•23•

392 22 3
                                    

Paola POV

Y ahí estaba yo, tirada en la cama llorando. No sólo me dolía el cuerpo, me dolía que me haya hecho esto.

-¿Dónde estas Paola?- En estos momentos odiaba que Carlos tuviera una copia de las llaves de mi casa.

-Aquí Carlos- No podía hablar, el pecho me dolía, el nudo en la garganta no me dejaba pronunciar una palabra y las lágrimas no dejaban de salir.

-¿Qué te hizo ese idiota?- Su mirada lo decía todo, impotencia y lástima.

-Nada que el maquillaje no cubra- Trataba de que no se sintiera culpable o que dejará de tenerme lástima.

-Ay Paola, siento no protegerte de ese maldito. Prometo no dejarte sola de ahora en adelante.

-No te preocupes Carlos, a fin de cuentas yo me lo busque.

-¿Qué dices?

*Flashback*

Saúl había salido a correr, últimamente no habíamos estado muy bien, discutíamos por cualquier cosa pero al final del día todo se arreglaba con un rato de darnos amor mutuamente.

Mientras salía a correr aproveche para recoger la ropa que tendría que lavar después. Tome una camisa de Saúl y note algo extraño, era un perfume que definitivamente no era mío. Había estado con alguien más.

Las lágrimas brotaban por sí solas. Me dolía que hiciera esto, deje tanto por el, no había nadie más que el en mi vida.

-Hola amor- Escuche su voz subiendo por las escaleras. Sus pasos se aproximaban a nuestro cuarto o más bien, su cuarto.

En cuanto abrió la puerta me gire para verlo de frente aunque me costa.

-¿Quien es la dueña de este perfume? ¿Acaso alguna edecán de las peleas? ¡Dímelo Saul!- Le aventé la camisa. El sólo me miraba con una cara sería. Esto no terminaría nada bien.

-¿Y a ti que? No te reclamo cada que Oswaldo se te insinúa así que no vengas a reprocharme esto.

-¿Qué se supone que haga? Quedarme cómo la cornuda novia de Saúl Álvarez, no querido, te equivocas sí piensas que no voy a hacer nada.

Y ahí empezó mi sufrumiento.

Me tomo fuertemente del cabello y me acerco a su cara.

-Tu te vas a quedar callada sí no quieres que sepan tus aventuras con Oswaldo.

-¿El que tiene que ver en esto? No hubo nada con el desde que estoy contigo.

-Me creerán más a mi que a ti- Termino de hablar y me tiro a la cama. No le importaba lastimarme mientras me quitaba la ropa.

-Saúl que haces, ¡detente!.

-Te haré mía hasta quedarme sin fuerzas y más te vale que cooperes.

Mi blusa quedo en algún lugar de la habitación, mi pantalón se perdió entre la ropa sucia y mi ropa interior no duró mucho en mi cuerpo.

Saúl me tomaba de las manos para que no hiciera nada. Estaba segura de que en mis muñecas tendría marcas al día siguiente. Mis piernas ya no me respondían, quería pegarle pero el estaba sobre mi. Me besaba sin cuidado, me mordía y apretaba con demasiada fuerza.

-Saúl, amor, no me hagas esto- Las lágrimas mojaban la almohada.

-Ya cállate- Y el primer golpe dio en mi pómulo.

Me quejaba del dolor y a el no le importaba, estaba quitándose la playera y el pantalón, el seguía en lo suyo y después no lo podría parar.

-Amor detente, me estas haciendo daño- Mi voz se entrecortaba. Este era mi fin.

-Te haré gritar mi nombre como nunca- Se quitó el bóxer y entro violentamente en mi.

Di un grito y el tapo mi boca. Se movía lento pero con fuerza. En otra situación lo disfrutaría pero ahora no, estaba abusando de mi y nadie me podía ayudar.

-Saúl para- Segundo golpe y está vez en la mejilla.

Y así siguió la noche, entre golpes, gritos y embestidas por parte de Saul. Me dolía todo pero ya no quería más golpes, prefería no quejarme y dejar que el disfrutara de mi.

Después de un rato se cansó. Me dejo en la cama y el se fue al baño. No paraba de llorar, mi cuerpo tenía moretones y marcas de sus manos. Me cubrí con la sábana y me trate de calmar. No me di cuenta en que momento me quede dormida pero de algo estaba segura, Saúl no estaría esta noche conmigo y era lo mejor.

*Fin del flashback*

-Maldito imbécil, lo voy a matar.

-No hagas nada Carlos, me iré unos días de aquí hasta que este mejor.

-Quiero que estés bien, sí eso es lo que quieres yo te apoyare.

-Gracias Carlos.

•Instagram• Oswaldo Alanis Donde viven las historias. Descúbrelo ahora