- Ven, pasa. Hay que ir a mi habitación para enseñarte mis juguetes -le dijo Lenay con confianza, tomando de la mano a su padre.
Acababan de llegar a la casa de Effie o mejor dicho a la mansión que era el doble de grande que la suya. Él se sorprendió mucho de todo lo que había obtenido sin su ayuda, pues si recordamos, ella había roto el cheque que le había dado. Nunca dudo de su capacidad pero se imaginó algo simple aunque conociéndola, ella nunca fue simple.
Entrando a la casa, miró los muebles de caoba, los candelabros finos y fotografías de sus hijas y de ella en marcos de cristal.
- Señorita, Lenay. Tengo que recordarle que su madre pidió que solo tomaran un té y platicaran en el comedor -recordó Octavia con su voz chillona.
- De eso no se preocupe, me manda el té a mi habitación -le dijo la niña sin más.
Haymitch le daba risa de lo correcto que hablaba su hija y de lo terca que puede ser. Tenía mucho carácter igual que su madre, se notaba su seguridad y su fascinación de verse bien. Aunque tenía ropa de colegio algo apagado, ella le dio vida con sus accesorios.
- No me refería a eso, querida -dijo la mujer apretando los labios.
Después de una pequeña discusión entre la niña y la niñera, fueron a la habitación de Lenay, que estaba pintado de un rosa pastel, muebles blancos y decoraciones que daba juego con la recamara. Se notaba que tenía una gran fascinación con el color.
- Siéntate, papá -le dijo, tomando asiento en una de las sillas pequeñas que tenía.
La niña tiene un comedor pequeño para tomar el té. En el cual suele invitar a sus amigas para utilizar el juego de tazas y beber un poco de té. Pero como su padre era un invitado especial, sacó su nuevo equipo de tazas para estrenarlo.
Mientras el hombre asintió y tomo asiento aunque algo incómodo ya que era demasiada chica para él. Pero dejo de ser una molestia al escuchar la primera pregunta de su hija.
- ¿Si te puedo decir papá?
- Sí, si tú quieres -tartamudeo.
- ¿No te molesta?
- No, claro que no, preciosa. ¿Por qué me debería de molestar?
- Porque una vez me dijo la psicóloga que me tenía que esperar hasta que tú me aceptaras o si no te iba a poner incómodo y tal vez te iras. ¿Ya me aceptaste?
Apenas la estaba conociendo pero era claro que la iba aceptar, es su hija y siempre la quiso aunque no la conocía.
- ¿Tu mamá te lleva al psicólogo? -preguntó, prensa que esto tenia algo que ver con ella.
- No. Era el psicólogo de mi anterior escuela.
- Claro, bueno escucha...
- Si quieres no te digo papá para que no te vayas....
- Lenay -paró Haymitch, dejando la taza de té a un lado y se puso de inca pie para estar a la altura de su hija. Ella sorprendida lo vio confusa- Yo no soy el que te debe aceptar. Yo soy el que te debe de pedir que me aceptes en tu vida.
»Tú nunca tuviste la culpa ni tu mamá ni nadie la tuvo, solo yo. Y te pido perdón que hayas pensado que tuviste algo que ver. Perdona por mi ausencia, perdón por ser un idiota y toda esas cosas que tal vez no entenderas. No sabes cuánto me arrepiento y esta vez no me iré, preciosa. No te conozco bien pero lo haré si tú me aceptas en tu vida. ¿Qué dices, princesa?
Lenay se levantó de su asiento y se enderezó antes de contestarle.
- Por supuesto que sí. ¿Te puedo abrazar?
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Les Debo Mi Amor (Hayffie)
FanfictionSeis largos años después de la Guerra, lo que podría decirse que los más felices tiempos en la vida de Haymitch Abernathy, lo convirtió en ceniza de nuevo al abandonar a su familia que le ha costado tanto mantener. No hablamos de su madre ni su herm...