Capitulo 1: El comienzo

74 4 0
                                    

Era una noche fría en Sicilia, la noche inundó cada rincón en aquella isla, los habitantes se encontraban descansando resguardados en sus cómodas casas. El cielo estaba lleno de grandes nubes, una gran tormenta se aproximaba esa noche. Sin embargo en un muelle de Sicilia se encontraba la policía buscando a Holly Ozgüel, desde la tarde sus profesores de escuela informaron que la niña había desaparecido durante una excursión escolar y nadie sabía de ella desde las cuatro de la tarde.
Del cielo comenzaron a escucharse fuertes truenos, la lluvia estaba llegando. Una camioneta negra llegó al lugar de búsqueda, de ella bajaron los señores Ozgüel al parecer los policías tenían señales de la niña según un reporte hecho por una persona anónima.
La policía había instalado un pequeño toldo para poder refugiarse de la lluvia en caso que la investigación fuese amenazada por la tormenta, ahí llegaron los señores Ozgüel y se sentaron en unos pequeños bancos a la espera de encontrar a su pequeña hija.
Mientras los padres de Holly esperaban, algunos policías caminaron hasta la orilla del muelle. Luces provenientes del cielo iluminaban el muelle para facilitar el trabajo de la policía, gracias a la luz un policía alcanzó a ver un pequeño gorro rojo flotando a la orilla del muelle, inmediatamente lo tomó y se lo mostró a sus colegas los cuales se desilusionaron. Su esperanza de encontrar a Holly Ozgüel con vida desapareció en un instante. Después de mostrar la pista al jefe de la policía esté se dirigió con los padres de la niña, el jefe no quería ser duro con los Ozgüel.
-Señores, me temo que no son buenas noticias- habló el jefe de policías mientras ocultaba el gorro detrás de su espalda.
-¿Alguna señal de mi hija?- preguntó Rafat la madre de la niña.
-Señores ¿de casualidad su hija no llevaba un gorro rojo está mañana al salir de casa?- preguntó el policía.
-Si, a mi hija le encanta el color rojo- respondió Ilhan el padre de Holly.
-¿Este gorro era de su hija?- dijo el Jefe.
-Evet*- respondió la madre de Holly mientras lágrimas brotaban de sus ojos.
-Uno de mis hombres lo encontró cerca del muelle, lo siento tanto- dijo el policía. En aquel momento los demás policías comenzaron a llamar a su jefe habían encontrado el cuerpo sin vida de una niña. Tanto el policía como los padres de la niña corrieron hacia donde estaba el cuerpo inerte de la pequeña, Rafat al ver el cabello rubio de la pequeña recogido en dos trenzas se echó a llorar, inmediatamente los señores Ozgüel arrodillandose sostuvieron el cuerpo entre sus brazos, la lluvia comenzó a caer acompañando el dolor de los padres de Holly. Un grito de Rafat se entremezcló con un trueno haciendo que todos sintieran su frustración y dolor.

2 meses antes...
-Corre Piero se te hará tarde para la escuela- gritó su madre desde las escaleras de la casa. Inmediatamente Piero bajó las escaleras, su mochila ya estaba en su espalda y su ropa estaba impecable. Su madre le entregó su lunch y antes que saliera de la casa su madre besó su frente, después de esto Piero salió de su casa.
Después de unas pequeñas vacaciones al fin Piero regresaba a la escuela, había concluido un año más con buenas calificaciones y este nuevo año sería lo mismo.
Cuando Piero salió de su casa vio un trailer de mudanza frente a la casa de alado, al fin después de muchos años tendría vecinos, a pesar de eso siguió caminando no quería llegar tarde a la escuela.
Mientras Piero caminaba rumbo a la escuela una pequeña niña lo observaba desde una de las ventanas de la casa, sus ojos verdes siguieron a Piero hasta que este desapareció. Después que no vio a Piero, dio un pequeño salto del banco en donde se había subido para ver por la ventana y corrió hasta donde estaba su madre.
-Madre, quiero ir a la escuela- dijo la pequeña niña mientras se colocaba un mechón de cabello detrás de la oreja.
-¡Allah, Allah! Holly ya habíamos hablado sobre eso, tu padre no quiere que salgas, será mejor que te quedes aquí en casa- respondió su madre mientras sentaba a la niña sobre sus piernas.
-Pero, quiero ir a la escuela como todos los niños de aquí, se que hay una cerca- insistió la niña mientas su madre comenzaba a trenzarlo.
-¿Cómo lo sabes Holly?- preguntó su madre deteniendo el trenzado.
-Acabo de ver a un niño caminar hacia la escuela- contestó la pequeña mientras giraba para ver a su madre.
-Holly querida, hablare con tu padre sobre esto, reza para que puedas ir a la escuela- comentó su madre mientras comenzaba a trenzar el cabello de nuevo.
-Evet- asintió la niña muy contenta.
Cuando al fin el cabello rubio de la niña estuvo trenzado, Rafat comenzó a limpiar la casa, si algo tienen las mujeres turcas es que son adictas a la limpieza. Con la ayuda de varias criadas Rafat comenzó a limpiar y acomodar la casa, mientras ellas acomodaban Holly salió al pequeño jardín de la casa.
-Allah, por favor haz que mi padre acepte que vaya a la escuela- dijo la pequeña mientras se sentaba en el húmedo pasto.
-¡Holly, levántate de ahí querida!- gritó su madre desde una ventana. Rápidamente Holly se levantó, después se dio cuenta que su abrigo se había manchado de un color verdoso, estaba arruinado.
-Ciao Piero, que alegría verte amigo- dijo uno de los amigos de Piero cuando vio entrar al niño al salón.
-Hola Marco, ¿qué tal las vacaciones?- respondió Piero mientras tomaba asiento en su pupitre de dos.
-Bene, viaje a Roma a visitar a mis abuelos, fue increíble- respondió el niño.
-Que bien, me alegro por ti- dijo Piero, después de eso llegó otro de sus amigos.
-Escucharon que hay nuevos vecinos en la colonia- dijo el otro amigo de Piero.
-Si, en la mañana cuando venía a la escuela vi el trailer de mudanzas, se ve que son gente de dinero- respondió Piero mientras acomodaba su libro sobre el pupitre.
-Dicen que son turcos y mafiosos- dijo el chico.
-¿Cómo sabes eso Luca? No porque sean ricos son mafiosos, tú ni los conoces- dijo Marco.
-Bueno eso dice la gente, no se sí sea verdad- comentó el otro.
-¡Bueno ya! Después tendremos tiempo de conocer a los nuevos vecinos por ahora centremonos en estudiar- dijo Piero, dicho esto la profesora entró al salón.
-¡Uffff Holly Ufffff!- dijo Rafat cuando vio la mancha en el abrigo de su hija.
-Lo siento mami, no me di cuenta- habló la pequeña con voz tierna.
-Ve a tu cuarto en un momento subo para cambiarte de ropa- dijo su madre después se fue.
La niña subió hasta el cuarto donde miró a Piero hace un momento, algunos hombres de su padre acomodaban los muebles en la habitación de Holly después de eso entraron dos mujeres y comenzaron a acomodar las cosas de la niña.
El tiempo se fue rápido, Piero había tenido un día de escuela fabuloso, su madre lo esperaba en casa con su platillo favorito y eso lo ponía muy feliz. De regreso a casa se encontró con su hermano mayor Francis, juntos caminaron hacia su casa.
-¿Qué han dicho tus amigos de los nuevos vecinos?- preguntó Piero pero a Francis no le importaba nada sobre sus nuevos vecinos, sus amigos ya no indagaban nada sobre los nuevos.
-No se Piero, son gente normal como nosotros, no hay nada nuevo en que llegue gente nueva- respondió Francis mientras pateaba una pequeña piedra.
Piero ya no preguntó más pero en su interior se moría de ganas por conocer a los nuevos. "Ojalá sean buenas personas" pensó Piero en cuanto pasó frente a la casona, después de algunos pasos llegó a su casa.
-¿Qué tal les fue hoy?- preguntó Leonora desde la cocina cuando escucho la puerta cerrarse.
-Bene, todo normal- respondió Francis mientras subía las escaleras.
-Todo genial, ¿sabías que hay nuevos vecinos?- contestó Piero mientras dejaba la mochila sobre el sofá y corría a ayudarle a su madre.
-¿De verdad?- preguntó Leonora mientras terminaba un spaguetti.
-Sí- dijo Piero.
-Bien, entonces preparemos algo para llevarles a los nuevos vecinos, iremos cuando llegue tu padre- respondió Leonora mientras sacaba algo del horno.
-Que bien ¿puedo ir con ustedes?- dijo Piero contento.
-Claro Piero- afirmo su madre desde el comedor.
Una sensación de felicidad invadió al niño Barone, nunca pensó sentirse así ante la llegada de gente nueva al vecindario, que tal que aquellos señores tenían a una hija guapa tal como había dicho Francis o quizá mejor tuviesen un hijo de su misma edad, así podrían ser amigos. Tenía tanta curiosidad por saber quienes eran aquellas personas que no podía esperar a que su padre llegara del taller.
La tarde había llegado, Piero y su madre habían preparado un pequeño pastel de manzana para los nuevos vecinos, Piero estaba ansioso de ir a entregarle aquel presente a los nuevos y cuando menos lo imagino el tiempo había llegado.
La familia Barone se dirigió a la casa de los nuevos vecinos, el padre de Piero tocó el timbre. Después de algunos segundos un hombre de traje abrió la puerta, lo primero que vieron fue un jardín enorme y muy bien conservado.
-¿Qué se les ofrece?- preguntó aquel hombre.
-Buenas noches, somos los vecinos, hemos preparado un pequeño pastel para los nuevos inquilinos- respondió Eleonora mientras sostenía entre sus manos el pastel.
-Un momento por favor-dijo el hombre después comenzó a hablar por un pequeño dispositivo el cual estaba colocado detrás de su oreja.
En el interior de la casa otro hombre de traje negro se acercó al señor Ozgüel quien estaba tomando una taza de té turco.
-Mi señor, afuera hay unas personas que quieren verlos ¿que prosede?- dijo el caballero.
-Déjalos entrar y asegúrate que Holly no salga de su habitación- ordenó el señor Ozgüel. El hombre dio la orden para que los Barone entrarán después subió a la habitación de Holly.
-Señora Ozgüel, hay personas en casa, el señor me ha enviado a cuidar de la pequeña- habló el hombre cuando llegó al cuarto de la niña.
-Gracias Murat- dijo Rafat y salió del cuarto mientras el hombre cerraba la puerta.
Rafat bajó las escaleras y justo en aquel instante los Barone entraron en la casa.
-Merhaba,* hoş geldınız*- dijo Rafat mientras terminaba de bajar.
-Hola, somos los vecinos de al lado, preparamos un pequeño pastel para ustedes- comentó la señora Barone esperando que Rafat entendiera un poco el italiano.
-Grazie Mille- respondió Rafat con su mala pronunciación del italiano.
-Adelante pasen y tomen asiento- comentó el señor Ozgüel quien salió al encuentro de su esposa.
-Oye Murat, déjame salir por favor- dijo Holly desde la habitación.
-Lo siento pequeña pero tu padre ha ordenado que no bajes- respondió el hombre mientras aseguraba la puerta.
La pequeña Holly estaba cansada de las medidas de seguridad que su padre había implementado en la nueva casa. Pero, lo que no sabía Holly era el problema en el que estaba metido su padre si lo supiese entendería la mudanza y las exigencias de su padre.
-Gracias por venir a visitarnos, son muy amables- dijo Rafat mientras les servía té a sus invitados.
-No tiene nada que agradecer- dijo el padre de Piero.
-¿De dónde vienen?- preguntó Piero impaciente, todos en la sala rieron por la impaciencia del niño.
-Somos de Turquía pequeño amigo- respondió el señor Ozgüel mientras veía a Piero.
-Y ¿ustedes tienen hijos?- preguntó la madre de Piero -porque hay una escuela muy cerca de aquí, mis hijos pueden acompañarlos- añadió la señora Eleonora.
-Si, tenemos una hija...- respondió Rafat pero no término porque su esposo la interrumpió.
-Tenemos una hija pero ella está enferma y por su salud tan delicada no puede salir- dijo el señor Ozgüel.
-Que pena, ojalá se mejore- comentó el señor Barone.
-Primeramente Allah- respondieron los señores Ozgüel. En aquel instante comenzaron a escucharse golpes y gritos, los señores Ozgüel estaban apenados con sus visitas.
-Disculpen, vuelvo en seguida- dijo la señora Ozgüel y subió a la habitación de su hija.
-Holly comportarte, hay visitas en casa- habló Rafat cuando entró a la habitación de su hija, la pequeña Holly estaba sentada frente a la ventana, a penas alcanzaba a ver a los Barone caminando por el patio.
-Quería conocerlos- dijo Holly mirando con tristeza como se despedían de su padre.
-Lo siento Holly- respondió su madre. En aquel momento Piero miró hacia la ventana pero no pudo ver nada más porque Rafat cerró la cortina.
____________________________
Vocabulario Turco
*Evet: Sí
*Merhaba: Hola
*Hoş geldınız: Bienvenido

Luna Escondida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora