño, creía firmemente en la idea del trueque, a él no le importaba si algo valía más que otra cosa en un intercambio, primeramente por eso se alejó del pueblo, pero poco a poco la gente se dio cuenta de que la familia de la que venía era amable, en tiempos de escases, repito, siempre le pedían ayuda a mi padre, quien con buena cara y a buen paso, salía hacia las montañas para cazar, sin importarle si hubiera perdido en términos del valor del trueque.

Mis primeros días en la cabaña fueron infortunios, mi oxidada habilidad como cazador salía a flote, en aquellos años caminaba por el pueblo, confiando en que encontrase la claridad que necesitaba para seguir cazando, así pues, después de algunos años y largas caminatas, reclame con mi propio esfuerzo el otrora apodo de mi padre: "Cazador", comprendí que todas las veces que a mi padre lo habían llamado "El Cazador" no era por que desconocieran su nombre, si no que para ellos la verdadera forma de llamarlo era así; cuando empezaron a llamarme de ese modo me sentí extraño, pero después de un tiempo me acostumbre.

Siguió pasando el tiempo y me convertí en lo que mi padre fue, en tiempos de escases alimentaba al pueblo, solo entonces me di cuenta de los tantos problemas que tiene un pequeño pueblo en comparación con una ciudad, después de muchas recomendaciones para evitar escases de alimentos y para mejorar el comercio con el exterior el pueblo inauguro un torneo anual de caza.

Cada año el clima en la zona era desastroso, la temporada de lluvias azotaba al pueblo con furia, las tormentas pasaban una tras otra, el pueblo se preparaba durante meses solo para soportar unos cuantos días de lluvia, que, al terminar limpiaban el bosque con certeza, pues toda huella que hubiese estado plasmada, todo sendero que había sido trazado era destruido, lo que dejaba al bosque en un estado de constante renovación; la fauna, que con los años se había ido adaptando, haciendo más fuertes las raíces de las plantas, y trazando senderos como desagües para evitar inundaciones, después de la temporada de lluvia surgía con más vigor que en otros tiempos, lo que preparaba un escenario perfecto para el torneo.

En dicho torneo, participaban todos los cazadores del pueblo, desde los más novatos que apenas se habían iniciado en el deporte de la caza, hasta los veteranos que pocas veces salían a cazar debido a que ya conocían el arte, usualmente los cazadores participantes salían de dos a tres semanas después de las tormentas, yo acostumbraba a salir antes, pues con la gran cantidad de cazadores estorbando, mi trabajo solo se haría difícil, mientras que el objetivo principal del torneo era conseguir comida para el pueblo, yo tenía otro objetivo.

Verán, la cacería es una lucha contra los instintos, se pone a prueba la habilidad para esconderse, rastrear y perseguir de los cazadores, por ende existían algunas cosas que facilitaban la misma, mientras que el instinto de los animales les ayuda en la mayoría de las situaciones, el instinto humano es mucho menos eficiente, esto se compensa con las herramientas humanas, la lucha no era problema, cualquiera podría disparar un arma y hacer caer a un gran oso a la distancia, el verdadero problema era saber dónde estaba ese oso, apuntar y disparar, todos estos se mezclan al hecho de que nosotros somos los extraños en el bosque, la presa lo conoce, vivió y creció en el, la confianza que tiene el animal en sus instintos es perfecta, claro que no siempre estos instintos tienen la razón, sin embargo pocas veces una presa duda, eso es de humanos, siempre intentara aprovechar el mas mínimo error de su depredador para voltear la situación...

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⏰ Última actualización: May 01, 2017 ⏰

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