Luz

3.

Finalmente se cruzaron, la luz los iluminaba a los dos. Se vieron las caras, los cuerpos, las almas. Luz y oscuridad, todo a la vez. La más bonita de las destrucciones.

Se quedaron uno frente al otro sin decir nada. El silencio parecía más callado de lo normal, el aire más frío.

Se recorrieron con la mirada. Hacía tiempo que ninguno veía a nadie, que ninguno hablaba, que ninguno sentía.

Mun hizo un amago de acercarse a a Min, pero ella no le dejó. Le inquietaba la presencia de lo que parecía un recuerdo. Después de intentarlo varias veces se tranquilizó y le cojió de las manos. Las manos de Min se llenaron de luz y sintió como se metía dentro de ella, recorriendo cada átomo de su cuerpo dándole la vida que había perdido en este mundo.

Se acercaron cada vez más. La luz iba desapareciendo lentamente sin que ninguno se diera cuenta. Era la mejor sensación que Min había sentido nunca. La luz desapareció por completo dejándolo todo vacio de nuevo, pero ellos seguían sintiendose cada vez más, como dos mitades que se encuentran después de toda una vida.

Pero Mun se dio cuenta de que le faltaba la luz y cada vez le costaba más. Desaparecía poco a poco desde la punta de los dedos hacia dentro. Se empezó a separar pero se sentía demasiado débil para hacer el más mínimo movimiento.

Min no sabía que hacer. Si seguía con él, le mataría. Pero si le soltaba, le perdería para siempre.

Poco después la oscuridad volvió a cubrirla de nuevo.

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Min se despertó. Miró a su alrededor y dedujo que se había dormido en clase. Pero su sueño parecía tan real que le daba miedo. Bajó la mirada hacia la mesa y vió un montón de papeles. Eran sus pensamientos en el sueño.No entendía nada.

Cuando acabó la clase se levantó y, al pasar por la puerta, lo pensó dos veces y tiró los papeles a la basura.

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Mun se quedó mirándola desde la otra punta del pasillo del instituto. Era ella, pero un mal presentimiento le hizo quedarse donde estaba,sin hacer nada, cegado por la luz.