Capitulo 5

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Hace 9 años.


Peeta se encontraba en su casa, sentado en el sillón y preocupado mientras intercambiaba miradas con Katniss. La pequeña Lexie, se encontraba dormida por la agotada noche que nunca acababa.

Ellos no estaban de acuerdo de lo que iba a hacer Haymitch pero no podían cambiar su decisión.

En eso, se escucha como él entra a la casa con una maleta cargada y una carta en la mano.

—Vengo a despedirme de Lexie.

—Está dormida —dijo seria Katniss.

—Mejor —respondió Haymitch, tirando sus maletas y acercándose al sofá donde estaba su hija. La miró por un momento y se le hacía más duro hacer esto pero todo era, para protegerla de él mismo— Espero que no me odies, princesa —besó su frente, dejando caer una lagrima.

Katniss y Peeta, solo presenciaban la escena triste. Pero el chico no lo quería dejar así.

Haymitch...

—Hasta luego, muchachos. Por favor, le entregan esto a Effie y... quiten esas caras —les dijo extendiendo la carta que tenía en sus manos para entregárselas.

—No, Haymitch —se negó Peeta— Tu sabes que...

—Muchacho, de esto ya hablamos.

—No, no estoy de acuerdo con lo que harás. Vas a perderte toda la niñez de Lexie y de...

Peeta, calla la maldita boca. Si yo me voy, es para protegerlas.

—Pero no es la única opción —intervino Katniss.

—No discutiré con ustedes. Me voy —dijo, tomando sus maletas y a punto de irse pero sonó el teléfono y Peeta atendió. Era Effie.

—Espera, es Effie. Quiere hablar contigo.

Haymitch molesto tomo el teléfono y contestó.

—Hola.

—¡Qué barbaridad con Peeta! Tanto suspenso que le pone al asunto. Me alegra de que estés bien, cariño. Quería que vinieras para hablar pero creo que ya no hay hora de visita. Ya sabes cómo es de estricto el hospital del distrito 12 —explicó riendo levemente— ¿Sabes? Solo quería decirte que... —sin más rompió en llanto— lo siento. Lo siento. Perdón por tratarte así, yo sé que no fue tu culpa...

—Preciosa...

—Enserio, lo siento —sollozó— Yo te amo mucho, así que lo que hiciste, no fue tu culpa. Te quería decir esto hoy y no mañana.

—No tienes por qué disculparte. Tenías razón en sentirte así, yo fui quien puso en peligro la vida de ustedes...

—No, tú no hiciste...

—Por eso me voy.

Hubo un momento de silencio, ella no entendía a que se referia.

—¿Qué? ¿Cómo que te vas? ¿Me estas avisando de que iras a un bar?

—No, me voy, Eff. Espero que vivan mejor sin mí.

Les Debo Mi Amor (Hayffie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora