Mi entrada al instituto seguida de Jay siempre había acaparado las miradas de unos cuántos, era verdaderamente fantástico. Me hacían sentir alguien importante, por así decirlo. Pero esta vez, todo era diferente. Pues mis padres estaban caminando por delante de mí, venían a simplemente conversar con el director y justificar mi falta de ayer, así me tomaban mis pruebas atrasadas.
El drama era tan fuerte con mamá, que prácticamente obligó a venir a Alex aquí, así que estábamos los cinco Manson entrando con todas las miradas de las personas presentes, Jay me sonrió a lo lejos y yo le devolví el gesto entendiendo que esta vez no se acercara. Esto en lugar de ser fantástico, era intimidante.
Al llegar a dirección fueron atendidos con toda la buena atención que nunca se recibe aquí, mis hermanos y yo esperábamos afuera.
-¡Vieron eso! Somos como una especie de familia de Hollywood.
-Kate, por favor no -pedí de mal humor a lo que ella volvió a sentarse correctamente en su silla y bajó la cabeza.
-Carol... -regañó Alex.
-Lo siento, pero no es el momento. Por favor, no nos hagamos los ciegos, no más. ¿No están cansado de tanta porquería? Nuestros padres son nuestro mejor boleto a una buena vida, pero sinceramente prefiero ganármela.
-¿Qué pasó ayer Carol? ¿Qué le hiciste a mamá?
-¿Qué le hice yo, Kate? ¿Qué nos ha hecho ella durante todos estos años? Le dije la verdad, la encaré, me saqué la máscara de la familia perfecta y no la volveré a usar nunca más.
-¿Problemas en el paraíso? -esa estúpida voz.
-Lárgate.
-¿Te molesto, Carl?
Mi hermano se puso de pie y lo tomó por la camisa arrugándola en su puño -Te vas antes de que parta tu horrible cara, además de idiota eres un tremendo traidor -lo soltó con fuerza cayendo al piso, se puso de pie y pude ver como temblando siguió su camino- ¿Estás bien? -se encuclilló a mi altura apoyando su peso en mis rodillas.
-Sí, grandulón -revolví su cabello sonriendo.
-Vamos a solucionar esto, lo verás.
Anoche, después de la discusión de mis padres, se encerraron en su habitación y ninguno de los dos me dirigió la palabra hasta entonces, incluso el servicio era ajeno a mí en frente de ellos. Salieron del despacho de Morgan todos juntos con amplias sonrisas, tan hipócritas que no cabían en el inmenso instituto.
-Vamos -ordenó Robert una vez se despidió del director y a su voz todos los siguieron dejándome a solas con él.
-¿Así que ya no es más una Manson? Interesante... -sonrió lleno de malicio entrando nuevamente a su oficina.
Me volví a sentar y halé todos mis cabellos con fuerza alborotándolos, todo se venía abajo, y no sé si era lo suficientemente fuerte para soportar el peso sobre mis hombros.
-Alguien no se peinó el día de hoy -se sentó a mi lado alborotándolo aún más. Alcé la mirada para encontrarme con esos hermosos ojos verdes y su auténtica sonrisa de galán- Sólo tú te das el placer de faltar el primer día de exámenes finales.
No respondí sus acusaciones, sólo me tiré en su pecho rodeando su cintura con mis brazos, las abrazaderas de las sillas lastimaban mi estómago causando un poco de dolor, pero no me importó, sólo necesitaba desahogar un poco de esta angustia.
-¿Carol? ¿Te sientes bien? -tomó mis hombros para separarme y así poder ver mi rostro. Sólo negué con la cabeza baja, cubierta por mi cabello- Mi próximo examen es dentro de dos horas, tengo tiempo.
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Infiltrada [EN EDICIÓN]
Novela Juvenil¿Quién en su patética vida no ha jugado Verdad o Reto? ¿Quién en su miserable vida no se ha arrepentido de elegir reto? ¿Quién en su estúpida, asquerosa y cruel vida no le dieron en el clavo a la hora de dictar el reto? Pues a mi, Caroline Manson, s...