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No se dónde estoy.

No podía ver mucho, solo una pequeña luz que se traslucía por una ventana cubierta por una sábana. Me encontraba tirada sobre un fino colchón,  que para ser honesta es mejor que el que tengo en mi casa, y una frazada medio sucia y rota.

Me levanto, pero al intentar incorporarme completamente sentí un mareo que hizo que me tiemble todo el cuerpo provocando que me tenga que sostener de la pared para no caer. Cuando me recuperé y sentí que ya me podía mantener parada sin ayuda de la pared, me solté; pero me tuve que mantener en mi lugar para estabilizarme al 100/100.

Al ya sentirme normal otra vez, volví con mi preocupación inicial: ¿dónde estoy?

Me acerco hacia una ventana para luego correr la sábana, al hacerlo, me quedo impactada al ver como la ventana estaba cubierta por barrotes. Y al mirar a través de éstos, podías ver una calle desierta, sin edificios, autos, casas... nada.

Un desierto.

Cuando termino de analizar el "paisaje" que tenia frente a mi, trato de buscar alguna puerta o alguien para salir. Cuando puedo identificarla, me acerco para abrirla pero antes de poder poner aunque sea un solo dedo sobre el picaporte, escucho unas voces de hombres muy cerca de mi, haciendo que regrese al fino colchón dándole la espalda a la puerta.

-¿Cuándo despertará?

-Nose, Ruby dice que pude que tarde mucho en estabilizarse.

-Y eso es porque...

-Porque dicen que en la camioneta no se paró de mover ni un segundo y le dieron varios sedantes para que se quede quieta. Escuche que el padre la utilizó como pago por una deuda con James... - Claramente hablan de mi.

-Chica dura, eh? A donde la mandarán?

-Seguro que Jace la manda con Billy. Ya sabes, tipo fuerte, chica caprichosa... puede funcionar.

-Ojala y no sea así, quiero decir, me compadezco de ella si fuere así.

-Lo se, crees que estará bien?

-Espero que si.

-No podemos entrar a verla? Aunque seguro dormirá hasta mañana o pasado.

-No, la llave la tiene Jason. Dijo que nadie iba a verla hasta la pelea, igual que con las otras. Ya sabes..

-Siquiera para comer?

-Siquiera para comer - repitió la segunda voz, para luego escuchar pisadas desvaneciéndose.

A penas pasaron unos minutos desde que se fueron esos dos hombres, me levanté rápidamente del colchón. Llego a la puerta y agarro el picaporte rezando porque se hayan olvidado cerrar y esté abierto. Y para mi suerte lo está. Me aplaudo mentalmente antes de salir de esa habitación cegandome completamente por la fuerte luz del pasillo.

Saco la cabeza y miro a ambos lados de este antes de salir.

Es un pasillo bastante lago, con muchas puertas cerradas y todo pintado de blanco, bastante lujoso.

Avanzo por este sin saber hacia donde voy. Fue en ese momento en que me di cuenta de mi vestimenta, estaba solo con una remera larga,  de hombre, que me llegaba hasta por arriba de las rodillas. Traté de bajarla lo mas posible, pero se volvía a subir. Ya sin seguir intentando lo imposible, continué mi búsqueda hacia la salida de donde quiera que esté.

Seguí pasando puertas y mas puertas, hasta llegar al final del pasillo; al final de este había una puerta de madera, estaba entre abierta.

La empujo con cuidado de que no rechine y entro bastante curiosa. Era una habitacion muy grande y hermosa, tenia una cama con dosel y dos mesas de luz a sus costados. Y habia dos puertas mas que estaban cerradas.

Cuando estaba por irme de esa habitación, escucho unas voces femeninas acercandose por el pasillo.

Rapidamente me escondo abajo de la cama y espero lo que sea que el destino quiera.

-Raquel, de verdad no creo que deberiamos estar aqui. Que si alguien se entera? - Preguntó una voz chillona y bastante aguda.

-Basta - La mandó a callar la segunda voz, que tenia un toque mas sensual y serio.

Desde mi posición solo podia ver sus pies enfundaros en altos tacones rojos, moviendose por todos lados, revolviendo cajones y escritorios.

-¿Puedes repetirme que buscamos? - Preguntó nuevamente la voz chillona.

-Una carpeta gris.

-Crees que podré ser elegida la proxima batalla?

Batalla?

-No lo se Clara, deja de preguntar tanto y busca mas.

Pasaron unos minutos en el que seguian desordenando todo, tirando cosas al suelo sin importar que eran. Hasta que los pasos en el pasillo se volvieron a oir.

-Vamos Clara, al baño! Rapido - Susurró Raquel con rapidez.

En ese momento me alerté, ya que si ellas no podian estar aqui, menos yo.

Empece a escuchar los pasos cada vez mas y mas cerca, hadta que de repente no se escucharon mas.

Repiro tranquilizada pero aun no salgo de mi escondite.

De un segundo al otro me toman de los tobillos y me arrastran por el suelo sacandome de mi escondite.

Me encontraba tirada en el piso, mirando hacia un hombre clavo y robusto. Seguro que mis facciones demostraban el temor que sentía al haber sido descubierta.

Hubo unos minutos de silencio por mi parte, mientras que al hombre se le extendía por su sudorosa cara una gran sonrisa.

-Pero miren a quien tenemos aquí... Mi nueva gran adquisición creo yo - Dijo el  hombre desconocido.

Trate de hablar, pero de mi boca no salían sonidos. Estaba muy asustada, sin saber que hacer o que iba a pasar conmigo.

Otra vez, perdí mi gran oportunidad de escapar.

-Que haces aquí afuera Querida? Y para colmo, sola. Creo que mis reglas habían sido claras: No dejarte salir. Algo bastante claro, verdad? Pero hoy en día no se consiguen buenos hombres para el trabajo sucio. Ahora, que haré contigo?  -Dijo mirándome como esperando una respuesta de mi parte. Pero al notar mi silencio, esbozo una gran sonrisa malévola que me daba escalofríos con tan solo mirarla para luego agregar - Ya que mis hombres, si se les puede decir así, no hicieron su trabajo;  lo tendré que hacer yo.

Dijo para luego tomarme del pelo con fuerza y levantarme del suelo de un tirón, haciéndome pegar un grito de dolor que nació desde lo profundo de mi alma. Ya parada, con su mano aun sosteniéndome del pelo, utilizó su mano libre para pegarme en la cara, justo en el ojo, tirándome al piso nuevamente.

Nuevamente en el piso, indefensa, luego de recibir varias patadas de su parte y sintiendo como la sangre corría desde mis fosas nasales hasta mi cuello; decidí no moverme y quedarme en silencio. Trate de calmar mi respiración, y aguantar los espasmos que daba mi cuerpo por el llanto que trataba de calmar.

-Greg -Escuché a lo lejos - Hazlo.

Pude alcanzar a oír para que luego me coloquen nuevamente un trapo en la cara, cubriéndome la nariz y la boca, haciendo que cierre los ojos. Lo distinto de esta vez, era que solo rezaba por no despertar, y el sentimiento de alivio al ya no sentir mis extremidades y el dolor de todo mi cuerpo.





Hola! Queremos aclarar un punto con respecto a los comentarios y votos. Nuestra idea es que por cada capitulo, el suguiente debe tener el doble de comentarios y votos. Para poder actualizar la historia.
Ya tenemos 10 capítulos terminados, asique vamos a poner "logros". Si hay X cantidad de votos y comentarios, subimos cap antes. Que les parece???

Invictus.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora