Parte 3

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Una semana había pasado desde la vez que Louis vomitó todo, una semana en la que había repetido el mismo acto todos los días cada que llegaba del Instituto. Había evitado a toda costa al rizado, pero no negaría que continuaba acosándolo cuando podía. Inclusive, algunas veces lograba verlo con la misma chica de la fotografía.

Y su corazón se apretaba, se miraba a sí mismo como un desperdicio de persona, pero luego pensaba: "No soy un desperdicio, porque los desperdicios no sienten... yo tengo sentimientos".

Era un método adecuado, si su madre no lo alentaba a seguir adelante, lo hacía él mismo, lo mejor de Louis era que a pesar de las situaciones, lograba analizar que en el mundo había casos peores que los de él, como por ejemplo, la semana pasada escuchó en las noticias que una madre le clavaba agujas a su hijo en el antebrazo hasta matarlo, el niño solo llevaba seis meses de vida para terminar con ese trágico final. La mujer fue claramente encarcelada reportada para tratamiento psiquiátrico junto con su pareja.

Casos como esos lo ponían a pensar sobre la vida y como era una completa injusticia. Otro día apareció la noticia de como violaron y asesinaron a una adolescente. Él tenía toda una vida por delante y, aunque fuera poco lo que había disfrutado tenía la esperanza de que esta mejorara. Por eso hacía su esfuerzo de ser siempre bueno, aunque no recuerda alguna vez que no lo hubiese sido. Siempre fue cariñoso con sus hermanas, sus primos y tíos. No recuerda qué fue lo que hizo para sufrir de esa manera.

¿Por qué las personas buenas sufren y los malos disfrutan? No tenía ninguna lógica.

Pero su fe era que un día Harry se fijara en él por su bondad y su linda personalidad para poder estar juntos y completar su felicidad.

Un sentimiento estúpido para algunos pero tierno y sincero para él y eso es lo que importaba.

Últimamente estaba teniendo mucho malestar, le daban continuos dolores de cabeza y sentía un hambre voraz todos los días pero cada vez que hablaba con Harry sentía que no era suficiente para el rizado, quería ser bello y especial, ¿era mucho pedir?

Estaba en su casa, sobándose la panza con una mueca de dolor, moría de hambre y se sentía muy débil. Su madre le dejó echa su comida favorita; lasaña y sobre todo hizo una plato enorme especialmente para él.

Para terminar de agregar, en ese momento recibió un mensaje de Harry. Miró con una sonrisa la pantalla yendo directamente a la conversación. Harry hacía que su día mejorara, provocaba que las ganas de continuar esforzándose continuaran.

Es tan horrible notar que las personas intenten cambiar por alguien que no aprecia tu rendimiento, esa persona es tu inspiración, es tu oxígeno, tus sueños le pertenecen... pero ni siquiera notan tu existencia, es como estar amando una roca.

Abrió la conversación con pocos mensajes que tenía de contenido y leyó el recado.

"Louis :D"

Al menos Harry estaba feliz, la carita al final del mensaje se lo demostraba, al menos él estaba feliz.

Y si Harry estaba feliz era motivo suficiente para alegrarle la noche. Pero no quería responder, estaba en un estado de convivir consigo mismo, es decir que necesitaba su tiempo para estar solo y pensar sobre todo lo que pasa alrededor de su vida. Dejó el teléfono en la cama y se levantó para ir por un vaso de agua pero este vibró llamando su atención, observó el mensaje a través de la bandeja de entrada.

"¿Louis? o.O"

Sonrió melancólico, sentía mariposas pero no solo en su estómago, sino en todo su cuerpo, pequeñas vibras que viajaban por su organismo y hacían feliz a su corazón. Solo que... no quería contestar, no quería hablar con Harry por el simple hecho de que la foto le arruinaba toda ilusión. Por lo tanto, volvió a ignorar al rizado.

"Pequeño Louis" L. S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora