Parte 3 - Amigos

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Tony Stark lo tenía todo; fama, dinero, belleza, inteligencia, incluso un grupo de superhéroes mundialmente famosos. Bueno, siendo muy estrictos, los Vengadores no eran exactamente de su propiedad, pero ese tipo de detalles no importaban, al menos no en ese momento; lo que ahora ocupaba su mente poco o nada tenía que ver con el resto del equipo.


Llevaba un par de días pensando en ello, incluso se había encerrado en su laboratorio más tiempo del acostumbrado con tal de aclarar su mente. La idea le daba vueltas en la cabeza sin parar y no le permitía avanzar con los ajustes a la nueva armadura; cualquiera diría que Tony estaba preocupado, pero el gran Anthony Edward Stark jamás se preocupaba por nada; no se preocupó cuando una invasión extraterrestre casi destruye Nueva York, ni cuando Ultron perdió la chaveta o el soldado del invierno provoco la separación de equipo; mucho menos iba a preocuparse por haber visto a sus rubios compañeros besándose.


En realidad cuando lo pensaba con cuidado no era tan extraño que se besaran; los coqueteos de Thor eran cada vez más evidentes. Los abrazos "amistosos" y los besos "fraternales" en la mejilla aumentaban considerablemente cuando se trataba del Capitán América, y como si eso no fuera poco las insinuaciones sexuales tampoco se hicieron esperar; con el paso del tiempo a todos les resulto obvio que el dios del trueno tenía un interés no tan fraternal con el soldado, el único que no se enteraba de nada era, por supuesto, Steve.


- Tan inocentón como siempre capipaleta. - pensó en voz alta Tony al recordar como su amigo únicamente se sonrojaba con los avances del Asgardiano. Thor no era precisamente sutil y parecía sentir una gran necesidad de invadir el espacio personal de Steve cada que podía, sin importarle quien estuviera alrededor. En respuesta Steve únicamente reía avergonzado y trataba de huir sutilmente.


- Imbécil. - gruño el castaño ante el recuerdo de dichos acercamientos.



- Si te incomoda debes decirle, ¿dónde quedo el héroe imparable y valiente? - pregunto Tony con sorna.


El cap le observaba con un evidente sonrojo; había decidido llevarle algo de comida decente al laboratorio, como hacía siempre que Tony, enfrascado en algún loco experimento, se encerraba por días sin descanso; y en un intento de aclarar su mente había optado por hablar con él de sus preocupaciones, mejor conocidas públicamente como Thor el dios del trueno.


- Ese es el problema Tony. - el soldado había captado la atención del científico que aun devoraba la comida con ansias. - No estoy seguro de que me moleste en realidad.


El hombre de hierro le observo con cuidado, su amistad no había sido precisamente sencilla, al principio de su relación ni siquiera se soportaban, eran tan diferentes que el más mínimo desacuerdo provocaba literalmente una guerra entre ellos. Necesitaron de muchos años de trabajo duro, y una que otra amenaza mundial, para lograr forjar una alianza más sólida y cooperativa.

Con el paso del tiempo ese compañerismo forzado se convirtió en una sincera y profunda amistad. Tony había encontrado en el capitán un apoyo incondicional y una guía moral de la cual aprender, algo que le hacía mucha falta. Por su parte el ingeniero se convirtió en el soporte del soldado, una persona a la cual recurrir cuando sentía que sus fuerzas menguaban y el mundo lo sobrepasaba. Tony no esperaba que Steve fuera imparable, del mismo modo que Steve no esperaba que Tony fuera perfecto y eso los había convertido en los mejores amigos que nunca imaginaron tener.


- Entonces... - Tony comenzó a hablar de nuevo ignorando la molesta opresión en su pecho. - Quizás lo que sientes por ricitos de oro es algo más que amistad ¿no?


Jamás olvidaría la expresión del capitán al escucharlo, su cerebro dejo de funcionar por completo y Tony estaba seguro de que empezaría a echar humo por las orejas en cualquier momento. La imagen le provoco una sonora carcajada que solo sirvió para aumentar la consternación del rubio. Su mejor amigo estaba enamorado y aunque la idea le emocionaba, que el objeto de ese afecto fuera Thor no le hacía ni pizca de gracia, mil veces prefería al mapache de Barnes o al rarito de Deadpool que al príncipe Asgardiano.



De vuelta en el presente Tony no tardo en entender porque le molestaba tanto que la relación del capi y Thor hubiera avanzado de ese modo. Thor era el príncipe de Asgard, su tiempo en la tierra estaba limitado por las responsabilidades que le aguardaban en su hogar. Y solo un imbécil no se daría cuenta de lo feliz que era Steve desde que estaban juntos, el dios lo había regresado a la vida y las sonrisas que se dedicaban eran especiales; Tony las conocía a la perfección porque eran las mismas que compartía con Pepper cuando creía que nadie los observaba.

Cuando estaban juntos actuaban como un par de niños, riendo todo el tiempo y descubriendo impacientes las maravillas de la época que no eran pocas para esos dos. La soledad de Rogers se había desvanecido por completo siendo reemplazada por una felicidad plena y nadie en esa torre desconocía de quien era la culpa.


Sin embargo Tony sabía que algún día llegaría el inevitable momento en que Thor debiera partir de vuelta a su mundo, y eso significaba solo una cosa...dolor.


Dolor, porque si Steve no podía o no quería acompañarlo estaba claro que el corazón de ambos se rompería por completo y no existían garantías de que esta vez alguien pudiera sanarlos.

Dolor, porque si Steve decidía seguir al dios hasta Asgard entonces él perdería al mejor amigo que alguna vez tuvo y eso sería como si le arrancaran un pedazo de su alma; doloroso, cruel e irreparable.


Tony dejo salir todo el aire de su pecho en un suspiro resignado. Podía ser un maldito casi todo el tiempo, pero reconocía el amor verdadero, y ese par de rubios lo habían encontrado. No sería él quien se interpusiera en la felicidad de Steve, incluso si eso significaba quedarse solo de nuevo. Porque Tony podía ser muchas cosas, un filántropo, genio, millonario, playboy y superhéroe; pero que lo entregaran a Doom para ser lobotomizado, si algún día se permitía ser un mal amigo para Rogers. Cuando llegara el día en que su mejor amigo decidiera marcharse al lado del beach boy él lo apoyaría con todo su corazón y le despediría con una enorme sonrisa y buenos deseos, no se convertiría en una carga más para el soldado.


Porque Tony Stark era muchas cosas, pero nunca un mal amigo.



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Y aquí un nuevo capitulo, espero que les guste la forma en que retrato a Tony, se que hay muchas fans de él y que lo tienen definido en sus mentes de cierta manera. La verdad es que a mi me parece que Tony puede ser un gran apoyo para el capitán si se lo propone, entiéndase su mejor amigo, y por eso es que lo retrato de ese modo, pero como también me gusta hacerlo sufrir un poquito pues tienen como resultado esto. xD


NOTA: Los Vengadores no me pertenecen, hago esto como mero entretenimiento.

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