✔ 30 DAYS OF SPRIWNTRAP ✔ #FNAFHS

✔ Day 21 ✔

— ¿Podrías pasarme la receta? –pidió Towntrap mirando a su novio rubio cenizo a un lado, el cual asintió ante su pedido

Se levantó de la silla en la que se encontraba sentado en ese momento. Comenzó a buscar con su mirada el pequeño pedazo de papel, cuando lo halló, lo tomó y se dirigió a un lado del ojinaranja

— ¿Puedo leerlo yo? –preguntó. El menor rió un poco por su interrogante, no era siquiera necesario que pidiera “permiso” para ello

Igual, las clases de lenguaje en el instituto le hicieron más que bien. Y ahora podía leer prácticamente sin ningún problema. El de capucha decía que todo era gracias a él y que le debía muchísimo

— Vale, adelante –le hizo un pequeño ademán con la mano, Springtrap leyó lentamente. Por lo que entendía, era una receta de pastel de zanahoria

— Bien –forzó un poco su vista para enfocarse más en el texto. Al hacerlo, empezó a decir los ingredientes en voz alta– 2 tazas de harina, 2 tazas de azúcar, 2 cucharaditas de bicarbonato, 2 cucharaditas de canela –observaba de reojo como su menor se aseguraba de que tuviese todo. Asintiendo de vez en cuando– 1/2 cucharadita de sal, 1 1/2 tazas de aceite de maíz, 4 huevos. Y por último, 3 tazas de zanahoria rallada cruda

— Y…¡sí, listo! –aplaudió emocionado. Fue inevitable que Springtrap soltara una risa por esa acción, era adorable– ¡ahora cocinemos! –hizo una expresión que denotaba emoción pura. Demasiado, no podía quitarle esa expresión

Si hacía eso cada vez que decía algo, nunca podría negarse a nada de lo que le pidiese. Aceptó cocinar con él, algo resignado

[…]

Habían sido un par de horas que se les había ido nada más ni menos que preparando el pastel. Claro, para ese momento ya faltaba menos de 5 minutos para que el pastel saliese del horno

Mientras esperaban, la pareja se encontraba sentada en la misma silla en la que el ojigris había estado antes. La única diferencia era que ahora tenía al pelinaranja sentado sobre sus piernas, dándose pequeños mimos y cortos besos

Cuando el tiempo de espera determinado acabó, ambos se acercaron al horno de la cocina, abriéndolo. Se colocaron cada uno un guante y entonces retiraron la bandeja de plata de este

El aroma del pastel tenía un aroma exquisito. No se veía del todo atractivo como querer comérselo. Pero para ellos dos era perfecto, porque lo habían preparado juntos

Sin prácticamente nada que hacer después, partieron un pedazo del postre para poder compartir. Y eso fue lo que hicieron

En general, fue un buen día para ellos