Dos amigos.

921 78 52
                                    

No tengo miedo.

No lloraré.

Los monstruos no existen.



Se despertó sudoroso y gritando. Gritando de dolor a las tres y seis de la mañana.

Se dijo a sí mismo "Estoy bien, ya no puedo sentir nada".
Sus amigos dormían, cada uno en su colchón.

No os vayáis.

El monstruo les observaba desde la ventana, esa que daba a la terraza.
Grandes colmillos sobresalían de su boca.
Parecía susurrar "Soy un monstruo".

Tord, uno de los tres chicos, el único con insomnio, susurró "No te vayas aún" hacia la ventana.
Se levantó lentamente y caminó hacia la ventana tranquilo, pero asustado. Aquel callejón en aquel barrio de aquella ciudad era peligroso. Mucho más de lo que los tres pensaban, despacio, abrió la ventana de la terraza, y allí, vio a su monstruo.

- Hola - dijo la silueta iluminada por La Luz de las farolas.

Tord no respondió.

- ¿Que haces despierto a estas horas? - insistió la silueta.

Tord tardó un minuto entero en responder.

- Tengo insomnio.

- Oh! - a la silueta pareció sorprenderle - ¡Yo tengo la solución perfecta para tu problema!

Tord suspiró.

- Si son pastillas o cualquier tontería ni te molestes, ya lo he intentado todo - Tord empezó a caminar hacia su colchón, pero antes de cruzar la puerta, la silueta le cogió de la mano y le susurró:

Ikanaide

Tord volvió a suspirar. Dio media vuelta hacia la silueta, su monstruo se había convertido en un humano, uno de su edad, con un estilo de pelo "antorcha" según las revistas de adolescentes y unos "ojos" negros penetrantes; iba vestido con ropa pasada de moda y rota, llevaba una gran bolsa marrón medio rota y rodeada por parches para tapar agujeros irreparables.

Era increíblemente agraciado el chico.

Y recibió a Tord con una sonrisa.

- Está bien. ¿Que tienes planeado? - preguntó Tord no demasiado interesado en aquel chico.

- Mira, vamos a hacer un trato.

Tord se puso recto expectante a la siguiente palabra que saliera de la imaginación del chico.

- Voy a contarte una historia.

Tord suspiró he intentó soltarse.

- NONONONO - el chico insistió - De verdad, escúchame.

Tord volvió a mirarlo con aburrimiento.

- te contaré una historia, si te duermes, volveré la próxima noche a contarte otra, si no lo haces, no volveré.

Tord se quedó extrañado.

- Entonces no volverás nunca, es imposible que me duerma con una historia.

- Eso ya lo veremos, ¡Venga! Siéntate, que vamos a empezar.

Tord se sentó lentamente, aún desconfiando de ese peculiar adolescente que apareció de repente en su terraza.

- ¿Y si a la mañana siguiente me despierto con un órgano menos? - preguntó Tord.

El chico soltó una carcajada, la cual, sin saber por qué, le provocó a Tord un pequeño escalofrio.

- Venga, no seas tan desconfiado. - el chico sacó una fina manta de su mochila y tapó a Tord con ella, acto seguido, se sentó enfrente de él.

"Había una vez, en este mismo pueblo, en este mismo callejón, dos amigos."

Tord escuchaba con demasiada atención al chico, notando como cada músculo de sus labios se movía en sincronía con el otro. Simplemente perfecto.
La voz de aquel monstruo tranquilizaba a Tord cada vez más.

"Dos amigos únicos, inseparables, capaz de mover montañas por su amistad, los dos, curiosos, vivían innumerables aventuras"

Los ojos de Tord iban cerrándose.

"Un día, los dos amigos volvieron a su pueblo natal después de una gran aventura, los dos estaban exhaustos y se quedaron a dormir en casa de uno de ellos, mientras uno dormía, otro conversaba con el padre de su amigo, el cual, al verlos llegar los recibió con una gran sonrisa.
-Veo que sois muy amigos ¿Eh? ¿Quieres que te cuente un secreto sobre mi hijo?- dijo el padre del chico que se encontraba durmiendo.
El otro amigo, curioso que era, asintió sin pensarlo.
El padre, sin más preámbulo, le confesó a el amigo, que su hijo no tenía tripas ni intestinos, habían sido remplazados por piezas mecánicas, tuercas y tornillos, puro metal. A la mañana siguiente, el padre del amigo, emprendió un viaje del que nunca regresaría, dejando a los dos chicos solos, el chico, curioso cómo él solo, mientras su otro amigo dormía, lo abrió por la mitad, y comprobó que tenía razón. Su amigo, era en realidad un montón de piezas metálicas simulando vida. Fin"

Tord se había dormido. El chico sonrío.

- Mañana volveré a por ti.







A la mañana siguiente Tord se despertó en el balcón, tapado por una fina manta y rodeado por tres pétalos de rosa roja.


El monstruo ya no estaba.






__________________________
Hey! Cuánto tiempo! Cuanto hace que no nos vemos? (Posiblemente ni estés leyendo esto).
Bueno, esto es un "experimento" que quería hacer, solo actualizaré esto cuando este inspirada y cuando quiera, así que si tardo dos meses no hay problema, no creo que nadie lo vaya a leer, no va a tener lemmon.
Espero que os llame la atención, siempre intento hacer algo nuevo, hay veces que no me sale :,3.
Así que disfrutad de esta Turd. Muchos me pedís que escriba (no sé por qué porque soy horrible escribiendo ), así que aquí tenéis vuestra """""""historia""""""""
Feliz día a Todos.







Ikanaide.

Ikanaide (tomtord)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora