Capitulo 21."Cuando el momento llega."

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*Una semana después*

--Entonces ,¿Ya decidieron el color del mantel para las mesas?.-

Carolina aún procesaba las mínimas diferencia entre un color y otro.Esforzaba la vista a más no poder,pero solo veía ese color amarillo suave en cada cuadradito de tela.

Su mente estaba siendo a prueba duramente,organizar una boda en dos semanas no era tarea fácil,además no debía ser simple sino exagerada e inmensa.

Por otro lado,Agustín se había enfocado totalmente en su papel de gerente y se mantenía fuera de la organización,ya que pretendía trabajar duro para conseguir más apoyo de su padre.La castaña volvía sentir que estaba sola,intentaba seguir con los planes de la boda y decorar las casas de la compañía,pero el tiempo no favorecía.

--Estaria bien este.- Menciono al apuntar el talonario,la mujer asintió y comenzo a escribir en su libreta.

**

Era su ultima venta del día y realmente la noche ya estaba a su punto fuerte.Entre una que otra palabrota el moreno aguardo en su auto,con los ojos puestos en la entrada,ante cualquier caso,ya que este trabajo no lo producía seguridad.

No le gustaba dejarla expuesta a los hombre,cabía la gran posibilidad que ella encontrara a alguien mejor que él y eso no dejaba de atormentarlo.

Al contrario de ello,Carolina tenia ese presentimiento cada ves que se despedían con un beso en la mejilla.Todo calzaba y la ilusión de perfección ,la preocupaba.

Los clientes en esta ocasión eran de un perfil alto,es decir,seguro tenían que ver algo con el espectáculo o la política,por esto sus tacones tambaleaban un poco hasta que vio a la mujer darle a bienvenida.

  —  Espero que no sea algo malo,estuve revisando un momento las habitaciones. — Se disculpo apenada e hizo una sonrisa ladeada.

  — No hay problema.¿Tiene alguna objeción?.— Contrarresto sacando el contrato de la carpeta.

Ella la observaba detenidamente y hasta a Carolina le pareció similar su rostro.Vio ese lunar en su mejilla y su mente se aclaro,casi le costo hablar solo de la emoción que recorría sus venas.

  —  Carla.— Musito a duras penas.— Hermana..

Se abrazaron tan fuerte en ese instante que volver a un ritmo cardíaco dentro de los rangos permitidos,fue una reacción tardía.

Carla Kopelioff,costaba definir todo lo que era,porque englobaba muchos apectos.Hija predilecta de su madre,perfecta y simplemente demasiado enamoradiza.Se había casado dos veces en menos de un año y ni contar todas sus relaciones.

  — No puedo creer lo grande que estas. — Confeso esta sonriente apretando sus mejillas,algo muy típico de ella.

—  No ha pasado tanto tiempo.— Recordó la castaña,alejando las manos nerviosas de su hermana.— No se como compraras esta casa,es carisima.

  — Me casare otra ves. — Expreso obvia ,haciendo que si hermanita suspirara rendida.— Gracias,por el ánimo.— Agradeció elevando la ceja izquierda.

  En el instante en que ambas compartían pequeña experiencias de sus vidas,más Carla que Carolina,Agustín salia a grandes zancadas del automóvil al ver a un hombre entrar por la puerta de esa gran casa en frente de ellos.Los celos,interrumpían sus siestas.

Estuvo tranquilo cuando vio que este abrazaba a una mujer que hablaba animadamente con su prometida,pero antes de que volviera al auto ,ella se había percatado de su existencia,así que avergonzado camino hasta ellos para presentarse como se debe.Sumado a su mala suerte,la mujer le pareció verdaderamente guapa y pudo sentir la decepción de la ojiverde al verlo embobado con la belleza que ella expiraba,hasta la mano se negó a darle.

  — ¿Qué es tuyo?. — Pregunto curiosa ignorando esa mirada del moreno sobre ella.

   — Carla ,¿Podrías ir a revisar el jardín?.— Pidió amablemente ,mientras procuraba estar tranquila.Esta situación le demostraba simplemente que esa característica de Agustín seguía viva.

Su hermana no tuvo complicaciones para entender el mensaje y obedeció junto a su prometido,quien al parecer no se había dado cuenta de el gusto de chico por su futura esposa.

El moreno no alcanzo a abrir la boca,cuando ya Carolina le rogaba silencio hasta que la pareja saliera por completo de la casa ,al cerrarse la puerta vio como ella se quitaba el anillo y se lo arrojaba al otro lado de la sala.

  — No puedes ser tan infantil. — Refuto rodando los ojos,saliendo una risa amarga de su garganta.— Es guapa,ni modo.

Esa explicación fue la menos acertada.La baja estatura de la chica se comparaba fácilmente con su baja autoestima .Sin duda,estaba consciente del atractivo de su hermana desde temprana edad,pero que él se la recordara justamente,convirtió todo en algo demasiado empalagoso para digerir.

  — Si decidiste haber hecho ese acto de pedirme matrimonio.Intenta mínimamente de fingir que yo también lo soy. — Sugirió irritada poniéndose frente a frente  y él soltó una risa.Su expresión le producía tanta ternura. 

Agarro por sobre sus muñecas,los brazos descubiertos de ella.Necesitaba abrazarla unos segundos o las inseguridades jugarían una mala pasada.

  — No digas tonterías.— Rogo con un puchero,que provoco una sonrisa entre sus labios.— Yo me quedare contigo, hasta que aparezca alguien mejor.

  — Púdrete. 

Rodeo su rostro con sus manos,ligeramente sucias y beso lentamente sus labios.Esa chispa que liberaba su cuerpo,una verdadera morfina que calmaba cada angustia del día y prefería que las cosas fueran así de simples.Separo sus labios un momento,susurrando "Recoje ese anillo y no lo  sueltes,porque también me sueltas a mi".Carolina respecto a sus palabras,era muy complaciente,por lo que antes de decir otra cosa,ya tenia el anillo en su dedo.

*Unos cuantos días después*

El momento había llegado,todo lucia casi perfecto,a excepción de su vestido con la mancha de fresas en el borde.Por suerte, la magia de Valentina salvo que este se luciera en cada fotografía y en su lugar yacía una gran flor bordada.

No podía creer que su mano sostenía un bonito anillo,que representaba todo lo que busco durante años,ni menos que Agustín estuviera besándola frente a los invitados sin restricción.

Todo paso de un golpe,pero un golpe de simple suerte para su vida.Los rostros desconocidos le daban un toque interesante y se sentía como la reina de Inglaterra,al estar en la mesa principal.Los minutos trascurrían,su hermana no aparecía y Agustín tampoco,no quería pensar lo peor.Sin embargo,de un momento a otro el moreno cambio de actitud al mirar al frente,su risa se escabullo en lo más profundo de su ser y su cuerpo se fue de ahí.

  — Señora Bernasconi,esta muy guapa esta tarde.

Ella volteo la vista y encontró al pelinegro sonriente e intento contagiarse con la misma alegría.Se abrazaron mutuamente,para luego lanzarse con unos pasos de bailes,siguiendo con el ambiente festivo de esa pista.

  — Mike,¿No sabes donde fue Agustín?. — Interrogo extrañada fijando la vista en su alrededor.Este empezaba a ponerse nervioso,no podía seguir cubriendo a su amigo,por el bien de Carolina o tal ves podía fingir un rato mas.

  —  No lo se..Él capaz fue a arreglar las maletas.— Aseguro,teniendo una copa de champaña cerca se la debió de inmediato,no seria el culpable de arruinar un matrimonio con pocas horas de compromiso.

  — No lo había pensado. 

  — Debiste.

 — Yo debería ir a ayudarle,ya he disfrutado bastante.— Anuncio preocupado,dejando un beso en la mejilla de este.

No obstante,las personas no la dejaron avanzar mucho fuera de la pista.Los regalos bombardearon el tiempo  y en este caso fue ideal.

Carolina no debía ver  que estaba haciendo Agustín en ese instante o vería como este arruinaba el presente,volviendo al pasado que no tenia un buen futuro .

Entre rasguños y mordidas. [Aguslina].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora