Capítulo único

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Cuando el lápiz dejó de escribir en esa servilleta sucia, ligeramente húmeda por el whiskey salpicado, Yoongi leyó su letra unas dos veces y suspiró.

Por fin había desahogado toda esa furia y decepción que sentía dentro suyo, nada mejor para él que hacerlo mediante una canción. La tinta de la lapicera se veía corrida, y las palabras había que leerlas con cuidado para entender lo que decían pero aparte de eso los versos tenían un buen potencial. Si pulía algunos detalles podía ser perfectamente una canción nueva para el álbum que venía preparando desde hace un año y medio.

Sonrió satisfecho y alzó la mirada encontrándose con la barista secando un vaso.

-Deme lo más fuerte que tenga, por favor.- pidió Yoongi y sin esperar nada se volteó en dirección a la pista de baile.

La barista lo observó y negó, llena de desaprovación.

Esa podría haber sido una buena noche para Yoongi, estar en un bar para sacarse el estrés que traía la producción de su regreso a la escena del k-hip hop, después de tanto tiempo. Podría haber bebido de forma regulada y escuchar la música del ambiente, hablar con sus amigos, ver a su pareja con esos pantalones rasgados que le encantaban y volver a su preciado hogar para dormir por horas. Podría haber sido una de esas noches pero estaba borracho, solo y soltero.

-Aquí tiene.

Tomó el vaso inmediatamente y visualizó a la gente bailando, moviéndose sin preocupación y por pura diversión. Se preguntaba como ese alguien podía hacer algo tan mundano y lastimarlo, osea, bailaba en esa misma pista hace dos semanas. Oh, espera, pero no solo bailó. Yoongi dejó escapar una risa más bien irónica y bebió el líquido desconocido de un trago, dejando que quemara su garganta.

Dolía, dolía más de lo que creyó que lo haría porque nunca pensó estar tan enganchado a alguien que simplemente lo olvidó con el toque de otro. No era una persona que agasajara a su pareja como se supone que debía hacerlo, trataba de complacerlo de las maneras que conocía y no pareció ser suficiente.

Si no lo quería tal como era ¿para qué molestarse?. Pensó un buen rato la respuesta pero solo halló los recuerdos en donde esos ojos lo miraron con adoración y sintió el peso de no haberse dado cuenta de la mentira que fue todo eso. La imagen tan cercana a la de un dios que le tenía a Seokjin se desmoronó poco a poco y las ruinas que quedaban le traían esa picazón en los ojos poco característica de él. No había llorado por alguien desde los diecisiete y tenía cierto sentido, ahora estaba actuando tal como un adolescente que perdió a su primer amor. Ya tenía veinticuatro, no debería dejar que le afectara hasta el punto de hacer una canción sobre Seokjin, se comportaba de forma infantil y vengativa, como si no pudiera resolver sus problemas con Seokjin a solas, dos adultos en una charla madura. El caso es que no podía ver la cara de Seokjin un segundo sin querer golpearlo y besarlo, todos sus sentimientos se revolucionaban a la mera mención de su nombre o el vistazo de esos labios que antes rozaba con cariño.

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-Suena bien, suena bien. Podrías hacerle algunos cambios a la letra para que no te tachen de insensible pero me gusta.- observó Namjoon con los cascos aún puestos y repitiendo la pista en ciertas partes.- El único problema que veo es que...

Yoongi paró de revisar la letra de la canción que había escrito en el bar, ahora plasmada en su libreta de forma más entendible, y levantó la mirada mientras Namjoon seguía tarareando la melodía.

-¿...Qué?

-Es muy obvio para quien va.

Soltando un suspiro, el mayor tomó la botella de vino y sirvió más en ambas copas.

do re mi fa so (fucking done with you) - yoonjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora