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Jungkook despertó hiperventilado y con la garganta seca. Palpó sus brazos, estaban congelados.
Miró a su alrededor, no lograba reconocer donde se encontraba. Intentó mirar con más detenimiento a su alrededor, todo estaba oscuro pero había una pequeña ventana enrejada que le recordó a las de la cárcel. De allí provenía una tenue luz de luna.

Con su vista más acostumbrada, notó que a su derecha había una mesita de luz con una lámpara portátil y un vaso con agua. Era como si supieran lo que iba a necesitar.  Al encender la lámpara, la luz de esta parpadeó un poco hasta quedar totalmente encendida, dejando ver un poco mejor.

Se trataba de una especie de habitación, sólo que en vez de haber una cama, había una camilla. La puerta, en vez de ser de madera, era de hierro. El suelo carecía de baldosas. Y si bien la pequeña lámpara portátil no le permitía ver del todo su entorno, juraría que las paredes no estaban revocadas, ni mucho menos pintadas.

Aquello se parecía a una habitación de hospital, solo que sin las pantallas ni los medicamentos y estaba mucho más descuidada. 

De pronto, un avioncito de papel voló desde una esquina del cuarto hasta aterrizar suavemente en su regazo.

"No te asustes: te quiero", estaba escrito en él.

Con un poco de temor, Jungkook se levantó de la cama. En ese momento se dio cuenta de que llevaba la misma ropa que tenía puesta antes de caer inconsciente en la carretera, luego de salir del club de fiestas para tomar aire. Alguien lo había recogido y traído a donde estaba. Tenía recuerdos fugaces de esos momentos, había tomado mucho alcohol y las punzadas en su cabeza no le dejaban pensar con claridad.

La persona que lo había recogido estaba allí, oculto en la sombra de un rincón de la habitación. 

¿Y si era un secuestrador? ¿Dónde se encontraba? ¿A cuántas horas de su casa quedaba este lugar?
El miedo era una voz en su cabeza que le gritaba a todo pulmón que no se moviera, pero no hizo caso. Caminó unos pasos hacia aquel rincón oscuro. Un nuevo avioncito de papel emergió desde la penumbra. Tembloroso, se agachó para recogerlo.

"No temas, te amo".

Jungkook reprimió un grito. Quien quiera que estuviese escondido entre esa gruesa oscuridad, sabía perfectamente cómo se sentía, lo que no hacía más que aterrarlo el doble.

—Jungkook, cariño, no temas... —se escuchó una voz desde otra esquina de la habitación. Parecía pertenecer a un chico, joven, pero que definitivamente no conocía.

—¿Dónde estás? ¿Quién eres? ¿Cómo sabes mi nombre? —preguntó Jungkook a la nada, paranoico, girando sobre sus talones intentando dar con el dueño de aquella voz.

—Detrás de tí, amor... —susurró alguien contra su cuello— Soy Jimin, el amor de tu vida. 

Jungkook volteó rápidamente. Se encontró con un chico castaño y más bajo que él. En una de sus manos tenía una vela y en la otra una libreta con un bolígrafo enganchado. El chico era hermoso, muy hermoso... pero había algo inquietante en su semblante.

—¿Cómo que el amor de mi vida? ¿Cómo sabes mi nombre? —La segunda pregunta era la que realmente le interesaba, pero al parecer nunca se lo iba a responder.

Shh... —dijo Jimin llevando su dedo índice a los labios de Jungkook— Si hablas tanto te escucharán...

—¿Quiénes? —preguntó en un susurro, nervioso— ¿Cómo mierda sabes mi nombre? Responde ahora.

—Ellos... —dijo en el mismo volumen, mirando alrededor. Luego comenzó a reírse divertido, sin razón aparente.

—¡Estás loco! —exclamó Jungkook, retrocediendo de a poco.

No temas, te amo [Kookmin] [O.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora