LAUREN
Cierro la puerta del coche con más fuerza de la necesaria. Estoy algo nerviosa.
Antes de salir de casa le deje un texto a Keith informándole que vendría, y que, probablemente me quedaría durmiendo aquí. Conversamos un rato, y a la final me dijo que estaba esperando a alguien con quien tenía que hablar. No voy a negar que me entro curiosidad por saber quién era o que iban a hacer, pero no quise ser entrometida y preguntarle, sin embargo, él me dijo que después me informaría.
Así que me relajo.
Camino por la larga entrada llena de... ¿margaritas y rosas? No sé, no soy muy expertas con las flores... de la casa de mi amiga.
Siento un leve temblor en las piernas y la sensación de que me sudan las palmas de las manos, aunque, están secas. Estoy nerviosa. Jamás creí tener esta conversación con Anisha, es decir, ¿Por qué se me pasaría siquiera por la cabeza?
Creo que estoy mucho más nerviosa por el hecho de que quizás, si Anisha se negara a darme información, me decepcionaría bastante.
Uno: porque es mi mejor amiga y ya me ha afectado bastante el hecho de que jamás me haya comentado algo... es decir, yo tampoco me había dado cuenta pero... ¡Jesús! Es impresionante cuanta mentira puede rodear a una persona y no estar consciente de lo que pasa siquiera.
Y,
Dos: si ella no me dice... no creo que otra persona lo haga. Las razones son obvias; nadie puede hablar. Exceptuándolos a ellos... mis padres. Pero creo que está más que claro que mi padre no me soltara nada en mucho tiempo –eso creo- y mi madre se altera demasiado con la situación como para mortificarla haciéndole preguntas de ese tipo.
Por lo tanto, Anisha es mi única salvación. Si ella no me dice no sé qué hare. Y es estúpido porque ella hace parte del grupo de personas que se supone no deben informarme, pero tengo una mínima esperanza en que quizás, ella si me hable.
Y no la culpo, no entiendo cuáles fueron sus motivos para mentirme tanto –ni los de ella ni los de los demás- pero debe tenerlos, y deben ser buenos.
Llego a la puerta y toco el timbre de su casa, rápidamente escucho los pasos de ella bajar deprisa por las escaleras.
Antes de salir de mi casa le avise que vendría. Estaba esperándome.
La puerta se abre y allí esta ella, mordiéndose el labio inferior... evidentemente nerviosa.
- Ho-hola amiga. - me saluda.
- Hola ¿estás... bien? Te noto, nerviosa. - sé lo que le pasa. Debe intuir porque estoy aquí.
- ¿Yo? - se hace la que no sabe. - no-no es nada.
- mmju... - obvio no le creo.
- Mis padres no están... – carraspea y baja la mirada a sus pies, apenada. Sé que le duele.
- ¿Otra vez...? - asiente desganada.
Otra cosa que, tristemente, tenemos en común. Nuestros padres pasan más tiempo en el trabajo que con nosotras.
Por más que trate de ocultar que no le hacen demasiada falta sus padres con una sonrisa sé que no está bien, es decir, ¿Quién estaría bien? Todos necesitamos ese afecto, no dinero; aquello es material, se consigue fácil, el cariño no. A mí me duele y a ella también.
Nos quedamos en silencio y me tardo unos segundos más de la cuenta en reaccionar y darme cuenta que estoy aun en la entrada de su casa. Anisha esta tan nerviosa que ni lo ha notado.
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Inquilino♡. [EN EDICIÓN]
Novela JuvenilLauren Foster es una adolescente de 17 años. Ella no sabe que es tener una "necesidad" ya que desde que nació lo tuvo todo. Una pequeña familia que le da amor, una amiga incondicional. Ella es bella y como si fuera poco posee un muy buen corazón. Sí...