Lisa
Un molesto rayo de sol se asomaba a través de mi ventana, aquella luz fue la culpable de mi repentina falta de sueño, con mi mano intenté cubrir mi rostro pero algo me detuvo, simplemente no pude hacerlo, alguien tenia entrelazados sus dedos a los míos. ¿Qué esta pasando? me pregunté, intenté abrir mis ojos pero todo a mi alrededor era borroso, hasta que pude enfocar delante de mi una bella figura, su cabello anaranjado y descontrolado bajando por sus mejillas, los rayos del sol deslumbrando cada una de sus facciones, sus lindos labios rosados (que por alguna razón los encontraba apetitosos) mi conclusión, estaba siendo testigo y aparte de ello, me encontraba contemplando a una diosa, fue en lo único que pude pensar.
Ella fue abriendo sus ojos, también molesta por la luz, me miro y sonrió al verme, nuestras miradas se encontraron, se profundizaron, por ambas partes no persistió la incomodad, a medida en que avanzaban los minutos comenzaba una guerra que no parecía tener fin, había una gran tensión, cada vez queríamos estar más cerca la una de la otra, nuestras manos seguían entrelazadas y hasta el momento ninguna se atrevía a cruzar palabras, pero algo era seguro, mi vista estaba clavada en sus carnosos labios, quería besarla, (moría por besarla).
Mi memoria se encontraba en blanco, lo cual me era difícil tratar de recordar y descifrar que había pasado la noche anterior y el porqué ella siendo una desconocida (a la cual no le temía pero si despertaba mi intriga y curiosidad por conocerla) estaba conmigo, en mi habitación, en mi cama, bajo las mismas sabanas, quería repuestas así que tome valor y decidí que sería yo la persona que diría la primer palabra, pero cuando iba a hacerlo fui interrumpida por su melodiosa voz, era tan dulce y cálida que me provocó tranquilidad al escucharla.
Puso su dedo índice en mis labios provocando mi silencio, me paralizo por completo, me puso los pelos de punta ¿Qué efecto tiene ella en mi que me vuelve vulnerable ante su tacto? Me pregunté.
-No te molestes en decir algo, se que quieres saber a que he venido y porque estoy aquí ¿no? Dijo estos mientras me lanzaba una mirada un poco atrevida y descarada.
-asentí, mientras sentía como mi rostro se calentaba, efectivamente me estaba sonrojando, sentía como los latidos de mi corazón inundaban cada espacio de la habitación, este estaba a mil por hora. Me estaba tentando y yo estaba cayendo en su redes.-Sólo déjate llevar y disfrutemos esto ahora que podemos, dijo esto con una voz un poco más ronca y seductora (la tentación me estaba consumiendo). Termino de hablar y ella tomó la iniciativa, se sentó encima de mi, quedando a ahorcadas, empezó a descender su rostro, acercándose al mío, y esta vez fui yo quien tomo las riendas del asunto, como pude trate de estabilizar mi cuerpo para estar a la altura de ella, me aproxime y talle un ligero beso, nos separamos un momento, nos estábamos pidiendo permiso mutuamente, era extraño pero teníamos una buena comunicación, cuando obtuvimos respuestas procedimos a terminar lo que estaba empezando.
Me acerque a su boca, esta vez intensificando mucho más el beso, siendo más profundo y placentero, por más loco que pueda sonar, se que sus labios y los míos encajaban perfectamente, en cada cambio que realizábamos prevalecía la conexión, podía sentir como levitaba con cada choque de estos, la tensión cada vez era más y más fuerte, lo cual llevaba todo al siguiente nivel, teníamos hambre de probar la piel de nuestra contraria, queríamos consumirnos en el mismo lugar, queríamos calmar nuestra sed, quería hacerla mía. Aunque fuese una desconocida ella me llevaba al cielo y al mismo instante también me hacia aterrizar.Ella mordió la parte inferior de mis labios, provocando un choque eléctrico en todo mi sistema y por inercia clave mis manos en su cintura, aferrándome a esta para acercarla más a mi cuerpo, quería sentirla, quería hundirme en su piel.
Me aleje de sus labios y empecé a descender por su cuello, ella sujetó con su manos la parte trasera de mi cabello, dejándome el camino libre, ella estaba a mi merced, fui dejando diminutos besos que cada vez que bajaba se iban intensificando mas, me encantaba esta sensación, en realidad la manera en la que me besaba, los pequeños gemidos que emitía, su piel, el olor que desprendía, era embriagante, en cualquier momento estaría adicta a ella, sentía que estaba en una realidad la cual era ajena para mi, me sentí en sueño (aunque fuese así, desearía nunca despertar).
Llegue hasta su clavícula (una de mis partes favoritas) pase mi lengua en estas, y ese fue el detonante para ella, estaba arqueando su espalda, estaba pidiéndome mas, y yo me encargaría de llevarla hasta el éxtasis.
Mis manos ascendieron por su espalda, buscando el sujetador, con delicadeza lo desabroché, ella subió sus manos llevando consigo la ligera blusa (la ropa empezaba a estorbarnos), cuando ella se despojó de lo que traía encima fue cuando más pude apreciar su belleza, me quede atónita, su piel blanca que se encontraba erizada por el placer de nuestro momento, uno que otro lunar que la adornaba, sus pechos que no eran exageradamente grandes, pero tampoco tan pequeños, ella parecía irreal, cada curva de su cuerpo me envolvía, podría contemplar su belleza por horas, semanas, incluso toda la vida si me fuese posible, y juro que no me cansaría de hacerlo, ella se estaba convirtiendo en mi nueva adicción.
Mis manos fueron en búsqueda de sus pechos, hice con estos pequeños círculos amasándolos primero con delicadeza, después presione un poco más fuerte y gimió para mi, quería escucharla más, así que la tomé entre mis brazos dimos una vuelta quedando ahora yo encima de ella, la mire a los ojos y rápidamente empecé a descender por su cuello, recorriendo nuevamente el rastro de besos que ya había dejando antes en el, llegue hasta sus pechos, lamí uno de ellos, y empecé a succionarlo, subí mi mano para darle atención al otro, lo masajeaba, lo pellizcaba, disfrutaba tocarlos, estaban a mi medida.
-Tu belleza me parece tan irreal le mencione, subí la mirada para encontrar la de ella, pidiendo su autorización para llegar a su centro, sus ojos me lo dijeron, estaba desesperada porque lo hiciera, sonreí de lado al obtener su respuesta. Ella me ayudo a despejar la zona, se quitó de inmediato la ropa interior, dejando a mi vista su zona "V" estaba lista para mi.
Baje mi mano hasta llegar a su clitoris, con mi pulgar empecé a hacer pequeños círculos, para después descender con mi rostro y hundirme en el. Subía y bajaba mi lengua lentamente, estaba muy húmeda y su sabor me encantaba, hundí dos de mis dedos dentro de ella, los metía, los sacaba, los enroscaba y ella los succionaba esperando por más, apliqué un poco más de presión, sin dejar de lado su clitoris que clamaba por atención, lo besaba, lo degustaba, lo mordía de la manera más delicada y poco dolorosa, esto causó que se retorciera de placer. Pude sentir como sus paredes cada vez eran más estrechas, y decidí hundir un dedo más, su gemido fue tan fuerte que puedo jurar que atravesó la habitación, ella clamaba por más, y en estos momentos no podía detenerme, seguí hundiéndome y ella movía sus caderas para mi, se veía tan jodidamente sexy, su boca se encontraba entre media abierta, soltando quejidos cada vez que tenía la oportunidad.
Sentía como su clímax se aproximaba, encontré su punto "G" lo presioné, ella arqueó su espalda una última vez, soltó una grito de placer y por último se corrió en mis dedos, lamí sus jugos y subí para recostarme a su lado, intentando recuperar la respiración, estábamos empapadas de sudor.Estuviste magnífica me dijo, tallo un corto beso y por alguna razón sentía que era el último (y no me equivocaba).
¿Te irás ya? Pregunté, mi voz empezaba a ser un poco más melancólica.
-Sólo abrázame y duerme conmigo una vez más, se giró dándome la espalda.
-Pose mi brazo en su cintura, quedando de cucharita, mientras sentía como todo a mi alrededor se pintaba de blanco, mis ojos se sentían cada vez más pesados, se fueron apagando poco a poco, el vacío se aproximaba, llevándola a ella también, no podía detenerlo, no podía evitar que ella se desvaneciera, no quería que se esfumara nuevamente.
"Gracias por llevarme al cielo una vez más" fue lo último que dijo y lo último que pude escuchar.