Capítulo 26.

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Salimos con sigilo, mirando a todos lados. Todas teníamos las alertas encendidas, poniendo cuidado a cualquier insignificante sonido que escucharamos. Pudimos salir de la casa, no había nadie cerca de nosotros.

—¿Qué crees que deberíamos hacer con estas perras, Chad? —nos sobresaltamos todas y miramos hacia atrás, donde dos pálidos vampiros nos miraban.

—Creo que deberíamos poner una correa en su cuerda y llevarlas de nuevo al jardín.

Mire a mamá y la abuela. Saque uno de los cuchillos de madera. Lo lancé bruscamente y le cayó al tal Chad en el pecho. En un momento se volvió polvo y el otro tipo me miro a mí. Le hice una L con los dedos en mi frente. Le di un par de cuchillos a mamá y a la abuela cuando aparecieron otros tres vampiros y tuvimos que empezar a correr.

Todas nos separamos, y agradecí que los vampiros nos empezarán a perseguir a mí y a Channel. Lo bueno de tener una gemela es que también puedo hablar con ella en la mente.

Salta a un árbol y busca a mamá y la abuela. Llevalas a la manada de Jaden, no está muy lejos de aquí. —ella asintió y salto a un árbol mientras que yo llamaba la atención de los otros.

Ellos hicieron un círculo a mi alrededor. Los cuchillos que tenía se los había dado a mamá y la abuela y ahora no tenía nada. Mi única opción era la que menos me gustaba, ahora corría el riesgo de andar desnuda en el bosque, sin saber cuando tardaría en llegar a casa. Sólo se que a unos kilómetros está la manada de Jaden porque hace dos meses fuimos de visita y quedo grabado el olor de la gente.

Mi cuerpo empezó a cambiar de forma cuando lo obligué. Corrí lo más rápido que pude, pero ellos eran muy rápidos. Había un gran lago en un lugar lejano de donde estábamos al principio. Entre en el agua iy cambie de forma para esconderme mejor.

Estaba empezando a faltarme el aire, y por un momento pensé en salirme del agua, pero pude observar que todavía estaban buscando afuera. Mi vista empezaba a tornarse con puntos negros y estaba a punto de empezar a tragar agua por todos lados.

Un par de risas femeninas se escucharon en el agua, mire a todos lados y pude ver un par de luces en el fondo, cada minuto ascendiendo más. Un par de melenas de distintos colores se hicieron presentes, y un par de sirenas se detuvieron en frente de mí.

—Mira, Ary. Una mujer loba. —la voz chillante de una de ellas me pusieron los pelos de punta. La risa de las tres retumbaron en mis oídos.

Una de ellas se acercó a mi bruscamente y su mano apretó bruscamente mi boca, luego introducio un pedazo de alga que le entregó la otra sirena. Tenía miedo, dicen que las sirenas son malas con todos, por eso nadie se mete con ellas en las guerras, ellas pueden matarte con sus gritos o con alguno de sus hechizos.

Cuando me dejaron cerrar la boca, el aire llegó a mí, como si estuviera en la superficie, y mis ojos empezaron a ver más claro en el agua. Sus voces dejaron de ser tan chillonas y me sonrieron.

—Siguenos. —La rubia empezó a nadar al igual que las otras dos y las seguí.

Ellas tenían el torso desnudo, yo estaba desnuda, pero al parecer aquí eso es normal. Llegamos a una especie de cueva iluminada, en donde habían muchas sirenas de aquí para allá. Todas me miraban y yo estaba empezando a quitar el miedo a estas mujeres.

Había una mujer sentada en una especie de trono. Me miraba expectante.

—Presentate. —todas las mujeres hicieron una calle de honor.

—Me llamo Behati Miller, y soy la luna de la manada Golden Eyes. —dije.

—Tu manada está muy lejos de aquí, ¿por qué estás aquí?

—Los vampiros y hombres lobos están en guerra, me tenían como rehén junto a las mujeres de mi familia. —dije. Ella empezó a nadar en mi dirección y miro mi hombro de cerca.

—Descendiente de la manada Golden First —me hizo una reverencia—. Te enseñaremos tu poder.

Todas me hicieron han reverencia y la mujer me guío por otro pasillo—Yo no soy la elegida, esa es mi hija.

—No importa —pasamos a un lugar lleno de plantas marinas y es muy hermoso—. Juramos servirle a los Golden First cuando nos salvaron de los piratas que nos buscaban hace trescientos años.

Ellas me contaron acerca de la historia de cuando los piratas llegaron al territorio americano y ellas en el océano. Cuando acabaron con sus problemas le juraron lealtad a los miembros de la manada Golden en especial a la elegida. Prometí que cuando acabará todo esto iba a traer a mi hija para conocieran a su líder.

No esperé nunca que mi hija iba a ser tan importante en el mundo sobrenatural y que pude derrotar a cualquiera. Mi poder era que podía hacer casi lo mismo que Alice. Sólo tengo que cambiar mis ojos y puedo dejarlos débiles.

Al día siguiente me dejaron salir a la superficie. Respire profundamente el aire que me ofrecía la naturaleza y pude ver que no había nada a mi alrededor, sólo algunas aves e insectos. Salí del agua y me convertí de nuevo en lobo. Para evitar que alguien me viera desnuda. Ellas me dijeron donde estaba el camino para regresar a la manada.

Logre llegar al anochecer. La casa tenía las luces encendidas y tuve que derribar la puerta trasera para poder entrar. Todos estaban a punto de atacarme, pero papá fue el primero en reconocerme 

—¿Be?

Caminé hasta detrás de uno de los muebles, donde al lado había una cortina. Me convertí de nuevo y tome de los dos lados la cortina y cubri mi cuerpo para luego levantarme.

—¿Pueden traerme ropa?

Chazz se acercó a mí y me abrazo fuertemente. Me beso varias veces y casi quise soltar mis lágrimas. Se quito su ramera y le la puso, tapando lo necesario para soltar la cortina.

Subimos a nuestra habitación, para poder encontrar un poco de mi ropa. Chazz cerró la puerta y pude ver que la cuna de Alice tenía una cosa que la cubría al rededor de la cuna. Ella estaba dormida e intente quitar la cortina pero Chazz me detuvo.

—Espera —apretó un botón debajo de la cama y la cortina desapareció—. Es un campo de electricidad, para emergencias.

Puso sus manos en mis caderas y me acerco a él para darme otro beso, está vez largo y lento. Se separó y me abrazo todo lo que pudo a su cuerpo—Me tenías muy preocupado, Be. Tu hermana me llamó ayer en la noche y me dijo que estaban en la manada de Jaden pero no sabían nada de ti.

—No me creerás si te lo cuento.

(•••)

No cuando capítulos tendrá, supongo que hasta que mi imaginación quiera que termine. Espero que les esté gustando.

Los quiere.
Italia.

Mi mate el alphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora