Καλώς ήρθατε στη ρουτίνα μου

19 1 0
                                    

Lun, 11 de junio de 2018
16:24

Abro los ojos, mis latidos aumentan
Los gritos resuenan en mi mente,
Mi cuerpo se levanta automáticamente,
los malos hábitos son duros de abandonar.
Mamá... alejate de ella,
golpeó con todas mis fuerzas,
como la mayoría de las noches,
nunca alcanzo a calzarme,
la batalla me toma por sorpresa.
Voy repitiendo las palabras que en la calle escuché, para suprimirlo y concentrarme.

Y el miedo? Que arda.
Y el miedo? Que arda.

Se separan, me siento como un árbitro en una pelea, excepto que está puede terminar en una muerte,
las palabras se cruzan, las amenazas se enfrentan, las pieles se juntan otra vez.
     Round 2, fuera del límite.
El frío y mojado piso no me altera,
entonces vuelvo a entrar,
y caigo, empujada por el enemigo.
Enemigo? Supuesto progenitor? "Es buena persona, solo que cosas malas le pasaron" Mentiras, es un intruso, un ladrón, abusador, enfermo psicópata. No me gusta que infames excedan el margen, esa fue la gota que colmó el vaso.
Me levanté, impulzada por mis hermanas, por la lucha en la que me encontré, no sé que hubiera pasado si en esos momentos aún no me hubiera quitado la benda que incubría miles de cosas.
Las recordé, y sus voces me hicieron despegar hacia él.
Golpe, tras golpe
Tras golpe,
Tras gritos.
    Y la ví caer, Round 3.
Pensó que podía hacerme tales cosas y salir ileso? Equivocado. Como cuando nos dicen débiles, sexo débil, patrañas.
Una, en el piso aferrandose a sus pies. La otra; yo, afianzándome a su cuerpo a pesar del asco que me daba el solo hecho de acercarme. No se nos escapó, no otra vez, no iba a volver a despojarnos de los frutos del trabajo duro, que conllevó sudor y sangre.
Se levantó del piso que se sentía mojado por el frío, que no lo había sentido hasta ahora.
MARTINA ENTRA
No podía, no podía dejarla con él,
MARTINA ENTRA
y lo hice, sin apartar la mirada.
-Te voy a matar hija de puta, voy a volver.
-Si...?
No se me ocurrió otra cosa, que filmarlo, aunque ya era tarde y, el apercibimiento se esfumó tal como su traza.
Entré, dejé el celular sobre la mesa y me dirigí a mi pieza, imaginé por un momento lo que pensaría mamá, acababa de presenciar algo que se volvió una rutina atroz y volvía a mi cama como si nada hubiera pasado. Pero, en mi interior, mi corazón aún palpitaba indómito, conectado con el sudor frío y el tembleque continuo.

Me recosté, cansada y... no sé cómo describirlo. Mamá apagó la luz, me quedé un rato despierta hasta que mis ojos se cerrarón quedando sólo yo y mi subconciente manifestándose en sueños.

Cursed by ErisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora