Poderes

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Estaba en la Tierra y no lo podía creer, era algo que nunca penso que llegaría a pasar, ella era una princesa, odiaba el maldito tiulo pero era hija de Bencebú que mas podía hacer, no tenía una madre que la defendiera de su padre que cada día era mas terco que una mula, nunca supo de su madre, ni como se llamaba o si tenía un nombre siquiera, ni donde estaba cuando tenía que estar con ella, nada....

Estaba en la Tierra y era de día, según el reloj situado en su mesita eran las 9:14 a.m, no sabía que hacer salio de la cama, con lagrimas secas en su rostro palido, fue ahcia el baño vio en el espejo vio en el espejo a alguien abatido, se vio como el vivo desastre en persona. Su cabello negro con destellos azules y morados, los cuales casi causaron que el Dueño de la Muerte muriera la vez que los vio por primera vez. Se desvistio poco a poco como si quitarse cada prenda doliera, tomo un baño tranquilo lleno de pensamientos que albergaban su cabeza hace ya mucho tiempo, pero lo que mas ocupaba su cabeza era todo lo pudiese pasar en todo el año que empezo desde ayer a transcurrir.

Ya vestida hizo su desayuno, un poco de huevos quemados con pan y jugo de naranja lo cual no ayudo en su día, termino, salio por la puerta de su nuevo y estupiso "apartamento" decida a ganarle a su padre.

Caminando vio cosas que nunca creyo ver en persona o en demonio mismo, todo lo que veia en su televisor, estaba frente a sus ojos color cafe miel, todo era REAL, se sentía extasiada al ver simples perros con una cabeza y lindos no de tres cabezas y horribles y que daban miedo, arboles verdes con hojas, personas vivas nadie pidiendo clemencia ni nada de eso, pero había un pequeño detalle, acababa de descubrir el pequeño poder que su padre le dejo libre a su disposición.

Podía ver los demonios de cada persona.

Y era cierto lo que su padre le dijo "tienes en tu ser un poder  que no te servira de mucho pero es algo"  Y claro era algo, los conocía a casi todos, con un hombre castaño ya de edad avanzada que iba con los vidrios abajo de una limosina muy ostentosa iba un amigo de su padre Mammon el cual era el mismisimo demonio de la avaricia el cual sonreía como loco, el la logro ver y al notarla mejor se vio confundido,pero aun asi la saludo sin tantos preambulos, pero noto que no podía hablar con ellos, no la escuchaban, solo podian verse, a lo largo de la calle vio a una mujer que seguramente iría directito donde su padre, solo con verla, era de escasa ropa, rubia teñida de mal calidad, muy acicalada para su gusto se podria decir, iba atras un bune amigo de papá, Cresil el demonio de la impureza, el cual la distinguio y la vio con la misma confusión que Mammos haciendose una sola pregunta ¿Que demonios haces aqui?.

Ella tampoco tenía la respuesta, Cresil solo se despidio a lo lejos.

Segui deambulando por las calles llenas de gente humana, note tmabien que había poca gente que no llevaban demonios consigo, eran diferentes, parecían que emanaba luz de ellos color blanca, como si fuera su aura o algo asi, pero poco a poco dilumbro otra cosa, muy interesante.

Veía Angeles tambien.

Por Bencebu!, estaba viendo angeles, no lo podía asimilar aun, mi padre me dio esto tambien << penso, No podía ser cierto, un pequeño niño muy lindo llevaba un angel consigo. Su Angel Guardían.

Esto es nuevo, sigui caminando como si esto no le afectara ni un poco, viendo a todo y a todos, angeles y demonios, por el demonio.

Esto era nuevo de verdad nuevo, ellos la podían ver y no solo ver, la podían escuchar tambien. Maldición.

Un Error Demoniacamente AngelicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora