Azúcares

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Park Jimin se encontraba con los demás miembros en la sala de ensayo. Luego de un arduo día de ensayos, practicas y últimos retoques los siete chicos estaban descansado antes de ir a la casa Bangtan.

Minutos después cada uno toma sus cosas personales para acto seguido caminar fuera del edificio. Cansados y sudados.

Al llegar a la casa que compartían cada quien sube a su habitación. Algunos antes pasan a la cocina para poder llenar sus estómagos y luego de un baño, lanzarse a sus cómodas camas en busca de caer en el mundo de los sueños.

JungKook entra a su ahora obscura habitación correspondiente y cierra la puerta cuidando de no hacer algún ruido que pueda molestar al hyung que seguramente dormitaba en su cama. Pero lo que JungKook no sabia era que éste aun no estaba ni cerca de dormirse. Mas bien se encontraba acostado sobre la cama del castaño esperando por su novio. Todas las noches le visitaba.

El castaño comienza a desvestirse sin darse cuenta de ello, bajo la atenta mirada del mayor hasta quedar solo en ropa interior. Con cansancio suelta un suspiro subiendo al borde de la cama y gatea hasta acomodarse de su lado, descubriendo a Jimin en el proceso.

JungKook sonríe, pasando el brazo alrededor de la delicada cintura de su amado novio, este gustoso se acomoda entre sus brazos manteniendo una sonrisa en su rostro. El menor del grupo comienza a quedarse dormido estando más que a gusto pero frunce el ceño al oír un ¡pop! Que provenía del chicle que masticaba su pequeño Jimin hyung.

-¿Jimin, a estas horas? -Pregunta el castaño en voz baja y molestándose un poco al oír el siguiente ¡pop!, luego otro y otro seguido de los anteriores. El pelirosa tenia una obsesión por los caramelos, últimamente siempre tenia unos cuantos en manos.

-Lo siento, Nochu.-Jimin deja de masticar por un momento para poder hablar correctamente y sin dificultades y acto seguido dejar un suave y pequeño beso sobre los labios de su menor. Un beso sabor a fresas, solo por eso JungKook lo dejó pasar. Era uno de sus favoritos.

××××



Al día siguiente los siete chicos se encontraban desayunando tranquilos y energéticos en el comedor de la casa. Ese día tendrían que practicar una nueva coreografía que habían creado el día anterior y necesitaban estar con todas las energías posibles. Seria un Dance duro de aprender.
Una hora más tarde llegan al edificio, dirigiéndose a la tan conocida sala de practicas como siempre. Las puertas le esperaban.

Varias repeticiones más tarde los miembros estaban cansados así que deciden detener la musica luego de que el coreógrafo acceda a ello y sentarse al piso intentando recuperar la respiración y luego beber toda el agua posible. Dejando escapar sonidos de satisfacción.

Con botella en manos Jimin se levanta encaminándose hacia su castaño y volver a sentarse pero esta vez a su lado. JungKook al sentirlo recarga la cabeza sobre uno de los hombros del mayor, suspirando encantado por las caricias que este le brindaba a su cabello.

-Jimin...

-¿Mh?

-Es raro. No veo chicles en tus manos o cualquier otra cosa comestible que contenga azúcar.

-Olvide traer mis caramelos, no me lo recuerdes. Me pondré más ansioso.

El castaño suelta una risita y negando con cabeza palmea y revisa los bolsillos de su pantalón hasta encontrar un pequeño chupetín y se lo entrega a su dulce mochi. No quería ver su adorable rostro con una mueca en todo el día.

-¡Kya! Definitivamente eres el mejor novio del mundo..

Y a cambio del obsequio JungKook recibe un delicioso beso con sabor a naranja. No era su favorito pero los labios del pelirosa lograban que todo tenga un gusto dulce. Delicioso.

Azúcares (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora