Lo que hizo fue que...
Me tomó del brazo con fuerza, se abalanzó sobre mí, me dio un abrazo luego me miró y me besó...
Debo aclarar que yo soy más bajo que él, medía como veinticinco centímetros más que yo, eso lo hizo muy cliché lo admito.
Lo quedé mirando, y solo me dejé llevar.
.– A-amm... Y-yo... Yo... Lo siento no sé por que lo hice, no sé si está bien, pero debía hacerlo por que sentía la necesidad de hacerlo.
.– Tranquilo, no pasa nada, hum... ¿Nos vamos?
.– De Acuerdo vámonos, en serio lo lamento por eso. –respondió Samuel.–
Cuando llegamos a mi casa me despedí con un abrazo, me dijo si podía darle un beso en la mejilla, no veo el problema en hacerlo.
Cuando estaba a punto de hacerlo volteó la cara y lo besé en los labios, cuando me di cuenta me alejé y me sonroje y me fui de un soplido a mi habitación.
Pasaron Dos días desde aquel beso, Samuel y yo hemos salido bastante y creo que de algún modo volvimos a ser los mejores amigos.
.– Tenemos que hablar. –todos sabemos que esa frase no significa nada bueno.–
.– ¿Qué ocurre?, ¿Está todo bien? –me comenzaba a poner nervioso, como siempre.
.– Solo quiero pedirte una oportunidad para poder comenzar de cero, es que necesito hacer las cosas bien esta vez.
.– Y-yo no, no lo sé, pero creo que todos merecemos una segunda oportunidad y bueno si eso quieres que así sea.
Samuel se puso tan contento que me invito a cenar a su casa, gracias a dios su familia me tenía cariño, en el camino hacia su casa me tomó de la mano y me dijo si me molestaba que lo hiciera le dije que no me molestaba y me dijo gracias a dios.
Cuando vimos a Alexandra (su hermana) me soltó la mano inesperadamente.
.– Lo lamento por eso, pero es que no quiero que me malinterpreten mis padres, ni mis hermanos.
.– No te preocupes, yo también pase por eso y confieso que no es fácil.
Cuando llegamos a su casa, su mamá estaba bastante ocupada, Samuel dijo que es por que hoy su jefe vendría a cenar con nosotros y quería que la casa estuviera ordenad y limpia para cuando el llegara.
Ya acabada la cena, hora tipo once cuarenta y cinco de la noche la mamá de Samuel me ofrece quedarme a dormir, ya que era tarde y el lugar se vuelve peligroso, así que me quedé.
Cuando todos se fueron a dormir yo me quedé viendo televisión un rato, ya que no tenía mucho sueño, de repente escucho que alguien viene bajando por las escaleras y de inmediato apago el televisor.
Sentí que alguien se metió en el sofá conmigo y me volteé para ver quien era, y resulta que era Samuel...
...(Susurros)...
.– ¿Qué haces aquí?, tu mamá me regañará si nos ve juntos.
.– Tranquilo, no despertará usa pastillas para dormir, y una de esas máscaras para dormir y mi padre esta tan cansado por trabajar que duerme como un bebé no tienes por que preocuparte, ahora duerme. –eso me calmo un poco, pero Samuel esta actuando de una forma algo rara.
Cuando me levanté esta mañana, descubrí que estaba en la habitación de Samuel, él estaba abrazandome se veía que estaba muy pacífico y debo asumir que siempre había soñado con estar así con Samuel.
Sentía su respiración en mi pecho, se sentía bien, lo desperté para que fuéramos a desayunar.
.– ¿Qué sucede que hora es? –dijo un poco dormido aún.-
.– Tenemos que levantarnos para desayunar.
.– Que paja. –aveces suele ser algo flojo pero bueno.–
.– Vamos ya levantate, debes ir a dejarme a casa por que luego se hará más tarde.
.– De Acuerdo.