Marry me

Para nada, fue totalmente inesperado, ambos lo habían prometido, prometieron amarse hasta el final que no importaria los obstáculos que se les interpusieran ¡Jamas dejarían de amarse!, algo tan romántico y cliche como en las historias fue lo que prometieron, pero tal parecía que toda su felicidad se acabo en solo un minuto.

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«¡¡Por dios!!, ¿Que había hecho el solo?, por andar corriendo por los pasillos del hospital casi cae sobre uno de los pacientes y por culpa de su burrada... Estaba siendo regañado por una de las doctoras del hospital.

- ¡¡Oliver!!, ¿Cuantas veces te he dicho que no corras en los pasillos?, sabes que si pasa algo con algún paciente sus familiares podrían hacer algo en contra de este hospital -decia la bella mujer de cabellera corta y castaña-.

- Lo siento señorita Meiko, le prometo que no lo volveré hacer -dijo con tono serio y avergonzado-.

- Bien... Gracias por entender pequeño -ella le revolvió con suavidad algunos cabellos rubios del chico-.

Sin mas se acerco a la puerta de la habitación para salir de esta; ese había sido el primer error y el que empezó todo; alguien desde afuera tambien abria esta puerta y quedo frente a frente con ella.

- ¡oh!, Buenas tardes Meiko -saludo para luego dirigirse hacia la mesa y silla que había en esa oficina-.

Este aun no se enteraba de que un rubio con vedajes lo veía algo extrañado por su presencia ahí, el pelirrojo se puso a buscar unos documentos cuando levanto la mirada por fin pudo notar la del pequeño rubio.

- Buenas tardes~ -saludo enérgico y amigable al pelirrojo-.

- eh?... hola, ¿eres nuevo? -le preguntó mientras le regalaba una hermosa sonrisa-.

El rubio lo siguió mirando tratando de captar cada detalle de la figura de aquel pelirrojo, un rubor apareció en sus mejillas cubriendo estas levemente, él logro notar que el hermoso joven pelirrojo frente suyo era un doctor más del lugar, vaya que estaba hartándose de estos, se levanto con brusquedad del asiento.

- ¿Sucede algo? -la confusión se apodero de él-.

- No -el tono de su voz y su manera de comportarse se habían vuelto distintos, con un comportamiento altivo salió de la oficina-.

La mirada del pelirrojo no se despego de Oliver, cuando este ya había salido de la oficina, fue cuando reaccionó, aquel chico rubio si que se portaba extraño, en sus pensamientos se pregunto ¿Quien era aquel joven y que hacia ahí?.

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Por los pasillos un rubio caminaba frustrado viendo por las ventanillas de cada puerta de hierro a los pacientes, todos eran repugnantes, unos se golpeaban la cabeza contra la paredes o bien hacían eso o se ponían a hablar solos, Oliver los odiaba le parecía idiota lo que hacían, en un momento se acerco a una de las cuantas habitaciones y logro ver a aquel pelirrojo de nuevo.

- ¿Esta mejor ahora señorita Hatsune? -pregunto de manera amable-.

- ¿Quien es él, Doctor Fukase? -ella respondio con otra pregunta mientras miraba hacia la puerta por donde pudo ver la cabeza de Oliver-.

El joven solo volteo a ver de quien hablaba la de cabellera turquesa para luego encontrarse con la mirada del pequeño rubio quien al notar que Fukase lo vio salio corriendo tratando de escapar de este, por un simple impulso comenzó a perseguirlo.