Capítulo 5

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— ¡¿Cómo está eso de que no está en su casa?! ¡Pinches cabrones de su puta madre!

— Te recuerdo, cabrón, que tu madre es nuestra madre, imbécil.

— Cállate, Yaten, ya cállate y mejor dime, ¿estás seguro de lo que estás diciendo? ¿Estás seguro que...?

— Era él, estoy casi seguro que ese tipo que se lanzó sobre tu "princesa" cuando nosotros entramos y empezamos a dispararle al ataúd de Sammy, como nos los pediste, tarado...

— Yaten, no lo provoques, por favor.

— Es la verdad, Taiki. ¿Obsesionarse tanto por una mujer? Chale, ni que estuviera tan carita.

— La güera es linda, tienes que reconocer que Serena es cualquier cosa menos fea. Aunque, uy, sí, yo de mil amores me quedo con su mamá. MA, MA, CI, TA. Una verdadera belleza esa mujer.

— Oigan, ustedes dos. ¿Entonces qué? ¿Era o no era él? ¿Están seguros que en la funeraria, velando al imbécil del hermano de Serena estaban Darien Chiba, nada más y nada menos que el jefe del cartel Chiba, con sus hombres? Es que eso no tiene ningún sentido. ¿Qué tenía que estar haciendo Chiba y sus hombres en esa funeraria y más, con mi princesa?

— ¿Sabes que sí, cretino? Esa es una excelente pregunta, Seiya. ¿Por qué no vas y le preguntas tú, eh?

— De tener que hacerlo lo haría, animal. El señor Black me tiene completamente prohibido acercarme a Darien Chiba y a sus territorios, Yaten, pero como ese tipo se haya atrevido a meterse con Serena, con mi princesa, le va a pesar. Les juro que si el pendejo ese jefe del cartel Chiba se metió con Serena le va a pesar toda su pinché vida. Se los aseguro...

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Entiendo por qué fue que Nef terminó enamorándose como se enamoró de su esposa, de la por siempre dulce, noble y amable de Lita. Esa mujer no solo es hermosa, atenta, cariñosa y cordial, cocina como nadie. ¡Es la mejor cocinera de todo México! Que digo de todo México, ¡de todo el jodido mundo! La comida, es decir, el almuerzo que nos preparó a Serena y a mí el jueves en la tarde fue delicioso, exquisito. Pero aunque la comida y el vino estaban deliciosos, lo mejor fue el postre, oh, sí, que rico postre... Sin duda el mejor postre que me he comido en mucho, mucho tiempo...

El que entendió, entendió, como le gusta decir a Jedite a cada rato cuando dice algo y los muchachos y yo no le entendemos; que hablando de Jedite, uy, ese día fue muy divertido lo que pasó. Gracias a él y a lo que pasó entre él y la fiera de su esposa, a él y a la discusión que tuvo con Rei en uno de los pasillos de mi casa, me sembró la duda... ¿Será? No, no puedo tener tanta suerte. "De eso tan bueno no dan tanto" Decía el puto de mi papá a cada rato.

Pero antes de que ellos llegaran... Serena y yo estábamos en la mesa haciendo lo que hacemos desde el mismo momento en el que nos conocimos, negociar.

— Me parece que matar a Seiya es una medida muy exagerada, Darien.

— ¿No es más fácil matarlo?

— Puede ser pero no, olvídalo. Yo no sería capaz de vivir con algo como eso. Creo que jamás podría perdonarme que alguien haya muerto por culpa mía.

— Hay personas que hacen menos daño estando tres metros bajo tierra, Serena. — No entiendo por qué no río, era un buen chiste, siempre anima a mis invitados en las fiestas que damos— ¿Qué? Es divertido.

— No, no lo es y bueno, ¿esa es tu oferta? Porque si esa es tu oferta...

— No, no, no te levantes todavía, no te vayas. Eh, yo... Ya sé. Tengo otra idea con la que tal vez estés más de acuerdo.

Millonario Atormentado...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora