—Dio negativo.
Nathan soltó el aire que estaba conteniendo por la boca. Pasó una de sus manos por su cabello y luego me volvió a ver. —Era muy poco probable. Hemos sido responsables, nos protegemos y eso...
—Lo sé. Pero tienes que entender que me asusté mucho.
Nathan no dijo nada por un largo tiempo. Supongo que estaba pensando en eso. Yo solo fui capaz de ver cómo yo misma jugaba con mis pulgares mientras la luz de afuera me daba en la cara.
—Es una lástima. Al menos sé que habrías sido una excelente madre.
Me volteé, y aunque me entraron ganas de pegarle una cachetada, no lo hice, porque de alguna manera u otra, lo que había dicho me pareció muy tierno. —Yo seré una madre. Contigo. Algún día. Sólo que ahora no es el tiempo. —puse mi mano sobre la suya.
Él me vio con una cara de enamorado perdido, de esas que me hacían derretirme. —Vaya. Ahora sí quiero que seas mamá. Hagamos un hijo. —él se acercó a mi cuello con la intención de besarme, pero puse una mano sobre su boca y lo detuve.
Me reí, su aliento me hacía cosquillas. —Nathan, para, no lo hagas.
Él retrocedió. —Sólo bromeo.
—Lo sé. Pero yo no. —suspiré—. De verdad me asusté... Mucho. Esperar a ver el resultado fueron los 2 minutos más largos e intensos de mi vida. Sé que un bebé es un milagro de Dios y vida y toda la cosa, pero es lo que menos necesitamos ahora. Nuestras vidas se hubieran volteado por completo. Tú habrías tenido que dejar la banda por un rato, por lo que sé que miles de personas alrededor del mundo me matarían, y yo... Pues yo no habría terminado de estudiar después de todo el lío que tuvimos para poder salvar la facultad. Habría sido un caos. Y no es que no lo quiera, porque yo sí quiero ser madre, es uno de mis sueños, simplemente no es el momento.
»Y comencé a pensar que tal vez me debo cuidar más a mí misma también. Así que después de ver el resultado llamé a Roxanne. Ella me dijo pastillas anticonceptivas que podía comprar. Además, le comenté de los mareos y todo esto, y ella me dijo que podía ser anemia. Después de todo, ella tiene, así que conoce muy bien los síntomas —aparte de estar estudiando medicina. Así que también me dijo que debía comenzar a tomar o comer hierro, y eso es exactamente lo que voy a hacer. No tienes por qué preocuparte, voy a estar bien.
Nathan pasó su pulgar por sus labios. —Deberíamos ir a una clínica a que te hagan un examen de sangre.
—No, está bien, yo estoy bien. Igual, sólo es hierro, no me va a hacer mal.
—Igual, deberíamos estar seguros.
—No, Nathan, ella sabe más que nosotros sobre esto.
—No es que no confíe en Roxanne, es que sería mejor que un profesional lo dijera.
—Bueno, pues yo sí confío en ella y no voy a ir a ningún hospital.
—Sí vas a ir.
—Ah, ¿sí? ¿Y quién eres tú para decidir por mí?
—Soy tu novio, Ashley. Y no tienes idea de cuán preocupado estoy. Nece—
—¿Ves? —tiré mis manos en el aire y dejé que cayeran contra mis muslos—. Esto es exactamente lo que no quería que pasara. Te estoy diciendo que voy a estar bien, que ciertamente no tienes por qué preocuparte, pero tú todo lo exageras, ¿no? Haces el asunto tres mil veces más grande de lo que en realidad es. Nathan, yo no soy una niña y sé cuidarme sola. Además, tú no eres mi papá y ciertamente no eres mi mamá para estar cuidándome de todo. Por si no lo sabías, la niña inofensa e inocente que conociste hace muchos años, la que no se defendía... Es niña ya no existe. Se fue.
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Over Again. ~ Secuela de Loverboy - Nathan Sykes Fanfic. (versión español)
FanfictionHan pasado casi 7 meses y Ashley regresa a la universidad. Atendiendo a clases todos los días, es acompañada por Roxanna Monroe, una estudiante de medicina de 20 años. Le ha costado aceptarla en su vida, ya que su última compañera de cuarto la había...