Laguna De Recuerdos: Tras el alma de quien nació para amar (editando)

Capitulo 2

La vuelta a un destino

Francisco estaba frente a la tumba de su madre, ninguna lagrima corrió de sus mejillas solo una mirada vaciá contemplaba aquella lapida fría y sola

-      Ya es hora de irnos Francisco

-      Si

Aquellas oraciones de francisco nadie las escucho, aquellas palabras que se dijo así mismo jamás serán escuchadas por nadie.

Los momentos de felicidad fueron opacados por la insensatez de su madrastra su destino y su realidad tomaron un giro de 360 grados.

Llego el momento de ir a la primaria decidido de olvidar todo lo que paso, las burlas no se hicieron esperar aquel niño alejado de los demás al ser un niño callado y tímido fue el blanco fácil a las burlas ya que el confeso que su madre no vivía, todos aprovecharon aquella confesión en una pesadilla.

-      (risas) miren al huerfanito, mírenlo esta llorando (risas) no es hombre

-      Ya basta, déjenme en paz

Ese era su tormento día y noche pero el niño decidió callar los abusos de sus compañeros, un día de verano conoció a un chico llamado Carlos: su mejor amigo, ellos dos eran inseparables hasta cierto día que Francisco dejo de verlo, la tristeza volvió a Francisco, pero la ayuda de sus maestros fue una pequeña ayuda para el continuar, poco a poco la relación con su padre se iba distanciando mas y mas.

Tomas jamás olvido su odio hacia Francisco cada vez sus intentos por hacerle la vida imposible a francisco fueron empeorando.

Aquel niño se hundía en una depresión grande, aquel niño comenzó a descuidar su alimentación y comenzó a tener un gran problema de obesidad, cada vez rea más y más rechazado por sus compañeros hasta su familia.

Comenzó a conocer mas a la familia de su madre una familia realmente disfuncional, él no podía creer lo que le contaban de su madre viendo a su familia que era todo lo contrario a todo lo que le han contado.

Francisco ya con 7 años veía la realidad, veía que no todo es como lo veían los demás niños de su edad aunque el conservaba una gran imaginación que nadie se la iba a poder quitar.

Cada noche imaginaba que conversaba con su madre

-      Mamá ¿por qué todos me ven con lastima? ¿acaso no me quieres? ¿es por eso que te fuiste?

El lloraba mientras su padre observaba a lo lejos el sufrir de su hijo y viendo el terrible error que cometió.

El tormento de su padre era recordar la mirada de su hijo la primera y última vez que le levanto la mano, eso le dolía le remordía siempre su conciencia, recordaba la promesa que le hizo a su amada en la tumba de jamás levantarle una mano al pequeño de siempre ver por el de cuidarlo siempre.

Pero su orgullo pudo más y jamás se acercó a su hijo, solo de noche le acariciaba la cabeza y le decía “buenas noches”

La distancia es mala consejera, y como tal esta separando a dos personas, y la maldad esta tomando lugar en este infierno de vida que se ha convertido para francisco.

Erika aprovecho esta situación y Francisco fue enviado al hospital a causa de una intoxicación, Erika culpó a Francisco que él se intento suicidar, el padre enfureció estaba a punto de golpearlo pero recordó aquella mirada tan tierna viendo como su padre se convertía en un monstro, Francisco decidió vivir con su abuela una señora seria y gruñona, pero prefería vivir con ella a sufrir mas de lo que ya vivió.

Aquella mujer lo recibió con gusto, la imagen de aquella mujer seria no se la podía creer, pero en la escuela las cosas no pintaban bien hasta que decidió tomar acción, pero los resultados no fueron como los esperaba. Los golpes no le dolían tanto como los recuerdos que se plasmaban en la noche en sus llantos nocturnos.

Su abuela enfermo, Francisco la cuido día y noche, aquella pobre mujer se mantenía fuerte al ver a su querido retoño deshacerse de dolor ella no quería verlo sufrir más aquellas palabras de la inocente abuelita taladraron el corazón de Francisco:

-      Lo siento hijo, lo siento tanto no quería que sufrieras, sabes ya no estarás solo tu madre y yo te cuidaremos..

-      Abuelita, abuelita…

Un silencio profundo en aquel cuarto solo y obscuro quedo ahí.

Rato después la ambulancia llego demasiado tarde, Arturo agacho la cabeza y tomo a Francisco entre sus brazos, fue el abrazo mas cálido que Francisco soñó.