LA ROSA TRISTE DEL JARDÍN

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-La Rosa triste del Jardín-

Se preguntaba el viento, qué escribía en su diario la rosa triste del jardín. Escribía sus recuerdos en la yerba, sus más delicados sentimientos antes de morir. Rosa que a su vez fue la más hermosa del campo, hoy yacía triste, moribunda, escribiendo, solo escribiendo...

Era una noche bella, luna llena, viento fresco y solo dos en el jardín, en el silencio se miraron, se reconocieron al instante, se amaron en un segundo y la luna misma de testigo de un amor que florecía en el jardín. Un amor tan dulce y tan intenso como el color de la rosa. La rosa lucia su esplendor, su brillo angelical, su aroma tan sublime y exquisito. Bailaron al compás de las estrellas y la luz de la luna, bailaron al rítmo del amor.  Pasaron los días más bellos, las noches más intensas, las palabras más bonitas, la ternura, la pasión y protección de dos seres cubiertos de una gran burbuja de luz. 

Un día la rosa dormida, empezó a soñar con unas voces que le decían que debía buscar algo, pasaron las noches y en sueños se le reveló algo de gran impresión, era de su amado en plena traición, ella no quiso creer, no quiso ver tales visiones y de ellas huyó. 

Con el tiempo la rosa fue observando detalles de su amado, puso pruebas y ninguna él pasó.  Un día tuvo la certeza de que lo que veía en sus sueños era cierto, pero calló, hizo de su odio y rencor solo comprensión.  Por cada traición ella solo lo acarició, por cada humillación ella lo amó.  Pensando que su amor transformaría a este traidor, dio su vida y de nada sirvió.  La rosa lloraba cada noche sin que su amado se diera cuenta, lloraba y lloraba su corazón, cada traición y mentira le llegaban a lo más hondo de su interior. 

Cansada la rosa, al fin se alejó, se fue lejos de lo que un día fue lo más hermoso que ella vivió, pero su corazón quedó dañado y gravemente herido por un ser que de ella se burló. Mentiras tras mentiras decía aquel ser para recuperar la rosa, ella quería creer, pero despertó y pudo ver por fin la realidad del verdugo de su corazón.  Él insinuaba, el mentía y ella no creyó, en un amor falso que la utilizaba como boleto de colección.

El viento pronunció unas palabras para la rosa que yacía triste y moribunda en el jardín: "No es el momento de morir mi rosa bella, es momento de brillar". La rosa alzó la carita ya casi marchita, y pensó, solo pensó… 

Llegó la noche y junto a ella una luna llena resplandeciente… ya la rosa no brillaba con su mágico esplendor, estaba todavía triste y moribunda en el frío de la soledad. La luna le habló con su dulce voz y le dijo: " Si lloras por el sol, jamás verás la hermosura de las estrellas"  "Eres importante rosa, y tu amor es puro, no le des perlas a los cerdos corazón, porque estos no las saben apreciar".  La rosa alzó su carita y la miró, se secó una lágrima y sonrío.  Se quedó pensando en el viento y en la luna… al fin se dio cuenta de que tenían razón, se secó todas las lágrimas y suspiró, poco a poco se fue restaurando su brillo, su color, su pureza, hasta que se recuperó. De repente, todo el jardín comenzó a brillar de nuevo, se veía la majestuosidad de la naturaleza a su alrededor, sorprendida, visualizó que ella era el centro del jardín, y que al ella coger vida, todo a su alrededor resplandeció, era la rosa más hermosa del jardín y con su belleza le la daba luz a lo demás.

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