12 años de mi amor.

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Y pues aquí traigo la segunda parte de "16 años de mi amor." igualmente de la Trifecta obviamente ^^. La verdad es que mientras escribía esta segunda parte (al igual que la primera aburrida en clases :v ) pensé en que quedaría bien que escribiera todas las etapas que podría ser de la historia, ya saben, que escriba desde el punto de vista de Kirishima como sería aguantar un amor tan grande por 16 años... eeeeehhh.... creo que no me explico muy bien xD en fin ya lo verán cuando publique las demás partes :3

En un principio pensé que estaría mejor hacer una sola historia de varios capítulos, pero al final me agrado más la idea de hacerlo así por separado ^w^

La canción me pareció muy acorde a la historia, la letra siento que se identifica con lo que pasa el pobre de Kirishima. 

Ahora sí, a la historia xD

Nota: A lo mejor hay algún que otro error de ortografía porque lo pasé a la computadora ya un poco tarde y pues mañana hay escuela así que aunque lo revisé se me pudo pasar algo.

-.-.-.-.-.-


-Me aburro –resopló fastidiado de esperar a que la clase terminara. Kirishima Zen se encontraba sentado en el techado de la escuela. Miró a su alrededor por décima quinta vez buscando con que entretenerse, pero nada, a lo mucho alguna que otra avecilla llegaba a hacerle compañía, pero al mismo tiempo que llegaba se iba al no encontrar comida. Se preguntó si lo mejor hubiese sido subir algún trozo de pan para al menos distraerse un poco con los pájaros.

Justo cuando volvió a suspirar la esperada campana se hizo sonar. Kirishima se puso de pie ingresando dentro del edificio descendiendo por las escaleras hasta el piso donde estaba su clase. En su camino se encontró de frente con cierta chica de cabellos castaños. "Sakura", era lo único que sabía de ella, aparte de ser una excompañera de clases de la escuela media, aunque fuera de eso no sabía mucho, ciertamente "hablaron" en más de una ocasión con anterioridad, después de todo al ser ella la delegada de la clase, y siendo él quien armaba el desastre no era de esperarse alguna que otra discusión entre los dos. A pesar de que no comenzaron con el pie derecho exactamente, en los últimos días no había podido evitar ponerle más atención de la debida. Intercambiando únicamente miradas se pasaron de largo cada quien directo a su salón.

Soltando una sonrisa nerviosa desvió su mirada hacia la ventana que daba vista directa fuera; se quedó ahí parado mirando más tiempo del debido perdiéndose en sus pensamientos, hasta que en eso, una cabellera azulada captó su atención casi inmediatamente, pero no iba solo, otras tres personas iban junto a él. Un indescriptible deseo de salir corriendo de ahí e ir tras esa persona se apodero de él, más por obvias razones no podía hacerlo, sacudió su cabeza de un lado a otro queriendo librarse de ese inexplicable deseo, mas como era de esperarse, fue en vano, por lo menos trato de ignorarlo y dejarlo pasar.

El día continuó normalmente, pero para el joven castaño no fue precisamente así, su mente aún rondaba en la persona que vio aquella mañana, no estaba muy seguro pero se le había hecho raramente familiar...

«Oye, ¿por qué estás aquí y no en clases?»

Fue ahí cuando cayó en cuenta de quién podría tratarse, pero no podía asegurar nada, después de todo no había visto su rostro, y ya habían pasado cuatro años, era más que posible que sus facciones hubiesen cambiado; lo recordaba con un rostro infantil y a pesar de casi siempre tener el ceño fruncido, su cara seguía teniendo cierta suavidad, incluso había llegado a pensar en que era algo tierno. Inconscientemente una sonrisa se formó en su rostro, ni siquiera tuvo tiempo para darse cuenta, pero ahora mismo era el joven de cabellos azules que acaparaba su mente.

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